Irán juega al “Gran Hermano” con los rehenes

31.3.07

Más allá de si los marinos británicos entraron o no en aguas territoriales iraníes, lo relevante en esta nueva crisis de rehenes es el uso propagandístico que Teherán le está dando al asunto. Esto porque emplea a los detenidos como portavoces a través de los que expresa duras y acidas críticas a Occidente por su incursión en Iraq.

Si tiene algo de positivo esta situación es que los capturados gozan, aparentemente, de buena salud, ya que han aparecido ilesos los medios de comunicación y porque han podido dirigirse a sus familias.Por lo menos Irán hasta el momento ha demostrado mayor “humanidad” en el trato a los prisioneros, a diferencia de EE UU o del Reino Unido, pues se desconoce el paradero y el estado de los cinco funcionarios consulares iraníes secuestrados por efectivos estadounidenses hace dos meses en la ciudad de Erbil, en el norte de Iraq.

Ahora bien, no queda ninguna duda de que los 15 efectivos ingleses han sido obligados a declarar contra su voluntad pues acusan a su Gobierno de invadir un país ilegalmente e ingresar deliberadamente en aguas de Irán.

Los 15 marinos británicos fueron detenidos el 23 de marzo por tropas iraníes cuando realizaban un control rutinario a un buque sospechoso de contrabando en aguas del Golfo Pérsico. Londres asegura que los soldados se hallaban en aguas territoriales iraquíes, mientras que Teherán afirma que se encontraban en las persas. A la inculpación mutua siguió el recurso de probar el asunto con tomas satelitales; luego vino la amenaza de convertir el incidente en un tema internacional. Así, mientras Irán insiste en que es una cuestión bilateral, Londres lo llevó al Consejo de Seguridad, "complicando el asunto" en la versión del presidente iraní, Mahmoud Ahmadinejad.

De otro lado, los aspectos de la detención son un tanto irrelevantes cuando comenzamos a indagar sobre las intenciones de la misma.

Entre las posibles razones que la motivaron se encuentra la necesidad del régimen de Teherán de mostrarse fuerte y desafiante internacionalmente luego de que el Consejo de Seguridad de la ONU aprobara una segunda resolución en su contra. Las medidas de la comunidad internacional buscan persuadir a Irán de que respete sus obligaciones internacionales y las disposiciones del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA).

En esencia, se exige a que Irán que suspenda su programa nuclear en un plazo de 60 días, mientras entran en vigor restricciones de viajes de funcionarios por su vinculación al controvertido plan, así como la de artículos militares y activos financieros sujetos a sanción.
También se pidió al resto de países que inspeccionen barcos y aviones sospechosos de transportar tecnología sensible.

Cabe destacar que bajo el Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP), Irán tiene derecho a la tecnología atómica siempre que sea para usos pacíficos. Lo cual se discute toda vez que el régimen teocrático ha negado las inspecciones a las principales plantas y reactores, así como haber enriquecido uranio por encima de los límites necesarios para generar electricidad.

Una segunda motivación del país persa para mantener cautivos a los militares puede ser la de provocar la reacción de los sectores británicos contrarios a la guerra. Es decir, movilizar a la opinión pública para que presione a Londres con una retirada de Iraq. O, en su defecto, atemorizar (gracias a este episodio) sobre lo que podría pasar si Blair se involucra en una ofensiva contra Irán.

El objetivo descrito apela a sensibilizar a los ingleses sobre las consecuencias negativas que traería un nuevo conflicto en el Golfo. Si Teherán logra que la ciudadanía se oponga a una escalada militar habrá aislado, por lo menos políticamente, a Estados Unidos, porque es el único país, junto con Israel, que puede realizar acciones bélicas contra sus instalaciones nucleares.

Sobre esto último, las implicancias de un ataque para EE UU como para Israel son distintas, pero igual de desastrosas, ya que para Washington significaría echar por tierra todos sus planes para pacificar Iraq y perder el control del suministro de petróleo. Israel, por su parte, comprometería indefinidamente su viabilidad como país pues las facciones extremistas palestinas como Hamas, Yihad Islámica, etc., promoverían nuevos atentados para “solidarizarse” con Irán. Lo que detendría el proceso de paz por años, o tal vez décadas, hasta surja un clima cercano al actual.

Un hecho que no pasa desapercibido es que en el corto plazo el impase beneficia económicamente a Irán pues desde que se produjo en incidente, el precio del barril de petróleo ha registrado las más altas cotizaciones en lo que va de año.

A pesar de que las últimas noticias hablan de trato humanitario a los marineros británicos, el precio puede seguir subiendo a medida que se incrementan las tensiones y los entredichos entre los dirigentes iraníes y los de la comunidad internacional.

El factor político que incide sobre la cotización del crudo será sin lugar a dudas explotado por Irán y aprovechado por el resto de países exportadores para mejorar sus finanzas en momentos en que la situación geopolítica se torna incierta.

Las proyecciones de algunos entendidos en el asunto revelan que “el petróleo podría superar la barrera de los 100 dólares por barril en caso de que Estados Unidos lanzara un ataque, solo o con otros países, contra Irán”, así lo indicó Ahmad Zaki Yamani, ex ministro de Petróleo de Arabia Saudita.

De momento la única salida que se vislumbra para esta crisis es la diplomática. De ahí que resulte contraproducente, estratégicamente hablando, romper relaciones con Irán, aun cuando a través de esta medida se complazca a ciertos sectores que demanda mayor firmeza en el trato con Irán.

Bajo esa óptica, no resultan para nada alentadoras las declaraciones de la ministra de asuntos Exteriores británica, Margaret Beckett, en el sentido de que Gran Bretaña decidió congelar sus relaciones bilaterales con Irán mientras no sean liberados los prisioneros. "Impondremos la congelación de toda relación oficial bilateral con Irán", dijo en una declaración a los legisladores en el Parlamento Británico.

Lo que pueda hacer en una “fase diferente” el gobierno de Tony Blair es muy poco (o prácticamente inexistente) porque no cuenta con mecanismos efectivos para forzar por si solo la liberación de sus tropas. Ni si quiera la potencia norteamericana, su gran aliada en el conflicto, se arriesgaría a participar en una aventura militar para lograr la devolución de los 15 marinos detenidos.

Así las cosas, los esfuerzos diplomáticos del número 10º de Downing Street no deben agotarse o clausurarse de plano ya que Londres no está en capacidad de exigir o imponer sus condiciones. A estas alturas cada aparición mediática de los efectivos capturados, en especial de la especialista Faye Turney, debilita la posición de Blair al frente de la crisis porque a medida que pasa el tiempo, y se hacen más familiares las identidades de los marinos, algunos sectores de la oposición aprovecharan la fatal circunstancia para cuestionar las bases de su liderazgo.

El tiempo se agota y a pesar de que Blair se encuentra próximo a su salida (faltan apenas dos meses para su partida del gobierno), la forma en que gestione la crisis será determinante para el futuro inmediato de su partido.Una situación parecida con la que se comparó desde un inicio este suceso fue la crisis de los rehenes de la Embajada norteamericana en Teherán.

Si bien la toma de la sede diplomática en 1979 se realizó en diferentes circunstancias (porque marcó el inicio de la Revolución Islámica en Irán y el enfrentamiento con Occidente), las consecuencias pueden ser similares si se aprecia que su pésima evolución fue clave en la no reelección del ex presidente demócrata, Jimmy Carter.

"La actitud de Londres”, como lo manifestó Ali Larijani, máximo negociador iraní, “es un error”. “En lugar de enviar un equipo técnico para examinar el problema, han hecho un alboroto mediático, anunciado el congelamiento de relaciones y hablado del Consejo de Seguridad. Esto ha sido un error", agregó el funcionario iraní.

En verdad no le falta razón a este emisario de Teherán pues Blair malgasta valiosos recursos que pueden conducir a una pronta liberación. Radicalizarse no ofrece ninguna alternativa de solución toda vez que lo que consigue es convertir este proceso en un "vía crucis".

Y aunque la Unión Europea respalda la estrategia británica y la ONU, a través del Consejo de Seguridad, sólo ha manifestado una tibia respuesta. Tal vez si Londres logra comprometer a la UE en su conjunto Teherán ceda en sus ambiciones, esto es, congelar sus relaciones diplomáticas y los lucrativos lazos comerciales, ya que con la solidaridad no alcanza.

Pero Jean Asselborn, ministro luxemburgués de Exteriores, señala que “Debemos tener cuidado al hablar de sanciones y de congelamiento de relaciones". “En su opinión, si bien queda claro que Irán juega con fuego, la respuesta de la comunidad internacional no puede ser de aislamiento, pues entonces ya no podrían ayudar a los soldados ni ejercer presión sobre Teherán. Todavía hay suficiente espacio para la diplomacia, asevera Asselborn, dejando entrever que la línea conjunta de solidaridad con Gran Bretaña no pasará por el campo económico”, así lo revela la cadena alemana Deutsche Welle.

Así, la posibilidad de incrementar las presiones sobre Irán se diluye y abre un paréntesis sobre la efectividad de las sanciones aprobadas por el Consejo de Seguridad de la ONU contra ese país. Ya que, según el análisis de Christoph Bertram, ex director del Instituto Alemán para Asuntos Internacionales y de Seguridad en Berlín, “La implementación de sanciones económicas más rígidas no obligará a Irán a bajar la cabeza; más bien, lo único que harán las sanciones es afectar a los socios comerciales de este país rico en petróleo y gas. La escalada de amenazas no hará más que empujar a la comunidad internacional aún más en la espiral de escalada y, probablemente, a una acción militar”.

Lo expuesto por Bertram se corrobora con las declaraciones del presidente iraní, Mahmoud Ahmadinejad, quien tras conocer la categórica disposición del Consejo expresó que “(…) no habrá ni una parada de un segundo en la marcha nuclear pacífica y legal del pueblo iraní".

Para Irán la crisis se resolvería si Reino Unido admite que ingreso por error, es decir, si Londres se humilla públicamente luego de sostener que sus marineros permanecieron a 3 kilómetros de las fronteras marítimas iraníes.

A quien más le conviene la controversia es a Irán porque pone en duda si los castigos del Consejo podrán implementarse. Es una forma de ganar tiempo para retrasar cualquier intervención militar que Washington viene buscando para frenar el programa atómico de Teherán.

Hasta el momento la única mediación oficial ha sido realizada por Turquía como miembro de la OTAN. Aunque también se tienen noticias de que la Embajada británica en Teherán ha recibido una comunicación formal del Gobierno iraní, ha confirmado hoy el Ministerio de Exteriores del Reino Unido, lo que abre nuevas perspectivas para una solución negociada entre el Reino Unido e Irán.

Francia, por su parte, ha iniciado gestiones por cuenta propia para convencer a Irán de que un gesto de buena voluntad como la liberación de los marinos ingleses mejoraría su percepción en Occidente.

Un incidente similar ya fue vivido por efectivos británicos en el 2004 cuando el régimen de Teherán mantuvo detenidos durante tres días a ocho militares británicos a los que acusó de haber entrado de forma ilegal en aguas jurisdiccionales de Irán, en el Golfo Pérsico.Desgraciadamente la detención actual se produce en un momento de gran tensión entre Irán y la comunidad internacional, especialmente EE UU y el Reino Unido, por las actividades nucleares iraníes.

Sin embargo, no todas son malas noticias porque el problema podría ser capitalizado para mostrar a Irán como una nación más intransigente y beligerante de lo que es. De esta manera, conforme evolucionen los acontecimientos, la Casa Blanca tendría la posibilidad de exponer a su opinión pública la necesidad de detener los planes de Irán antes de que se convierta en una mayor amenaza.

La poderosa flota naval estadounidense ni las sanciones parecen inmutar a un régimen que encarna el nacionalismo y el islamismo militante.

En virtud de la resolución 1723 de la ONU, de noviembre del 2006, que autoriza a las tropas extranjeras encabezadas por Estados Unidos a controlar las costas iraquíes y la navegación por ellas, Gran Bretaña justifica las labores de patrullaje de sus fuerzas y acudió al Consejo de Seguridad en procura de una condena contra Teherán.

“Para calmar la tensión”, explica Peter Philipp, lúcido periodista de la Deutsche Welle, “no sirve de nada recurrir al análisis de los datos de navegación satelital”. “Quien no quiere creer, no creerá tampoco con pruebas. Y en Teherán no quieren creer. A ello hay que adicionar que el dudoso valor que tienen tales límites, teniendo en cuenta las décadas de fronteras conflictivas en la región”, refiere el destacado hombre de prensa.

Philipp confirma lo poco que puede hacer Londres. Por eso “(…) hubiese tenido más sentido hablar de "un lamentable error", que insistir en sus derechos”. Anunciar a los cuatro vientos el "congelamiento" de las relaciones con Teherán, es decir, no a las visitas oficiales y no a las relaciones comerciales no forma parte de ninguna solución.

Mientras cada parte replantea sus estrategias, los 15 marinos británicos representan minúsculas piezas de ajedrez a la espera de que sus autoridades ejecuten, con mayor acierto, sus próximas jugadas.

Guerra en Iraq: sin dinero en el frente

30.3.07

Oscar Wilde dijo alguna vez que “el hombre ríe de sus tragedias como único modo de soportarlas”. Nada más cierto y verificable tras la demostración de la vena humorística del presidente norteamericano, George W. Bush, y del estratego de la guerra en Iraq, el polémico, Karl Rove. La disipación de ayer, que tuvo como clímax la parodia protagonizada por el principal asesor de Bush, tal vez haya servido para distenderse un poco luego de las presiones del Senado para salir cuanto antes de Iraq.

Luego intensas jornadas de debate, el Senado estadounidense por fin aprobó un proyecto que fija el retorno de los soldados emplazados en Iraq para el 31 de marzo de 2008. La medida superó la anterior oposición de la Cámara Alta (por 50 votos a favor versus 48 en contra) a retirar los efectivos antes de marzo del año próximo. Para que prosperara la solicitud de los demócratas se tuvo que vincular el retiro de los militares con el aumento del presupuesto para la guerra. Así los senadores demócratas que votaron a favor del documento encontraron una salida “ideal” para traer a casa a los extenuados combatientes.

Sin embargo, esta propuesta que fue parte de la estrategia de campaña de los demócratas en las elecciones legislativas de noviembre de 2006 tiene una motivación adicional: salir de Iraq antes de que un candidato demócrata se haga de la presidencia. Es decir, que la nueva mayoría en el Capitolio desea allanar el camino de una eventual Administración de su partido al desactivar las bombas de tiempo sembradas por los republicanos.

Una manera de alisar el terreno y librar de sobresaltos a los futuros inquilinos de la Casa Blanca es abandonar Iraq lo antes posible. Así, al menos el gobierno que aspiran dirigir no se verá comprometido a pelear una guerra impopular y no deseada por ellos.

Si hubieran algunas posibilidades de éxito es probable que los demócratas no hubieran insistido con tanto ahínco y tesón en la retirada. Pero como la prolongación guerra sólo puede agudizar los problemas internos (al crecer la oposición ciudadana) y generar mayores conflictos (en que tropas norteamericanas arriesguen sus vidas para impedir que se aniquilen entre iraquíes), el recurso de la huida no es tan catastrófico ya que elimina el descontento de una derrota por demás asimilada.

Las encuestas acerca de la guerra en Medio Oriente arrojan que un 65% de los estadounidenses consideran que la mejor opción es retirarse del campo de batalla, así lo revela un sondeo de la CNN revelado este 19 de marzo. La revista Newsweek, por su parte, indicó que sólo el 27% aprueba la forma en la que maneja la guerra, mientras que el 59% apoya el proyecto para forzar una retirada en 2008.

Demás están los comentarios del secretario de defensa, Robert Graves, y del senador y candidato presidencial, John McCain, al señalar que la nueva estrategia puesta en marcha con el refuerzo de más de 20.000 soldados está funcionando y merece que se le dé una oportunidad. Para McCain, “si bien la guerra no se ha gestionado bien, hay síntomas de mejora”. “Estoy convencido de que, aprovechando este momento, podemos triunfar. Sería fatal cometer un error ahora, porque si volvemos a casa, Bin Laden nos seguirá hasta aquí".

Estas declaraciones suelen apelar a la emotividad del electorado para que le dé su respaldo al plan del presidente. Pero están muy lejos de la realidad porque el “nuevo camino para Iraq”, como bautizó George W. Bush a su programa para pacificar ese país no contempla un elemento fundamental: el diálogo entre las facciones insurgentes. Reconocido incluso por el general David Petraeus, jefe de las fuerzas armadas destacadas en Iraq ya que, en palabras del propio Petraeus, “Iraq requiere una solución política antes que militar”.

El Pentágono, por su parte, se encargó de desmentir que la situación hubiera mejorado en este tiempo pues en su informe trimestral acerca de la situación en Iraq, usó por primera vez los términos "guerra civil" y dio cuenta al Congreso de “un deterioro del panorama militar”. En el informe titulado "Evaluación de la Estabilidad y Seguridad en Iraq", publicado a mediados de este mes indica que "el nivel de violencia ha aumentado durante este período" desde diciembre.

La decisión de los senadores demócratas estuvo acompañada por otro proyecto aprobado por la Cámara de Representantes la semana pasada que establece, al igual que el texto del Senado, un límite para la permanencia de las tropas, aunque con algunas diferencias sustanciales. Entre éstas, la Cámara señala una fecha más tardía para la salida de las tropas -el 31 de agosto de 2008-, pero exige su cumplimiento como condición para la aprobación de los fondos para la guerra. La versión del Senado marca el día de la retirada como un objetivo estratégico pero no como una condición para la financiación de las tropas. Ambas Cámaras tienen ahora que ponerse de acuerdo en un único texto y enviárselo después al presidente.

Ahora, si bien el presidente Bush tiene la facultad de vetar la iniciativa que subordina los fondos solicitados (más de 100.000 millones de dólares) al repliegue de los militares, porque los demócratas no han conseguido alcanzar los dos tercios en ambas Cámaras, al vetar el proyecto del Senado, y devolverlo para su modificación, se retrasará la aprobación de la ley que proporcionará financiamiento a las operaciones en Iraq y Afganistán.

La caótica situación obliga a Bush a negociar con los senadores y representantes demócratas un nuevo documento porque, de lo contrario, la carencia de fondos puede paralizar las actividades del ejército y del cuerpo de marina estadounidense. La falta de recursos pone en ciernes el despliegue de los 21,500 efectivos en Bagdad, así como el de los 8,200 adicionales para las misiones mencionadas en el párrafo anterior.

El costo de la guerra de Iraq, según un estudio del Premio Nobel, Joseph Stiglitz, y la profesora de Harvard, Linda Bilmes, asciende a dos billones de dólares, teniendo en cuenta el dinero que solicita Bush para continuar la guerra y, a medio y largo plazo, los gastos para recomponer las Fuerzas Armadas, los cuidados y pensiones de los veteranos, y las demás facturas que vayan surgiendo. Este cálculo apareció en The Boston Globe en enero pasado y supera con creces las estimaciones del Congreso norteamericano que oscilan entre 410.000 y 450.000 millones de dólares.

Los muertos en combate desde el inicio de las hostilidades en marzo de 2003 alcanzan los 3,235, según fuentes del Pentágono. Además, hay que sumar a decenas de miles iraquíes asesinados por los bombardeos, enfrentamientos fraticidas y atentados, y los más de tres millones y medio de desplazados en países vecinos o dentro del país.

Con la votación mayoritaria, el líder de la mayoría del Senado, el demócrata Harry Reid, dijo: "Esperamos que el presidente entienda cuán serios somos (...) y en lugar de amenazar como lo ha hecho, trabajemos con él para ver si nos puede dar ideas de cómo satisfacer los deseos de la mayoría del Senado y de la Cámara".

Sin dinero, la continuidad de la guerra queda paralizada pues la integridad de las tropas no puede arriesgarse si carecen de las condiciones necesarias. Si se materializa la propuesta de los demócratas será un duro golpe para una Administración que pretendía transferir el mando, junto con el conflicto, al próximo presidente norteamericano.

Como nadie en Washington desea hacerse del problemático Iraq, los demócratas esperan que la vinculación de EE UU concluya antes del término del mandato de George W. Bush ya que para cualquier gobierno, sea demócrata o republicano, Iraq representa una de esas bolas de fuego con las que juegan los nativos de la Polinesia.

Si burdas mentiras (como la supuesta existencia de armas de destrucción masiva en Iraq y los vínculos entre Saddam Hussein y Al Qaeda) metieron a EE UU en el conflicto, una mucho menos original como la de la “victoria” no será suficiente para que Bush se desentienda de sus pasivos. Ni si quiera las amenazas de nuevos atentados sobre territorio estadounidense convencen a los norteamericanos de que una retirada puede traer consecuencias "devastadoras" para la seguridad de Estados Unidos.

Hoy, las posibilidades de un repliegue son más altas que nunca ya que la Casa Blanca no cuenta con respaldo político ni público. A estas alturas, "es mejor retirarse como un acto coherente y en cierta medida voluntario que retirarse más tarde como respuesta a la oposición pública o a una serie de reveses en el terreno", dijo Steven Simon, director de amenazas transnacionales del Consejo de Seguridad Nacional durante el gobierno de Clinton.

Esta guerra, como la de Vietnam, se pelea en dos frentes: uno externo, en el propio terreno de batalla (en Iraq), y uno interno, en la mente de la opinión pública. Un escenario así determina que los insurgentes no necesiten ganar, sino tan sólo entorpecer los planes de la fuerza de ocupación estadounidense para que los opositores a la guerra demanden la retirada.

Bush no parece entender que así como el pueblo norteamericano lo reeligió porque deseaba la continuidad de su liderazgo en la guerra; al votar por los demócratas le está diciendo que ahora desea un repliegue.

De modo que los cuestionamientos de la Casa Blanca sobre la interferencia del Legislativo en la estrategia de la guerra son insustanciales porque el Parlamento puede enmendarle la plana al Ejecutivo, ya que ello radica en el principio de la división y control entre poderes.

"Hay un nuevo Congreso en Washington. Respetamos su rol constitucional y queremos que respete el nuestro señor presidente", retrucó Nancy Pelosi, la primera mujer en presidir la Cámara de Representantes.

La Unión Europea celebra su 50 aniversario

28.3.07

Los cincuenta años de la Unión Europea no pueden celebrarse de la mejor forma ya que con las bodas de oro llega de la mano el liderazgo de la UE en materia de derechos humanos y democracia. Tras cinco décadas resulta evidente que la Europa de los 27 es el único referente político válido a la hora de hablar de prácticas progresistas y democráticas.

El haber desplazado a Estados Unidos como modelo de desarrollo (económico, pluralista y social) es un ciertamente un logro, pero ha contado con la complicidad de una nefasta Administración republicana afincada en la Casa Blanca.

Las diferencias entre EE UU y la UE saltan a la vista en materia de inmigración, respeto de los derechos de los procesados por terrorismo y seguridad social, por dar unos cuantos ejemplos para hacer notar que no sólo el Océano Atlántico separa ambos extremos de Occidente.

Aún queda mucho por camino por recorrer (en Europa), pero lo alcanzado hasta ahora es suficiente como para tener la seguridad de que todo lo que se edifique se construirá sobre sólidas bases. Así, la paz entre las naciones (Alemania y Francia, principalmente), a través de acuerdos económicos y energéticos, posibilitó lo que es hoy en día un paradigma para futuras integraciones regionales en América Latina, África y Asia.

Europa también representó, por otro lado, la primera línea de batalla contra los totalitarismos de izquierda y de derecha, es decir, contra el comunismo soviético y las dictaduras conservadoras u ortodoxas en España, Grecia y Portugal. El triunfo del modelo democrático europeo, basado en el respeto de la dignidad humana y en el estado de bienestar, propinó una derrota no sólo material, sino ideológica a regímenes contrarios a la libertad.

Lejos de ser el continente convulsionado de antaño, Europa ha ido erigiéndose sigilosamente en uno de los destinos laborales más atractivos. Pese a todos sus problemas, la imagen que proyecta el Viejo Continente es positiva pues millones de inmigrantes de todas las latitudes valoran los progresos alcanzados.

Por si fuera poco, la integración europea favoreció el desarrollo de varios países, entre estos a España, ya que fueron alcanzando metas y patrones de crecimiento progresivo hasta su plena inserción en la UE, esto es, tuvieron una orientación política y económica, un norte si se quiere, que fue respaldado con ayudas financieras a cambio del cumplimiento de ambiciosos objetivos como la estabilidad fiscal, reducción del desempleo, cobertura sanitaria, educación gratuita, etc.

Las positivas transformaciones en España, Grecia y Portugal servirán de ejemplo para tratar de nivelar en el menor plazo posible a las deterioradas economías de los nuevos miembros de Europa del Este. La inclusión de los países del ex bloque soviético genera aún muchas dudas y anticuerpos entre los europeos de naciones más avanzadas por las constantes presiones migratorias. La solución en algunos casos ha consistido en imponer cuotas laborales para evitar la constitución de mafias y flujos ilegales de inmigrantes.

Si bien este malestar es comprensible, la mejor calidad de vida que se ofrece en la parte central y oeste del continente es fiel reflejo de que las cosas se han estado haciendo bien.

Gracias a las metas alcanzadas, hoy un europeo joven puede pasearse por 13 países de la UE sin mostrar el pasaporte (acuerdo Schengen), puede comprar y vender bienes y servicios utilizando una moneda única en 13 países (el euro), puede realizar estudios universitarios en cualquier país de la unión apoyado por atractivas becas (Erasmus), en general está cubierto por un buen seguro de salud válido en todo el territorio de la Unión Europea y ahorra para una jubilación sin sobresaltos.

En el fondo, el europeo común y corriente no se queja tanto de su situación de vida actual pero sí de lo que, supuestamente, le depara el futuro. Se queja por adelantado porque observa con espanto que las fábricas se desplazan lejos en busca de mano de obra barata, ve a los inmigrantes llegar por millares y ocupar sus puestos de trabajo, la amenaza terrorista le aterra y, para colmo, a diario le advierten que si no apaga la luz y usa menos el coche, será cómplice del deterioro irreversible del medio ambiente. En una reacción casi animal ese europeo asustadizo se repliega sobre sí mismo, sobre la plaza de su pueblo y su bandera nacional.

Pero, paradójicamente, para emprender una lucha efectiva contra el terrorismo y el crimen organizado, para reducir la dependencia energética y combatir el calentamiento del planeta, para canalizar la inmigración y, en general, para afrontar los desafíos de la globalización, a los europeos solo les salvará apostar por más Europa.

Otra posible interpretación que explica el descontento parcial con la Unión Europea (un 44% de los encuestados lo reveló así en Alemania, Francia, Italia y España al Financial Times), tal vez provenga de la adopción del euro. Esto porque muchas empresas europeas se sienten económicamente frágiles al tener una moneda fuerte que resta competitividad a sus productos.

Para cualquier exportador una alta cotización de la divisa local implica mayores contratiempos ya que percibe sus ingresos en otras monedas de menor valoración, lo que a la larga afecta su flujo de caja y el pago de sus obligaciones.

Una consecuencia desagradable, además de encarecer la producción local, es que los puestos de trabajo terminan trasladándose a otras zonas donde los costos son menores. Como la rentabilidad y la maximización del beneficio mandan a la hora de de producir, resulta lógico hacerlo en lugares donde se aprecie alguna ventaja comparativa.

Paralelamente, al tener una moneda fuerte, se incentiva la migración foránea (legal o ilegal) porque Europa paga mayores salarios que los que un trabajador puede obtener en su lugar de procedencia.

Otro problema que repercute en la vida diaria de los europeos son los sobrecostos laborales y la baja productividad per capita o promedio. La ausencia de una política laboral flexible, similar a la norteamericana, ha debilitado el atractivo de Europa (para los inversionistas) respecto a otras plazas y mercados mundiales.

De otro lado, la no aprobación de la Constitución Europea en Francia y Holanda, dos de los miembros fundadores de la Unión, fue, indudablemente, un duro revés que todavía puede ser subsanado. De ratificarse el texto constitucional paneuropeo, sería el instrumento internacional más importante en materia de integración y pluralismo, o la materialización más próxima a los principios e ideales de la Carta de Naciones Unidas.

Su eventual aceptación marcaría un antes y un después no sólo en Europa (por consolidar su proyecto político), sino para el resto del mundo, que verá expectante un nuevo rediseño de las alianzas y estrategias globales. Darle una Constitución a Europa, así como la Asamblea se la dio a Francia en 1791, será uno de los máximos hitos de la historia mundial, capaz de definir por sí sola el carácter y el espíritu de una época.

No será para nada sencillo el camino para conseguir su aprobación toda vez que existen corrientes divergentes en torno al papel de la Unión Europea. Para algunos países, encabezados por el Reino Unido y secundado por los ex integrantes de la Cortina de Hierro (de Europa del Este), la UE se concibe como una mera unión económica y se niegan a ceder más prerrogativas a un poder supranacional en detrimento de los estados nacionales.

Por contra, en el otro extremo se ubican los países defensores de una visión integradora que se sienten cómodos al encaminarse a una unión cada vez más política que incluya más materias sociales.

Más Europa es la solución para los problemas de Europa. Unidos todos los países de la unión conforman una potencia económica inigualable al totalizar 10,3 billones de euros como PBI, muy por encima de los Estados Unidos y China con 9,3 y 3,4, respectivamente. Además, esta conjugación de fuerzas por si misma le otorga a Europa la posibilidad de ser un actor internacional de peso. Por si solos el Reino Unido, Francia o Alemania son incapaces de hacer sentir su voz en el escenario internacional. En lo deportivo queda evidenciado que “la unión hace la fuerza” para el caso europeo, ya que si se suman todas las medallas obtenidas por los miembros de la UE en la última olimpiada, se consigue 183 preseas más que EE UU, que ocupó el primer lugar en dicho evento.

Europa, como se dijo más adelante, no sólo se encamina hacia el liderazgo en lo referente a los derechos humanos y la defensa de la democracia, sino también hacia lo que se vislumbra como uno de los principales problemas del milenio: el del calentamiento global. Al respecto, la UE ya adoptó medidas concretas de cara a reducir el consumo de energías contaminantes y aumentar la demanda por las renovables. Esto quedó confirmado tras la pasada reunión de jefes de gobierno de la UE en la que se acordó elevar el consumo de electricidad generada por energías renovables como la eólica, solar y biomasas. Tras el encuentro, el aumentó paso a ser del orden de 20% cuando antes de la medida bordeaba el 6,5%.

Ahora más que nunca la UE debe aprovechar el vacío dejado por EE UU en diversas áreas de interés y alcance global (como el medio ambiente, los derechos humanos, etc.). Ya que nadie olvida que la desunión europea facilitó el unilateralismo estadounidense que condujo al desastre en Iraq. Por eso es que Europa, mientras tenga un protagonismo geopolítico firme, debe ser el contrapeso ideal ante cualquier intento de desequilibrio en el balance de poder.

Su rol podría ser de mediador en los principales conflictos internacionales y más cuando el papel norteamericano ha venido dejando mucho que desear, además de resultar poco confiable para algunos interlocutores como los palestinos, los iraníes, los iraquíes, etc.

Es probable que los acontecimientos mundiales empujen a los ahora contrarios a una plena integración política hacia Europa, es decir, a encontrar un espacio o plataforma desde la cual puedan proteger sus intereses nacionales. El crecimiento desmedido de China e India, y los problemas del suministro energético ruso, entre otros, son indicadores de que sólo unida Europa puede lograr sus metas y asegurar su posicionamiento internacional.

El paso inmediato, por el momento, consiste en cerrar la brecha que se cierne sobre el futuro, en otras palabras, definir el estatus de la unión a la brevedad para darle continuidad política. Esto se traduce en establecer un horizonte, un rumbo para encaminar los principales objetivos de la UE.

Hasta ahora, la estrategia adoptada por Angela Merkel para consolidar la UE parece ser funcionalista, es decir, la de construir la casa europea poco a poco, a través de pequeños acuerdos económicos. Esto bajo la teoría del Comisario de Planeamiento, Jean Monnet, quien apostó, ante la imposibilidad de la unión política en una primera fase, por proyectos menores que vayan generando confianza entre sus miembros.

La clave para alcanzar el propósito de Merkel está en las próximas elecciones francesas del 22 de abril pues de su resultado dependerá si encontrará en Francia a su compañero o compañera en esta agotadora marcha hacia la integración.

Entonces, se está apostando por hacer filtrar o pasar el texto constitucional por etapas sin que se lo mencione. Hans-Gert Pöttering, presidente del Parlamento Europeo, fue más claro al señalar que “Nosotros queremos que la sustancia del Tratado Constitucional, incluyendo nuestros valores comunes, esté en vigor antes de las elecciones europeas de junio de 2009".

Los principales aliados de la canciller alemana hasta el momento son España e Italia. Romano Prodi, primer ministro italiano, advirtió la necesidad "de alcanzar un acuerdo antes de las elecciones europeas de 2009, de lo contrario Europa sufriría una importante pérdida de credibilidad". Por su parte, Jose luis Rodríguez Zapatero, jefe de gobierno español, abogó para que el nuevo Tratado mantuviera la máxima similitud con el texto aprobado. Zapatero manifestó que su deseo era que "el Tratado tenga dimensión constitucional, que garantice un funcionamiento eficaz de las instituciones europeas y que mantenga los valores democráticos".

La Declaración de Berlín, firmada con ocasión del 50 aniversario del Tratado de Roma, que permitió el establecimiento de la UE, fue propuesta por la actual presidenta rotativa del bloque, la canciller alemana, Angela Merkel, para que las reformas que son necesarias (para la UE) puedan avanzar y para que ésta desempeñe un papel más importante en la arena internacional.

"Nosotros, los ciudadanos de Europa, nos hemos unido para mejor", dice el documento, luego de contrastar las épocas anteriores, de guerras y divisiones en el continente, con los tiempos de paz desde la formación de la UE.La declaración no incluye ninguna mención explícita de los temas más contenciosos de la unión: la constitución y la posibilidad de aceptar como miembros a Turquía y a las naciones balcánicas.

El primer ministro de Holanda, Jan Peter Balkenende, señaló que era mejor evitar la palabra "constitución". "Es una declaración muy buena y lo que necesitamos ahora es un cambio de tratados", dijo.

En ese sentido, la Declaración de Berlín apunta a darle una salida a la crisis continental que supuso la negativa de Francia y Holanda a la Constitución Europea en el 2005. A pesar de que ambos países integraron el sexteto original (Francia, Bélgica, Alemania, Luxemburgo, Holanda e Italia) que dio vida al Tratado de Roma de 1957, que creó la Comunidad Económica Europea (CEE), antecesora de la actual Unión Europea.

Hoy, las palabras de Konrad Adenauer con las que inició su discurso tras la firma del Tratado son más vigentes que nunca: "No queremos dormirnos en los laureles por adelantado, son demasiadas las tareas que tenemos por delante. Pero quiero manifestar la alegría de poder dar este gran paso para la unidad de Europa que conlleva la firma de ambos tratados, porque esta alegría es compartida por millones y millones de personas de nuestros pueblos, que en este momentos nos acompañan con sus pensamientos".

Por su parte, José Manuel Durão Barroso, actual presidente de la Comisión Europea, es optimista respecto al futuro de la unión: “Pienso que Europa no debe tener miedo del siglo que comienza, porque tenemos mucho éxito en el marco de la globalización. Uniéndonos, con toda nuestra diversidad, sobre la base de un enfoque multilateral, demostramos que ya ahora estamos preparados para un mundo en el que todos estarán conectados con todos. No pienso que Europa esté destinada a fracasar. Por el contrario, disponemos de recursos para abordar exitosamente las tareas que nos plantea el siglo XXI.”

La inmigración ilegal, uno de los temas tocados por la Declaración de Berlín, fue abordada respetando las libertades y los derechos ciudadanos. Además, el documento aprobado considera que nunca más se dejará una puerta abierta al racismo, lo cual indica que las políticas migratorias comunes se valdrán de ciertos principios sin descuidar las necesidades locales, es decir, la cantidad de inmigrantes que puede incorporar un país a su economía.

Este asunto es particularmente fundamental porque Europa necesita atraer mano de obra calificada y talentos para diversos oficios, en especial en el campo informático. También por razones de envejecimiento poblacional es necesario alentar y permitir corrientes migratorias que renueven la demografía de una Europa demasiado madura.

Esta “crisis” que vive Europa es una de muchas que ya ha superado. Al respecto, Jean Monnet comentó lo siguiente en sus memorias: "Siempre he creído que Europa se forja en las crisis y que Europa es la suma de las soluciones que se encuentran a dichas crisis". Así, tras los sucesos de la Segunda Guerra Mundial, la mayor debacle continental, se forjó una alianza entre Alemania y Francia, otrora rivales en la gran conflagración bélica. Posteriormente, Robert Schuman, ministro francés de exteriores, elaboró en 1950 las bases para que una nueva guerra con Alemania “no sólo sea impensable, sino también materialmente imposible”, al regular, a través de un tratado, el comercio y abastecimiento del carbón y del acero, dos de los principales insumos de toda industria armamentista, por lo menos en ese tiempo.

Tras la colocación de la piedra angular, la paz definitiva entre Alemania y Francia, la integración europea fue avanzando muy lentamente.

Sin embargo, otra crisis (internacional esta vez), despertó interés por desarrollar el uso pacifico de la energía atómica. Eso sucedió en 1957, año en el que se dio vida a la Comunidad Económica Europea y el que fundó la Comunidad Atómica Europea, EURATOM. Para dar ese trascendental paso fue necesario que Europa cobrara consciencia de su creciente dependencia petrolera que por esa década bordeaba el 25% de su consumo energético.

Así, cuando Nasser, el presidente egipcio, resolvió la nacionalización del Canal de Suez en 1956, según el historiador Georg Kreis, “Europa se hizo plenamente consciente de su fragilidad energética”.

En cuanto a las ambiciosas metas que persigue Europa como la política exterior común, afrontar los retos de la globalización, del medio ambiente, etc., Jürgen Habermas, el filósofo alemán más importante desde Hegel, pone las cosas en su sitio al manifestar que “(…) la UE primero debe poner un poco de orden en su propia casa, para poder seguir siendo gobernable y obtener la capacidad de acción política necesaria, antes de poder ponerse objetivos tan pretenciosos. Sobre todo no nos deberíamos hacer ilusiones al respecto de qué es lo que realmente hace fracasar una profundización de las instituciones”.

Pero Habermas no es tan pesimista como proyectan sus declaraciones ya que considera que “en la mayoría de los países continentales seguimos teniendo mayorías silenciosas a favor de la profundización de la Unión. El motivo más profundo para la paralización de la dinámica de unificación más bien está en que diferentes gobiernos relacionan con la Unión diferentes objetivos”.

En parte es así, inclusive dentro de cada europeo hay posiciones no definidas y encontradas en torno a la UE.

Benedicto XVI y las patologías de la Iglesia

Las crisis suelen conducir a medidas desesperadas, de ahí que en ese marco se expliquen las decisiones del Papa Benedicto XVI y del último sínodo de obispos celebrado en Roma en octubre de 2005, pero dadas a conocer hace una semana tras poco más de un año de maduración. El documento denominado Sacramentum Caritatis (El sacramento de la caridad), refleja cabalmente las convicciones del ex cardenal Joseph Ratzinger respecto a cuestiones “no negociables” para la Iglesia.

El endurecimiento de las posiciones papales es resultado de la pérdida de influencia de una religión que se ve desbordada por el movimiento secular que tuvo sus raíces en los excesos de la Revolución Francesa (1789-1799). De mucho ha sido despojado el cristianismo en estos últimos siglos: del control del poder político a manos del Estado y del monopolio sobre el conocimiento científico a manos de la ciencia.

De ahí que los pocos bastiones de defensa (no tan pocos en realidad) o esferas de incidencia sobre lo público como el matrimonio, la familia, la educación religiosa y la vida (desde su concepción hasta su terminación natural), entre otros, sean los principales baluartes sobre los que debe dar batalla.

Si la Iglesia pierde su poder sobre lo "público", es decir, sobre los grandes temas que determinan parte de la vida de cada uno (creyentes y no creyentes), y que hoy en día están siendo modificados por iniciativas legislativas progresistas, estaría condenada no sólo a peder cada vez más protagonismo, sino a desaparecer. Esto porque el Estado avalaría, a través de la ley, una serie de conductas no permitidas o toleradas en el seno de la religión. Hoy más que nunca la Iglesia puede estar viviendo sus jornadas más negras ya que el laicismo amenaza directamente sus bases doctrinarias, y con ello, su existencia.

Sin embargo, el Estado moderno, mayormente europeo, no se propone socavar a la Iglesia, sino adecuar sus políticas sociales a los tiempos y necesidades de su población. La demanda por mayores derechos, esencialmente, por igualdad, hace que éste no pueda desconocer u olvidar a los diversos colectivos que lo integran. En ese sentido se entienden los reconocimientos a grupos que solicitan el divorcio, la despenalización del aborto, el matrimonio homosexual, la eutanasia, etc.

Como la familia nuclear (padre, madre e hijos) ya no es el agente social preponderante dentro de nuestras sociedades, la problemática de otros grupos de paterentesco o afinidad, o de simples individuos, ha cobrado no sólo mayor relevancia, sino que exige una pronta resolución, además de solicitar la definición de su estatus legal, esto es, de su regularización por parte del Estado. Así se entiende el reconocimiento a las uniones de hecho (entre heterosexuales y homosexuales) y la legalización del aborto en varios países europeos y latinoamericanos.

Ciertamente la respuesta de Roma a los cambios que promueve el secularismo no es de lo más atinada y supone un evidente retroceso a las posturas adoptadas en el Concilio Vaticano II (1962-1965). Bajo la nueva doctrina -en realidad vieja porque ya se creía superada-, el Papa exige activismo y ortodoxia a los obispos, a los políticos católicos y a los creyentes de a pie. Esta invocación a los políticos católicos implica que están obligados a oponerse a las leyes que no se ajusten a su doctrina religiosa, y los obispos están obligados a recordárselo "constantemente".

Al respecto, el clero vaticano parece no entender que un político, al menos en teoría, debe hacer a un lado sus propias convicciones y creencias para satisfacer las demandas del “bien común”. Además, su cargo no debe estar sujeto al mandato imperativo o presión de ninguna otra autoridad que no sea la Constitución porque de ella emanan todas sus prerrogativas, facultades y deberes.

Con la nueva posición de Ratzinger se anula la distinción de facto entre la conciencia privada y las cuestiones públicas, que tras el Concilio Vaticano II permitió que numerosos países de la esfera católica legislaran sobre el divorcio y el aborto.

Como contramedida, por si no funcionan las actuales, la Iglesia ha concedido permisos a sus sacerdotes y obispos para participar en política, aún cuando el propio Papa haya dicho en más de una ocasión que la Iglesia "no es ni pretende ser un agente político”, "que no hace política y que lo único que pretende es contribuir a que se haga lo que es justo".

En un primer momento Benedicto XVI confió a sus fieles laicos el papel de llevar a cabo todas las contrarreformas necesarias en respuesta a las que impulsan diversos grupos seculares. Así se manifestó el primado de la Iglesia Católica cuando señaló en Verona que “A la Iglesia no corresponde el cometido de actuar en el ámbito político para construir un orden justo en la sociedad, eso corresponde a los fieles laicos, entre ellos los cristianos laicos".

Pero el Pontífice de todos modos cuenta con un plan “B” que consiste en autorizar a ciertos representantes eclesiásticos la posibilidad de incursionar directamente en política para asumir, en primera línea, la defensa de los “valores cristianos”. Esto explica por qué en Paraguay, Fernando Lugo Méndez, obispo dimisionario y aspirante a la presidencia haya decidido renunciar a su ministerio para tentar el sillón presidencial.

Este no es el único caso aislado porque en la provincia de Misiones en Argentina, el obispo Joaquín Piña, resolvió postularse al Parlamento de esa circunscripción tras una crisis que se inició con la oposición de los clérigos de Misiones al proyecto del gobernador kirchnerista, Carlos Rovira, para reformar la Constitución provincial y habilitar su reelección de manera indefinida.

La disputa en Argentina entre el Gobierno y la Iglesia se centró, básicamente, como en el resto del mundo, en las políticas promovidas por el Ejecutivo rioplatense que tienen vinculación con la natalidad y la educación sexual. Ambos asuntos forman parte de la esencia misma de la religión católica y, se compartan o no, suenan naturales y comprensibles los cuestionamientos de los curas. Otra diferencia surge cuando se interpreta el pasado violento de los 70 y la posterior irrupción de la dictadura.

La renuncia y el permiso en los dos casos mencionados sirve para reflexionar sobre el papel que en el futuro podría desempeñar la Iglesia si su estrategia confrontacional y “no negociable” no da resultado. De ahí que sea sumamente alarmante esperar en pocos años que un partido netamente eclesiástico vete cualquier iniciativa destinada a modificar el estatus de la familia o altere cualquier otro asunto relacionado con los postulados "inclaudicables" del cristianismo.

Últimamente la Iglesia opina sobre cuestiones políticas (no es ninguna novedad) e incluso hace ferviente oposición como en Argentina, lo que sí es preocupante. Esto lo hace para explorar poco a poco el terreno de una eventual participación política consolidada y directa. El clero se ha venido dando cuenta de que las garantías constitucionales que antaño le otorgaban exclusividad (al extremo de que algunos artículos reconocían a la Iglesia Católica como la religión oficial del Estado; para pasar luego a la principal; y de ahí a ser una de las tantas confesiones con las que el Estado moderno coopera), no sirven para asegurar su protagonismo histórico.

Tampoco ha sido de gran ayuda el abanico de partidos democristianos o socialcristianos para resistir la avalancha de cambios legislativos que se han producido en los últimos tiempos. Si en el pasado la Santa Sede confiaba en una amplia gama de partidos y movimientos afines la defensa de su "sacralidad", hoy en día esos mismos grupos han cedido espacios a partidos de izquierda o centroizquierda que suelen ser atender las postergadas demandas de ciertos colectivos que bajo el liderazgo de agrupaciones de "derecha" no encontraban acogida.

Como el político depende de la intención voto (o popularidad), está obligado a ser pragmático y realista antes que idealista y creyente porque su futuro en el manejo de la cosa pública se debe a su aceptación por parte de las masas de electores. Claro que también obedece ciertos intereses ideológicos (pro mercado o intervencionista, etc.), pero está más que nada llamado a sobrevivir en una escena cambiante. Por ello debe tratar de parecer lo menos identificable posible con las posiciones irreconciliables que encarnan ciertos sectores dentro de la Iglesia.

Otro de los impases entre el Estado secular y la Iglesia ha salido a la luz durante la redacción de la Declaración de Berlín, bajo la que Angela Merkel, la canciller alemana, conmemoró los 50 años de la UE y esbozó los lineamientos del nuevo tratado que deberá ser aprobado para el 2009. Las negociaciones sobre el documento final que la UE debía presentar al mundo se vieron perturbadas por la obstinada posición polaca por forzar una mención expresa a las raíces judeocristianas de Europa en la Declaración. Finalmente, tal iniciativa no prosperó porque Francia y Bélgica, defensoras del laicismo, consideraron inaceptable romper con los principios políticos de la unión.

Las referencias a las bases cristianas de Europa son propias de textos históricos más que de obras legales. Ni la Constitución Europea ni cualquier tratado o documento legal, al menos en Europa, puede hacer mención a un credo en especial porque la religión está separada o escindida del Estado. El Estado moderno no le debe nada a la religión; en cambio ésta le debe respeto a las normas que promulga y no debe intervenir en la vida política.

El Estado no tiene por qué tener “oído para la religión” como lo dijo el sociólogo alemán, Max Weber. Los líderes religiosos pueden expresarse cuanto quieran pues están en su derecho al vivir en sociedades democráticas (en otros tiempos el clero no lo permitía), pero no pueden demandar a los Gobiernos a modificar sus políticas internas ya que no les hemos elegido.

Cualquier disposición legal a favor del aborto, el matrimonio homosexual, el divorcio o la eutanasia ha sido previamente discutida en el seno de un Parlamento, y no deliberadamente impuesta por una minoría despótica con tufillo eclesial.

La “exigencia”, como lo señala el editorial del diario El País de España, “de que se dé marcha atrás en la aplicación de derechos sociales plenamente consolidados y aceptados por la mayoría de la sociedad pasa por encima del carácter aconfesional del Estado constitucional”.

Aquí no tiene valor el argumento de la superioridad moral de la Iglesia, un evidente unilateralismo religioso, porque una sociedad verdaderamente secular no valora una sola perspectiva ética, sino la del común denominador de la sociedad, es decir, que aborda las cuestiones sociales a través de principios rectores básicos como la inclusión, la no discriminación y respeto por las minorías.

Algo de lo que esbozó Michael Walter en Las Esferas de la Justicia. Donde postula el igualitarismo político, esto es, una sociedad libre de la dominación, inclusive de aquella ejercida por algún bien social. Y la religión, junto con otras variables, conspiró contra lo que él denomina “Justicia distributiva” o “de acuerdos”, pues vivimos en sociedades distributivas en las que estamos juntos para compartir, repartir, intercambiar y producir bienes a través de una división del trabajo.

Volviendo a la estrategia del Vaticano, parece que está listo y llano a una ofensiva más decida con el fin de no perder más protagonismo social. Lamentablemente, para el clero, las medidas no son compatibles con los tiempos y tenderán a hacer más impopular su prédica.

En la actualidad, la debacle del catolicismo se percibe por la cantidad de fieles que han sido reclutados por otras confesiones o por el virtual agnosticismo, sin contar los numerosos ateos que residen en Europa o en otras latitudes. América Latina, sin ir más lejos, ha dado un vuelco hacia los movimientos evangélicos como es el caso de Brasil, donde se irradian hacia el resto del continente. Algo similar pasa con otras iglesias que han crecido a costa de la rigidez católica.

¿Qué puede ser más anacrónico que restaurar el latín en el oficio litúrgico o la música sacra y los cantos gregorianos si la mayoría de fieles viven en países pobres ajenos a la tradición medieval europea? Si en el presente se les dificulta mucho acudir a misa, con mayor razón lo será si se torna inentendible o aburrida. El Papa parece estar pensando más en Europa que en África o América Latina a la hora de implementar semejantes medidas.

La posición de que la Eucaristía como misterio para creer, basada en la Última Cena de Cristo con los doce apóstoles en Jerusalén, es un tanto materialista y refuerza el rol del sacerdote confesor. Para Benedicto XVI la fe de la iglesia católica "se nutre y realiza en los sacramentos", con la conversión del pan y el vino "en el cuerpo y la sangre del Señor". Pero eso son sólo los aspectos físicos de la vida de Jesús que se representan en la liturgia.

Lo más importante del Mesías no está relacionado con el rito, que depende de la preparación y organización de un clero, sino del mensaje que transmitió por medio de él. La interpretación bíblica dice que Cristo era “palabra” o “verbo” antes que carne, de ahí que su transformación en materia humana, en cuerpo y sangre, sean simples medios para realizar un fin.

Una fe entendida así ensalza el rito antes que la praxis. O se agota en lo secundario para rehuir a lo principal que son las acciones. Benedicto comete el mismo error que condujo al cristianismo a esta situación de desconcierto. Reforzar la figura semi autoritaria del cura no ayudará a entender la complejidad de los problemas sociales. Algunas acciones como la misa en latín y los cantos gregorianos son más que nada extravagancias.

Del mismo modo puede calificarse la exhortación papal que proclama que el rol de la mujer es de "esposa y madre” casi exclusivamente. “Esa es la realidad imprescindible para la mujer", concluyó el Pontífice. Esta noción doctrinaria no sólo ignora la autodeterminación del sujeto que defiende el Estado secular; sino también el "libre albedrío" que en los orígenes teológicos de la humanidad, el propio Dios reconoció al hombre.

Reducir a la mujer a dos tareas (muy nobles, por cierto), implica desconocer su valía e importancia en otros campos de la vida social.

La razón fundamental para que la Iglesia predique sobre el papel de la mujer se debe a que desea recomponer la familia a través de ésta. Es decir, pretende “resucitar” su poder por medio de la reestructuración de la familia para que vuelva a ser depositaria del mensaje pastoral. En otras palabras, el clero busca reconstruir su liderazgo a pesar de que con ello la mujer sacrifique sus potencialidades, intereses y anhelos.

Benedicto XVI lo ve de esta forma: sin familia tradicional no hay Iglesia, pues los miembros que la componen representan el auditorio irreductible de su prédica. Esta exclusividad de la familia como receptora de las enseñanzas católicas, implica el desconocimiento de que los tiempos han cambiado, por algo hoy en día la familia nuclear ha sido desplazada por otro tipo de uniones (como las de hecho, principalmente) tanto en el mundo desarrollado como en el subdesarrollado.

Ante esta realidad, lo que debería hacer la Iglesia es orientar su mensaje hacia a esos otros grupos marginados como en un primer momento lo hizo, es decir, volver a sus raíces evangelizadoras que no negaban la participación de la “palabra” a nadie. Ya que en un principio los participantes del mensaje cristiano fueron todos aquellos desterrados o ignorados por la sociedad de su tiempo, a saber: esclavos, prostitutas, leprosos, minusvalidos, criminales, desposeídos, etc.

En cuanto al rol de la mujer, no es muy realista el planteamiento benedictino dado que un cambio semejante produciría enormes consecuencias sociales y económicas. Si las mujeres, por ejemplo, abandonaran súbitamente el ámbito laboral para marcharse a sus hogares, el sector del trabajo se resentiría pues sería menos competitivo, y por ende, el PBI de los países denominados “cristianos” descendería a niveles alarmantes pues son generadoras de riqueza y están especializadas en determinadas tareas.

Por una necesidad práctica, el sistema económico y productivo depende tanto de ellas que resulta imposible pensar que abandonen sus ocupaciones para complacer los designios papales. La familia no tendrá la oportunidad de recomponerse como lo desea el Vaticano toda vez que las necesidades económicas que afligen al individuo, así como las propias exigencias de cada sociedad, representan dos obstáculos infranqueables a la hora de restaurar la figura de la familia biparental o nuclear.

La regresión que impulsa la Iglesia hacia postulados más duros es contraproducente porque pretende que la sociedad secular cambie y no al revés. Hoy por hoy existen muchas alternativas religiosas que compiten con mayor éxito que la cristiana porque se han amoldado a los tiempos, es decir, a las particularidades y necesidades de los individuos, además de explotarlas.

Otro elemento fundamental que ha promovido su auge es que no rechazan a nadie, así reciben como fieles a los divorciados vueltos a casar, a quienes el catolicismo ahora niega el sacramento de la comunión.

No es posible ir contracorriente y pretender ser inmutable al mismo tiempo, ese es el gran error de la Iglesia. La sociedad posmoderna y las fuerzas del mercado son demasiado poderosas como para intentar encausarlas. Si la Iglesia Católica quiere sobrevivir y no ser devorada por la vorágine de los tiempos debe redefinirse en función de la sociedad capitalista, aunque ello la lleve a transar y ceder en algunas cuestiones doctrinales.

El abandono de las valiosas lecciones que dejó el Concilio Vaticano II convocado por Juan XXII, que intuyó los cambios que aparecieron con el mayo francés del 68, corren el riesgo de perderse, y con ello, algunos buenos principios consagrados por el Vaticano II, como el respeto al pluralismo político y la laicidad del Estado.

El controvertido documento, Sacramentum Caritatis (El sacramento de la caridad), resume la defensa de la vida humana (de los no nacidos más bien), la familia, la indisolubilidad del matrimonio, el celibato sacerdotal, así como el repudio del aborto, el divorcio y las uniones entre homosexuales. Estas y otras cuestiones están en la cima del debate público y colisionan con las aspiraciones de ciertos grupos que consideran afectados sus derechos.

Así, el catolicismo ortodoxo es visto como un agente contrario no sólo al cambio, sino al reconocimiento de nuevos derechos. Bajo esa óptica es prácticamente imposible que mejore la imagen que arrastra desde hace buen tiempo. La oposición principista, por ejemplo, puede hacerla más impopular entre la población femenina más joven que lidia con el aborto.

A la par de la nueva doctrina católica, la Congregación para la Doctrina de la Fe que presidió alguna vez Joseph Ratzinger, censura a Jon Sobrino, uno de los propulsores de la Teología de la Liberación, a quien se prohibirá impartir enseñanza en cualquier centro católico y se impondrá la retirada del nihil obstat, el visto bueno eclesial, a todas sus obras debido a su visión humanista de Cristo.

Posiciones como ésta hacen que la Iglesia descuide su verdadera misión en el mundo centrada en los pobres. Bueno sería que la curia romana exhibiera menos oropeles; practicara, efectivamente, la caridad, y defendiera con más ahínco a la otra Iglesia, es decir, a sus representantes que denuncian sobre el terreno las injusticias sociales o que explican la idea de un Cristo por encima de todo humano, como defiende el silenciado teólogo Sobrino.

Lo que estamos presenciando en estos momentos es un desprecio del sistema democrático y pluralista por parte de la Iglesia, lo cual la deslegitima aún más. El repudio que siente hacia la democracia es porque en esa estructura política la gente puede idealmente elegir en libertad qué hacer con sus vidas, a quién adorar o no, o a quién amar. Y eso no debería ser posible (piensan en el clero), porque la libertad así entendida conlleva aspectos imprevisibles (o relativistas). La noción que manejan, en cambio, es que una entidad superior, como la Iglesia, rodeada de una arquitectura dogmática, es decir, no discutible ni cuestionable y a la que sólo se le deba obediencia, debe estar a cargo de regular los comportamientos humanos. Eso clausura, de plano, cualquier alternativa de elección.

Sólo deben existir las reglas religiosas y las teocracias tienen justamente esa asfixiante característica. Cuando la religión gobernó Europa se canceló la libertad y con ella el progreso de Occidente. No es casual que la época más oscura de la humanidad (la Edad Media) haya coincidido con el reinado omnímodo de los Papas.

China y su corta marcha hacia el capitalismo

21.3.07

En la última Asamblea Popular, los delegados chinos aprobaron una histórica ley que regula la propiedad privada. Este paso es fundamental para un país que desde 1979 viene impulsado medidas promercado. La razón para reconocer ese tipo de derecho responde a la necesidad de ir construyendo una demanda interna fuerte, esto es, un gran mercado de consumo capaz de dinamizar por sí solo la economía asiática.

Contar con una gran clase media es lo que quiere China en otras palabras. Algo que todavía no ha logrado y que sí han alcanzado economías más sofisticadas como la norteamericana, la japonesa y la europea.

De modo que para contrarrestar la creciente dependencia de capital externo (flujos de inversión) y del descomunal crecimiento de las exportaciones, China se ha visto obligada a profundizar las reformas restantes para completar su inserción como economía de mercado.

Si bien China ya había reconocido con anterioridad el derecho a la propiedad privada pues se mencionaba en la Constitución de 2004 y se desarrollaba en otras leyes, ahora se ha querido plasmar en un largo y detallado texto único. La reafirmación en realidad se hace para no dejar dudas o incertidumbres a la pujante clase media sobre su posesión. Ya que sin la garantía de un título posesorio, es decir, sin la seguridad sobre la propiedad, los agentes económicos, en este caso, los ciudadanos chinos de sector medio, se verán desincentivados a invertir o tomar préstamos con el aval de sus bienes.

"Sólo si la gente ve su propiedad protegida tiene el entusiasmo de crear riqueza", dijo Jiang Ping, ex rector de la Universidad de Ciencias Políticas, a The Washington Post, tras la cesión de la Asamblea Popular que regularizó la propiedad en China.

La sola posibilidad de disponer de un activo incrementa las oportunidades de emprender nuevos negocios o desarrollar los existentes. A esta altura resulta positivo que los chinos puedan disfrutar de las rentas que producen, pero también es esencial garantizar el régimen de la propiedad privada a través de un sistema judicial confiable y honesto.

Ninguna reforma o cambio tendrá éxito mientras persistan lagunas en torno a la eficacia de los tribunales de justicia. Generalmente las seguridades deben provenir de ese poder para minimizar o eliminar las amenazas que se ciernen sobre la propiedad.

Esta nueva orientación de la Asamblea Popular china impone a la vez límites a la acción del Estado, como debe ser en todo estado de derecho, pues se elimina la prerrogativa estatal a requisar terrenos en posesión de colectivos, que es la forma más habitual entre los campesinos chinos, ya que esa manera de actuar ha venido provocando graves levantamientos. Se trata ahora de proteger a los que "utilizan" esas tierras.

De ahora en adelante la dirigencia china debe calibrar bien el alcance que tendrán las reformas promercado, pues con ellas se incrementará la cuota de participación económica de los particulares, esto es, de los actores privados. Todo cambio sustancial en la promoción de los derechos de propiedad ha generado consecuencias políticas. Esto debido a que a una mayor relevancia económica de la burguesía puede producir mayores demandas de inclusión en la vida política.

Siempre ha sido así y no tiene por qué ser diferente en el caso chino. Pero la apertura política todavía está lejos dado que las modificaciones tardarán en germinar algunas décadas más.

Al potenciar las reformas de mercado es posible vislumbrar que las cargas estatales disminuyan o se concentren en los sectores más deprimidos de la economía. La desigualdad social existente seguirá siendo el principal problema chino de cara a los próximos años. De ahí que con los cambios se pretenda compensar las crecientes desigualdades -entre ricos y pobres, campo y ciudad-, al mundo rural, donde la titularidad del suelo es "colectiva".

Sobre esto último es preciso señalar que la propiedad de la tierra sigue en manos del Estado, pero permite su posesión y disfrute siempre que se hayan adquirido de forma legal y documentada. De esa forma se puede disfrutar del derecho a poseer edificios, ingresos y bienes personales, además de instrumentos y materias primas como medios de producción.

Para Wu Qing, directora del Centro de Desarrollo para las Mujeres Rurales."Es un avance para proteger que los bienes legales no sean invadidos. Asegura que todos los bienes son iguales, sin importar si son estatales, privados o colectivos", apuntó a EFE Qing.

En el campo chino, la propiedad de la tierra es colectiva y el Estado la cede a los campesinos en régimen de usufructo durante períodos de hasta setenta años. Este sistema se mantiene con la nueva reglamentación pues, a juicio del gobierno, el medio rural no está todavía preparado para la privatización de la tierra debido a la falta de un sistema extendido de seguridad social.

Aunque la tierra podrá ser requisada "por interés público", dice el texto, "se pagarán indemnizaciones por la tierra, subsidios para el desalojo, compensaciones por los enseres y cosechas".

Desde 1949 la propiedad exclusiva de la tierra es de carácter estatal, es decir, desde la revolución de Mao, aunque ahora habrá ahora un respeto a hogares, negocios y aun propiedades campesinas en los casos que se demuestre una larga tenencia. Era un reclamo de las numerosas empresas, nacionales y extranjeras, que se fueron creando en estas dos décadas de cambios promercado.

Así como los cambios avanzan en el régimen de la propiedad privada; otras medidas vienen permitiendo la participación de la banca extranjera en la plaza china. La presencia de los grandes conglomerados financieros en China incrementa la posibilidad de que el yuan se aprecie respecto a otras monedas (como el dólar), pues el Banco Central de ese país encontrará mayores dificultades para controlar la cotización de su divisa.

Si los bancos foráneos comienzan a conceder préstamos en yuanes la valorización de esa moneda podría subir, restando competitividad a las exportaciones chinas que dependen en gran parte de la subvaluación del yuan para eliminar cualquier competencia manufacturera.

Para contrarrestar la entrada de capitales privados a su sector bancario (norteamericanos, europeos y asiáticos), China manifiesta la intención de crear el mayor fondo inversión del mundo. Se estima China participe más activamente en las bolsas donde cotizan acciones, bonos y mercados de commodities.

Según un comunicado de prensa, el ministro de Finanzas chino, Jin Renqing, explicó que la meta es hacer un uso más rentable de las reservas en divisa extranjera —del orden del billón de dólares— que se fueron acumulando gracias a las cuantiosas ventas de productos chinos a EE UU y, por lo tanto, los enormes excedentes comerciales que Beijing fue registrando año tras año. La mayoría de estos fondos están colocados ahora en bonos del Tesoro de EE UU con un rendimiento relativamente bajo y otros activos en dólares.

El cambio en la estrategia de inversiones de China modificaría sus compras de bonos del Tesoro y afectaría un mercado del que Washington depende para ayudar a financiar su abultado déficit fiscal, lo que eventualmente elevaría las tasas de interés de EE UU.

Mingchun Sun, economista de Lehman Brothers, minimizó ese riesgo. Dijo que con reservas que aumentan a un ritmo de 20 mil millones por mes, Beijing podría darse el lujo de seguir comprando bonos del gobierno de EE UU, sin dejar de asignar miles de millones de dólares a nuevas inversiones.

Parte de las cuantiosas reservas chinas serán utilizadas en agresivos programas sociales que revitalicen al campo. En ese sentido, fuentes oficiales afirmaron que se dedicará unos 50.000 millones de dólares a construir el "nuevo campo socialista" en el que los cultivos agrícolas, las infraestructuras rurales y la vida de los campesinos mejoren gracias a inversiones que persiguen también desarrollar una agricultura moderna.

El camino emprendido por China hasta ahora ha estado plagado de marchas y contra marchas pues ha existido gran resistencia a la aprobación de la norma que protege la propiedad privada. El tira y afloja duró unos cinco años en los que los conservadores de línea “dura” vetaron anteriores iniciativas promercado.

La modificación es considerada un nuevo paso adelante en la liberalización de la sociedad china. Según sus autores, esta ley busca "tranquilizar" a los nuevos ricos del país y a los habitantes de Taiwan y Hong Kong que invierten en el floreciente mercado chino.

A la par de esta reforma, otra norma unifica el régimen fiscal para las empresas extranjeras y locales. Las empresas chinas se encontrarán a la altura de las extranjeras, que perderán las ventajas fiscales de las que venían disfrutando hasta ahora. El impuesto a las sociedades, sean compañías chinas o extranjeras, quedará en el 25%.

Ahora que China es lo suficientemente atractiva para los inversionistas por su crecimiento y dinamismo, los incentivos tributarios parecen no ser necesarios. Con esta medida Beijing restablece el principio de igualdad o equidad contributiva, es decir, de paridad entre los contribuyentes sin hacer distinciones entre éstos, concentrándose sólo en gravar la renta sin importar su origen o procedencia.

Esta iniciativa, además del reconocimiento de la propiedad privada, apuntala el desarrollo del sector nacional chino. El crecimiento de 9,7% promedio registrado desde que Deng Xiaoping iniciara las reformas de libre mercado no ha sido suficiente para mitigar todos los males de su inusual transformación.

Los retos para llevar a cabo una "Sociedad armoniosa". Término con el que el Partido Comunista Chino (PCCh) trata mantener una estabilidad social que permita seguir avanzando en la senda de las reformas económicas, trazada hace casi tres décadas por Deng, comprende una serie de acciones en los campos de la economía, el medio ambiente y la lucha contra la corrupción.

En lo económico se busca, como se dijo más adelante, de ir hacia un modelo más centrado en la demanda interna en lugar de la inversión y las exportaciones. Para ello se regulan las tasas de crecimiento económico.

Las desigualdades sociales son ahora mayores que cuando Mao llegó al poder en 1949, y siguen aumentando. La economía china ha crecido a una media anual del 9,7% desde hace 27 años. La disparidad entre el campo y la ciudad y entre las provincias del interior y las de la costa se ha convertido en una bomba de tiempo.

Si bien en este tiempo ha sacado a varios cientos de millones de personas de la pobreza. Aún existen más de 100 millones de chinos que viven con menos de un dólar al día, y muchos más están desempleados o cobran salarios ínfimos por jornadas sin fin.

En cuanto al medio ambiente, el ininterrumpido crecimiento chino viene de la mano con un mal muy común en estos tiempos: el de la contaminación. No hay en el mundo economía desarrollada que no contribuya significativamente al temido efecto invernadero o a la desaparición de ecosistemas, y China no es la excepción. Al respecto, los efectos negativos de su despegue económico cuestan entre el 8% al 12% de su PBI, según estudios del Banco Mundial.

La Agencia Internacional de la Energía asegura que el gigante asiático -que obtiene el 70% de su energía en centrales térmicas que queman carbón de baja calidad, de las cuales el año pasado construyó 117- podría superar a Estados Unidos en 2009 como principal emisor de gases de efecto invernadero, una cuestión que ha comenzado a preocupar también a los dirigentes chinos, que temen que el calentamiento global pueda suponer una amenaza para la prosperidad y la estabilidad del país.

Beijing, no obstante, ha dicho que los principales responsables de la situación actual son los países más desarrollados, y que la solución está en sus manos. El Gobierno asegura que gastará más en investigar el calentamiento global, pero que carece del dinero y la tecnología para reducir significativamente las emisiones de gases invernadero.

El tercer tema en agenda de la Asamblea Popular fue la corrupción. Este flagelo crece al igual que el descontento de las zonas rurales donde la precariedad es mayor. Mientras los habitantes de las ciudades triplican los ingresos de los campesinos de las zonas rurales, y, además, suben a mayor ritmo. Funcionarios y empresarios próximos al Estado se han enriquecido, a menudo, por medio de la corrupción.

Wen Jiabao, primer ministro chino, indicó que “Todos los departamentos del Gobierno deben prestar gran atención a los problemas que afectan a la vida diaria de la gente", citado en la prensa oficial. "El Gobierno debe mejorar la labor de cobertura social y asegurar las necesidades básicas de toda la gente pobre".

En un artículo publicado en el Diario del Pueblo, Wen ha asegurado que China no planea permitir la democracia en un futuro cercano, porque debe centrarse en el desarrollo económico antes que en las reformas políticas. El primer ministro ha señalado que el PCCh debe dirigir el país durante los próximos 100 años.

El anuncio del líder chino se cristalizò en recientes medidas de control del PCCh sobre la prensa. De acuerdo con el diario "South China Morning Post", durante la semana y la que viene las autoridades del Departamento de Propaganda han aumentado la lista de "informaciones sensibles" sobre las que los medios no pueden informar, o de las que sólo pueden publicar notas oficiales de la agencia Xinhua y el "Diario del Pueblo".

Un cable de la agencia noticiosa EFE da cuenta que “la oficina de información del gobierno de Beijing, por ejemplo, emitió una directiva esta semana en la que conminó a periódicos convencionales y electrónicos a que no incluyan en sus informaciones crítica alguna a la decisiva Ley del Derecho a la Propiedad, que estos días se debate en el Legislativo chino”.

De otro lado, las metas económicas que cifran el crecimiento de este año en 8%, cuando en años anteriores superó el 10%, pueden verse amenazadas por un mayor aumento si China materializa las ayudas sociales destinadas a dotar de salud (este año el 80% de la población rural tendrá cobertura médica), agua e infraestructuras básicas a la población más pobre. El Gobierno también prometió incrementar el gasto en pensiones, y otras formas de seguridad social.

Wen Jiabao considera que la reducción de la desigualdad creciente entre ricos y pobres es una "aspiración general". Por eso prometió que el gobierno adoptará medidas más eficaces. El plan de inversiones para resolver problemas de la población rural, como la eliminación de los costos de la escolaridad obligatoria, 513 millones de dólares para agua potable a 20 millones de personas, 220 millones de dólares para carreteras rurales y decenas de millones para agricultura es muy agresivo como para confiar en una disminución del PBI.

Además, el despilfarro que denunció Wen en las provincias no ha cesado y tiende a incrementarse con las obras que requiere Beijing para estar a tono para recibir los Juegos Olímpicos de 2008.Inclusive el propio primer ministro reconoció que se trata sólo de una cifra con finalidad presupuestaria, que puede variar "una cierta cantidad sobre lo establecido". Beijing da desde hace años unas estimaciones que se ven tradicionalmente superadas con creces.

Al menos China reconoce sus males ya que Wen cuestionó, en la apertura de apertura de la sesión anual de la Asamblea Popular Nacional (APN), el modelo de crecimiento económico calificándolo de “ineficiente”. Con desagradables repercusiones en el consumo de energía y en el medio ambiente. “Debemos evitar buscar sólo un crecimiento más rápido", sentenció Jiabao.

Hoy por hoy los cambios en la economía y geopolítica chinas tienen importantes efectos sobre el panorama mundial. Pero a China no sólo le preocupan sus problemas internos, sino también la percepción que tiene en el mundo. De ahí que afiance sus relaciones con otros bloques comerciales y países. África, por lo pronto, parece ser el continente donde ha extendido en mayor grado su influencia política y su poder económico.

Su necesidad por recursos naturales y materias primas ha permitido que algunos conflictos como el sudanés (Darfur) se encuentren estancados en el seno del Consejo de Seguridad de la ONU. Dada su prerrogativa de veto en la ONU, China canjea su respaldo internacional a cambio de asegurarse una participación en los yacimientos sudaneses.

La relación con Estados Unidos, por su parte, siempre atravesó por momentos tirantes y expectantes. A la potencia norteamericana le interesa el acelerado crecimiento armamentístico chino en una región donde EE UU concentra un buen número de tropas (en Corea del Sur y Japón, principalmente). Washington equivoca las interpretaciones sobre China al concentrar su atención en lo bélico y no sobre los desequilibrios que ese país puede causar a la economía mundial.

El gasto chino en armamento es una fracción de lo que EE UU asigna a su presupuesto de defensa (alrededor de 12%). Además, EE UU debe a China la exitosa mediación en el asunto norcoreano donde la potencia asiática se erigió por encima de la oxidada diplomacia estadounidense. La intervención de Beijing fue vital para evitar una mayor proliferación nuclear en el Asia, donde en pocos años varias de las naciones más desarrollas del globo podrían dotarse de una capacidad atómica preocupante.

De momento, la cooperación de China será igualmente esencial cuando la comunidad internacional tenga que debatir el nuevo paquete de sanciones contra Irán. Beijing tiene poder para vetar cualquier resolución del Consejo, pero podría abstenerse y no bloquear el castigo.

Por lo pronto, Wen Jiabao, tras su reunión con la canciller alemana Angela Merkel, concordó en la necesidad de una rápida aprobación de un borrador de resolución de Naciones Unidas sobre el programa nuclear de Irán, que esta vez sí contempla sanciones efectivas.

En cuanto a América Latina, el vicepresidente de la Asamblea Nacional Popular (ANP) de China, Cheng Siwei, manifestó que "América latina debe aprovechar el efervescente crecimiento económico del país asiático para su propio desarrollo".China es una de los mercados más interesantes para las principales materias primas latinoamericanas (minerales, harina de pescado, soja, frutas, etc.) y como fuente de inversión directa extranjera, algo de lo que carece en suficiencia la región.

Por si fuera poco, los millones de potenciales turistas chinos pueden encontrar en Sudamérica interesantes destinos turísticos, así como una experiencia muy variada. La presencia de colonias y barrios chinos por toda América puede ayudar a afianzar los lazos comerciales y culturales con el gigante asiático.

El país de la muralla, a diferencia de EE UU (vía el Consenso de Washington), no pretende imponer un modelo (o su modelo), sino que, como lo afirma Cheng Siwei: “Nuestra realidad puede servir de ejemplo, pero lo importante es que cada país parta de sus propias realidades".

De todos modos, no habrìa que confiar demasiado en la predisposición china hacia el exterior, ya que mantendrá sus relaciones con el resto desde una perspectiva imperial. Esto porque en principio ahora es lo que fue (un imperio, durante la mayor parte de su historia), salvo por algunos tristes episodios durante el siglo XX.

El retorno de China al escenario mundial implica nuevos desafíos como oportunidades pues en ese ínterin el coloso se acomodará a su nueva posición.

Marco Polo lo vivió y Napoleón lo pronosticó, la marcha que emprende hoy China es irreversible y le tomó menos tiempo del previsto. La cuestión que se plantea ahora es si el Partido Comunista Chino (PCCh) podrá resistir los cambios que, con el reconocimiento de la propiedad privada, desatará. Las expectativas y las lecciones de la historia dicen que no.

Al Qaeda amenaza a Alemania y España y critica a Hamas

12.3.07

La organización terrorista Al Qaeda ha vuelto a desatar la polémica al amenazar a tres países europeos con nuevos atentados si no acceden a su petición de retirar a sus tropas de Afganistán. La sofisticada red integrista suní recurre una vez a la treta psicológica para aterrorizar a sus enemigos y provocar cambios mediante amenazas que suele llegar cumplir, aunque no en todos los casos.

También acusó a Hamas, el partido integrista palestino, de ceder ante Israel al entregar la mayor parte de territorios ocupador por ese país desde 1948. En este caso, el número dos de Al Qaeda, Ayman al Zawahiri, manifestó personalmente su desagrado por los acuerdos de La Meca ya que legitiman la posición israelí al respetar los pactos firmados por la OLP con el Estado hebreo.

La posibilidad de eventuales ataques sobre las principales ciudades europeas no se descarta toda vez que cuando en cuando los servicios de inteligencia occidentales han desmantelado algunas redes y desbaratado sus macabros planes.

Europa es especialmente sensible a estas amenazas puesto sufrió en carne propia dos de las mayores acciones de la organización contra civiles. Tanto Londres como Madrid vivieron jornadas negras y llenas de dolor luego de que varios aparatos explosivos detonaron en los servicios de transporte público de ambas ciudades.

El objetivo de esta agrupación terrorista consiste en dividir a la comunidad internacional, particularmente a Europa, para aislar y enfrentar únicamente a EE UU en Afganistán y en Iraq, donde los agentes de Al Qaeda han sido responsables de azuzar los ánimos y desatar parte de la violencia sectaria que carcome al país.

Al Qaeda parece haber copiado la estrategia del departamento de Estado norteamericano de elaborar listados con países hostiles a las políticas de Washington. En un sentido inverso, la red que lidera Osama Bin Laden ha confeccionado una relación parecida en la que incluye a todos los países que de alguna forma u otra realizan operaciones en naciones islámicas o pliegan su apoyo a EE UU.

En función de la actitud de los países, Al Qaeda los saca o reincorpora en la lista de posibles atentados que surgen como represalia a las intervenciones de occidente en el mundo islámico. Estar en el padrón de Al Qaeda no es para nada agradable ya que el grupo suele golpear intereses vitales de la economía del país oponente. Bajo esa interpretación se comprenden los atentados contra la turística isla de Bali, Indonesia, que cobro la vida de cientos de viajantes extranjeros, en su mayoría australianos.

En el comunicado aparecido en los medios informativos se confirma la intención de la organización de combatir única y exclusivamente con EE UU. "Esta guerra no es vuestra (en referencia a los europeos). Esta guerra es entre los Muyahidin y Estados Unidos y aquellos que le apoyan. El dinero que gastáis por Bush y por su grupo podéis gastarlo en ayudar a los estudiantes universitarios en vuestro país", concluye el hombre encapuchado que aparece en el video divulgado ayer.

Durante corta su exposición, el enmascarado portavoz amenazó puntualmente al turismo austriaco. "Austria es un Estado neutral y no miembro de la OTAN", y que ese país "es hasta el momento uno de los más seguros del mundo", y que su economía "depende del turismo tanto en verano como en invierno"."Pero cuando Austria figure en la lista de los objetivos de los 'Muyahidin', esa situación cambiará, y por eso pedimos al nuevo Gobierno socialista que retire a sus tropas y deje de apoyar a Bush", agrega.

Si bien Europa ha estado dividida en cuanto al compromiso de enviar más tropas y apoyo al campo de batalla afgano, ninguno de los países miembros de la OTAN han considerado retirarse de la misión.Italia incluso atravesó por una mini crisis política tras la renuncia del primer ministro Romano Prodi al no contar con el respaldo suficiente (para su política exterior) de parte de la coalición de partidos que lo llevó al poder.

Tras el 11-M que enlutó a España, Al Qaeda y la insurgencia iraquí lograron su objetivo de provocar la partida de las tropas españolas de Iraq. Similar respuesta pretendió obtener del Reino Unido al explotar tres artefactos en los buses que recorren las congestionadas calles de Londres, pero sin éxito alguno, dado que el compromiso del laborismo inglés contra el terrorismo islámico forma parte de una estrategia nacional que involucra a casi todas las fuerzas políticas.

Que en esta oportunidad hayan sido amenazadas dos naciones con escasa participación en la lucha contra el fundamentalismo islámico implica que Al Qaeda quiere presionar a la comunidad internacional, si bien no por el lado más débil, al menos por el más susceptible. Esto porque en principio en Alemania sí existen divisiones en torno a cómo afrontar los desafíos que representa el terrorismo internacional.

Al respecto, el ministro del Interior alemán, Wolfgang Schaeuble, rechazó hoy la idea de ceder ante los terroristas y retirar las tropas alemanas emplazadas en Afganistán, condición impuesta por un grupo de secuestradores para la liberación de dos alemanes en Iraq.

Schaeuble aseguró que tanto los soldados como los instructores policiales en Afganistán continuarán su misión en la zona porque consideró que allí prestan sus servicios para estabilizar el país. "Al fin y al cabo, también luchan por nuestra propia seguridad", dijo y agregó que "Alemania no debe dejarse presionar".

La reacción de Al Qaeda se debe a que la semana pasada el parlamento alemán (Bundestag) aprobó el envío de seis aviones "Tornado" y 500 soldados al sur de Afganistán para apoyar la labor de la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF) de la OTAN.

En cuanto a España, las amenazas parecen sustentarse en el hecho de que el gobierno socialista (PSOE) resolvió el desplazamiento de 600 efectivos a Afganistán. Cuando retiró a sus militares de Iraq, España salió temporalmente de la lista de Al Qaeda y ahora ha vuelto a ingresar a ésta al colaborar con la OTAN en las operaciones que realiza en el sur de ese país, donde se atrincheran los muyahidines y los talibanes.

De otro lado, las críticas contra Hamas pueden entenderse como un preaviso contra el movimiento palestino de abandonar la lucha armada. Tal parece que los recientes acontecimientos muestran un ablandamiento de las posturas de Hamas, que a partir de la presión internacional y de la supresión de fondos se vio obligada a conformar un Gobierno de Unidad Palestino con Al Fatah.

El temor de los integristas de Al Qaeda es que el problema palestino encuentre solución después de casi seis décadas. Ese conflicto es y sigue siendo el símbolo de la lucha y resistencia de los fundamentalistas musulmanes en Oriente, a pesar de que la situación en Iraq puede generar un sentimiento parecido.

Hamas ha dado algunas muestras de “ablandamiento” al proponer una tregua a Israel a pocos días de la intrascendente reunión del domingo entre el presidente palestino, Mahmoud Abbas, y el primer ministro israelí, Ehud Olmert. La semana pasada Hamás lanzó una oferta para detener el lanzamiento de cohetes artesanales Kassam sobre territorio de Israel e impedir los atentados suicidas, a cambio de que la comunidad internacional ponga punto final al bloqueo económico que sufre el Gobierno palestino desde hace un año. No se precisó cuánto duraría esa tregua, que en la práctica Hamás cumple desde hace dos años, y de ninguna manera se comprometen los islamistas al reconocimiento formal del Estado judío.

A Israel no le convence la propuesta de Hamas puesto que no acepta la legitimidad del Estado sionista. Olmert está dispuesto a pensar en objetivos de largo plazo antes que en treguas de corto o mediano plazo que sólo son paliativos para una situación violenta.

La radicalidad de Hamas no va a desaparecer de la noche a la mañana pero sí eventualmente, a pesar de que haya anunciado que buscara la destrucción de Israel. "No traicionaremos las promesas que hicimos a Alá de continuar el camino de la jihad y la resistencia hasta la liberación de Palestina, de toda Palestina," dijo Hamas en un comunicado, una clara referencia a Israel y la ocupada Cisjordania.

Los reproches contra Hamas de parte de Al Qaeda también pueden ser vistos como una forma de posicionar al segundo como líder de la resistencia islámica en desmedro de otras agrupaciones más longevas y tradicionales en la competencia por recursos y adeptos para su causa. De modo que las acusaciones tienen cierto sentido porque ante los ojos del mundo musulmán (que repudia al sionismo y a occidente), Al Qaeda representaría a la verdadera facción inclaudicable que encarna los lineamientos de la jihad.

"Hamás ha caído en el pantano de la rendición", clamó el lugarteniente egipcio de Bin Laden en un vídeo emitido por la cadena de televisión qatarí Al Yazira. "Su liderazgo ha cometido un crimen contra la nación islámica al aceptar su compromiso con los acuerdos internacionales".

Así como Hamas se niega a reconocer a Israel, el gobierno de ese país tampoco avalara la existencia del futuro gobierno de unidad mientras no se respete las condiciones impuestas por el Cuarteto para Oriente Medio (EE UU, UE, Rusia y la ONU). Las condiciones incluyen el reconocimiento de Israel y de los acuerdos establecidos entre israelíes y palestinos, así como la renuncia a la violencia.

Será difícil unificar criterios porque Yihad Islámica expresó su rechazo al alto el fuego y Abbas es incapaz de controlar a las anárquicas milicias de su partido, Al Fatah.

Tampoco Israel pone nada de su parte. Prosiguen los planes para construir nuevas colonias en territorio ocupado y las redadas en Cisjordania son diarias. La semana pasada 18 supuestos milicianos palestinos fueron detenidos en un cuartel de Ramala dependiente del presidente.Además, la desastrosa situación económica está lejos de mejorar. No sólo porque el embargo a la Autoridad Nacional Palestina (ANP) no va a ser levantado a corto plazo. También el Banco Mundial aconsejó ayer que los donantes internacionales dejen de transferir fondos a la presidencia y lo hagan a través del Ministerio de Finanzas. Un informe del banco sostiene que sobran 6.000 funcionarios de la plantilla de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), y aboga por reducir las pensiones de los empleados públicos. Todo ello en una situación en la que la economía se ha desplomado y los ingresos fiscales se han hundido.

Durante la reunión que sostuvieron Abbas y Olmert en Jerusalén, la tercera desde diciembre, según fuentes diplomáticas, sólo se trató la liberación del soldado Gilad Shalit, cautivo en manos de Hamás desde junio de 2006, y el lanzamiento de cohetes caseros sobre Israel. De concesiones, nada de nada. Es más, Olmert pretende forzar a Abbas a que abandone la negociación para formar el Gobierno de coalición con Hamás, bajo la amenaza de que, si se constituye, el bloqueo proseguirá.

Para esta semana se espera la constitución de un Gobierno de unidad nacional palestino. "Anunciaremos el Gobierno el miércoles o el jueves próximos, y después pediremos el voto de confianza del Parlamento", declaró El primer ministro palestino, Ismail Haniya, del movimiento islamista Hamás, a la televisión palestina.

El boicot que mantendrá Israel y los cuestionamiento de Al Qaeda a Hamas pueden agravar la situación que ya ha empezado a registrar nuevos signos de violencia con el asesinato de un comandante de Hamas, el primero de este tipo desde que el cese al fuego firmado un mes atrás entre ambos grupos bajo la mediación de Arabia Saudita. El activista murió en el pueblo de Beit Hanoun.

El acuerdo entre las dos facciones, firmado el 8 de febrero en la ciudad saudita de La Meca, había traído un frágil final a los enfrentamientos armados, que ya han tomado más de 90 vidas desde diciembre de 2006 luego de un tiroteo entre ambos bandos.

También se destaca el enfrentamiento en un cruce de rutas del norte de la franja de Gaza, tras el secuestro por parte de los milicianos islámicos de la Fuerza Auxiliar de Hamás de un oficial y un policía de la Seguridad Nacional de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), según fuentes policiales. La milicia islámica, dependiente del Ministerio del Interior de la ANP, controlado por Hamás, ha secuestrado a un oficial y un agente de la Seguridad Nacional, cuerpo militar leal al presidente Mahmud Abbas, líder del movimiento nacionalista Al Fatah.

Bush y Lula: geopolítica y paradojas del etanol (primera parte)

9.3.07

Para muchos la gira latinoamericana del presidente estadounidense George W. Bush está relacionada con la influencia de Venezuela en el subcontinente americano cuando en realidad las razones parecen estar más allá de la región. Al parecer, el “tour” sudamericano de la Casa Blanca apunta a contrarrestar el papel preponderante de la Unión Europea (UE) en materia ambiental y energías renovables. La apuesta de la UE para disminuir en 20% las emisiones de gases causantes del efecto invernadero y aumentar el consumo de energías limpias iban a dejar muy atrás las iniciativas de Washington para atenuar los efectos del cambio climático que, hasta su reunión con el presidente brasilero “Lula” da Silva (para desarrollar un mercado internacional de biocombustibles), sólo habían quedado en buenas intenciones y propósitos.

De modo que las reuniones de Bush con su par brasilero sirven para que el mandatario norteamericano no quede rezagado respecto de la UE. Además, no se descarta que la visita a la parte austral del continente sea utilizada para revertir la mala imagen de Bush en América Latina al tratar de convertir a su país en abanderado de las energías renovables.

Otra de las razones que explica el súbito interés de su administración por los biocombustibles, en especial por el etanol, es la intención de reducir la dependencia de su país por petróleo extranjero, en particular del que importa de Medio Oriente (Arabia Saudita) y Venezuela. A raíz del fracaso norteamericano en Iraq, nación que posee las segundas reservas en importancia de crudo, EE UU ha perdido la confianza de que el suministro iraquí se convierta en su principal fuente de energía a largo plazo. De ahí que considere la posibilidad de explorar otras fuentes energéticas como el etanol.

Dada la espiral de violencia que envuelve a Iraq y las presiones internas (principalmente de los demócratas que controlan en Capitolio), Bush se ve obligado a considerar más que nunca la salida de las tropas estadounidenses aunque no lo diga en público. Su plan para el convulsionado país sólo le dará unos cuantos meses más antes de que resuelva la retirada de los efectivos desplegados en Oriente por etapas. La ausencia de fuerzas norteamericanas en el Golfo significará que los enormes recursos petrolíferos de Iraq queden a merced de la insurgencia y del terrorismo internacional de Al Qaeda. Eso hará que el precio del petróleo sea más inestable a futuro y con tendencia al alza.

La situación en el resto de la región será igual de caótica porque hay un resurgimiento de corrientes fundamentalistas (en la actualidad controlan Irán, otro de los principales exportadores de petróleo del mundo). James Woolsey, ex director de la CIA entre 1993 y 1995, lo resume de la siguiente manera: “El futuro de nuestra seguridad económica y nacional está, hoy más que nunca, aparejado a nuestras políticas energéticas". Para este reputado experto en inteligencia una serie de “autocracias y dictaduras pueden usar su riqueza (petrolera) para desestabilizar el sistema internacional”. Como la mayoría de los recursos aludidos están en manos de ese tipo de gobiernos, el futuro de occidente depende en encontrar o desarrollar nuevas fuentes energéticas para compensar la volatilidad de sus precios y la inestabilidad de su suministro.

Para colmo de males, el mercado de petróleo forma parte de un cartel como la OPEP que reduce su producciòn para mantener altos los precios, y aumenta su flujo para abaratar el barril de crudo, así logra desincentivar el desarrollo de energías alternativas como el etanol que requieren de un precio elevado del petróleo para poder competir con éste.

De otro lado, al emerger nuevos actores internacionales (en realidad viejos), como China y la India, la subida de la cotización del hidrocarburo ha pasado a depender en gran medida de la sed de la demanda. Algo que no se había registrado en este mercado desde su constitución. Todos estos factores han motivado a EE UU a dirigir nuevamente su mirada a Latinoamérica, ya que a partir de las alianzas y compromisos que logre, podrá asegurar el suministro de biocombustibles con el fin de reducir su consumo de petróleo proveniente de Oriente Medio.

Cabe destacar que esta estrategia es de corte geopolítico porque la producción de este tipo de carburantes limpios o “verdes” resulta mucho más costosa que la de explotar combustibles tradicionales. La industria de los biocombustibles no se hubiera podido desarrollar sin la permanente asistencia gubernamental, esto es, subsidios, incentivos tributarios, préstamos blandos, etc., que no sólo se orientan a los productores de combustibles ecológicos, sino también a los agricultores.

Además, tal como lo afirma Jean-Michel Severino, ex vicepresidente del Banco Mundial, “la energía limpia es víctima de la competencia injusta de los combustibles fósiles. El precio del petróleo refleja sus costes de extracción, refinamiento y distribución, pero no los de la creación de la materia prima. Para producir un litro de petróleo son necesarios millones de años y 200 toneladas de materia vegetal, mientras que para producir combustible sintético son necesarios apenas 15 kilogramos”. Es decir, que la materia prima para generar biocombustibles como el etanol o biodiesel tiene que obtenerse luego de un costoso proceso de transformaciòn pues los combustibles fósiles sólo se extraen de la naturaleza (del subsuelo terrestre o marino).

Ahora, la geopolítica entra en la ecuación energética ya que al disminuir gradualmente el consumo de combustibles fósiles, el poder e influencia de las petronaciones islámicas decaerá sensiblemente. Es parte del efecto dominò consistente en sustituir total o parcialmente un combustible por otro. Las repercusiones de la iniciativa global de la Casa Blanca con respecto al etanol haría que la principal fuente de recursos de los países contrarios o “enemigos” de occidente decaiga.

Esto indudablemente abre paso a una serie de reformas, cambios y transformaciones que son necesarias introducir en el mundo islámico ya que uno de los mayores obstáculos para llevarlas a cabo ha sido la riqueza petrolera con la que las autocracias satisfacían mínimamente las necesidades de los empobrecidos musulmanes y generaban cierta “estabilidad” (o control, más bien).

Recordemos que los cuantiosos ingresos petroleros mantuvieron por años a tiranos como Saddam Hussein en el poder, así como a muchos otros autócratas. De ahí que sea posible que la caída de los fondos que se perciben por la venta de estos recursos obligue a las sociedades del mundo árabe a cooperar y estrechar lazos con Occidente, que seguramente exigirá a cambio mayor apertura para la democracia y las libertades fundamentales.

El citado ex funcionario norteamericano, James Woolsey, también destacó en una entrevista concedida al diario El País de España, que resulta prioritario que EE UU diversifique “su suministro de combustible y sustituirlo en el sector del transporte, que comprende el 97% de nuestra energía para automóviles y camiones, para que en vez del petróleo convencional utilice un sistema fiable basado en combustibles y vehículos de última generación”.

Una de las motivaciones ocultas de Washington para impulsar el mercado de los biocombustibles es que éste puede ser una actividad rentable para sus industrias locales y agricultores. La Administración Bush se vale del cambio climático y de la dependencia del petróleo foráneo para promover un negocio en el que han puesto sus ojos las megacorporaciones de su país. Más que presidente de una nación desarrollada, Bush hace las veces de agente comercial o representante de los conglomerados empresariales de su paìs, que están interesados, en este caso, en las oportunidades de "oro" que genera la problemática ambiental.

Así pues, Bush encuentra una causa conquè disfrazar y legitimar sus verdaderas intenciones al tiempo que mejora su imagen como líder preocupado por los nocivos efectos del calentamiento global.

La mayoría parece no darse cuenta de que la política de subsidios agrícolas norteamericanos, que datan de los años 30 del siglo pasado, encontrará nuevas y poderosas razones para perpetuarse, perjudicando a los productores de granos Latinoamérica y África ya que EE UU se verá más comprometido que nunca a mantener las ayudas a sus campesinos pues de ello depende tanto su seguridad nacional como energética. De modo que ya no habrá dos, sino hasta tres fundamentos de peso por los que EE UU no eliminará las distorsiones que causa al comercio mundial de alimentos.

Si las primeras razones para subsidiar eran de naturaleza alimentaria y para proteger de la competencia a sus ineficientes productores agrarios; ahora los impedimentos se han trasladado al terreno de las cuestiones energéticas.

Con el rotulo del medio ambiente, Bush está impulsando descaradamente una nueva forma de justificar y extender la política de subsidios a sus productores agrícolas, quienes tradicionalmente han representado el bastión republicano que le otorgó el triunfo en las últimas elecciones presidenciales.

Por si fuera poco, con ese tipo de medidas apoya a compañías que financian las campañas republicanas como Archer Daniels Midland (ADM), grupo alimentario que integra la lista de las 500 mayores compañías del planeta y que se embolsó unos 2 mil millones de dólares al año en subsidios. ADM es el mayor productor de etanol, una de las energías con más potencial de negocio en EE UU ante el elevado precio de los productos petroleros. Esta corporación encabeza el "lobby del etanol", y destaca por su contribución económica a campañas electorales.

Los recientes cambios en la ley agrícola estadounidense son fiel reflejo de esta situación ya que más agricultores se beneficiarán al reducirse el techo de ingresos obtenidos. Así, el Partido Republicano ensancha su base o colchón electoral de cara a futuras citas electorales donde los beneficiados saldrán a defender los subsidios con su voto.

El pronóstico es que las protecciones continuarán, así como las que se otorgan a la producción de etanol. En EE UU los biocombustibles surgidos de la producción de etanol de maíz se benefician actualmente no sólo por las caudalosas ayudas que reciben, sino por las barreras comerciales que Washington impone a las importaciones de ese combustible “verde”.

Ahora, EE UU protege su mercado -a sus agricultores e industriales- al establecer una arancel equivalente a 54 centavos de dólar más una sobretasa de 2.5%. Si bien Brasil produce ese combustible de manera más eficiente a un costo de 80 centavos de dólar por galón, menos de la mitad de lo que cuesta producirlo en EEUU, las cargas impositivas, arancelarias y los costos de transporte dificultan su comercialización en suelo estadounidense.

La negativa para vetar la entrada de biocombustibles brasileros (basados en la caña de azúcar) se debe a que EE UU busca que Brasil colabore con Centroamérica en el desarrollo de ese mercado (porque su rendimiento por hectárea promedio es 120% menor al de las tierras brasileras). “La industria caribeña del azúcar es tan anticuada que no puede producir combustible de forma competitiva. En su lugar, las compañías de la región se encargan del paso intermedio de la cadena de producción: deshidratan el etanol y luego lo envían a refinerías estadounidenses que, para hacer combustible, sustituyen la parte de agua por gasolina”, así lo revela The Wall Street Journal en su edición de hoy.

Gracias a un acuerdo comercial firmado en 1983, las 24 economías caribeñas menos Cuba, están exentas de cualquier impuesto. Washington desea que la producción brasilera pase por el Caribe por varias razones, entre estas, está la de contrarrestar la influencia del presidente venezolano Hugo Chávez en una región carente de alternativas energéticas. Recientemente Caracas extendió sus tentáculos a la parte central del continente tras imponerse el sandinista Daniel Ortega en Nicaragua, a quien le suministra diésel y gasolina a precios preferenciales para atender su demanda energética.

Otra razón adicional podría ser la de mejorar los estándares de calidad de vida en Centroamérica para disminuir el creciente flujo migratorio que tiene como destino a los Estados Unidos. La producción biocombustibles en los campos caribeños requiere de intensiva mano de obra, así como de inversiones que se materialicen en plantas e infraestructuras. La generación de empleo en las deprimidas selvas de la zona puede detener la inmigración ilegal y generar cierta estabilidad política y social.

Por otro lado, existe también otro motivo de peso para no abrir el mercado norteamericano a las importaciones de etanol de caña pues EE UU quiere regular el crecimiento brasilero en el sector. “En un mundo sin barreras comerciales, Brasil sería el rey del etanol y EE UU importaría mucho más combustible de ese país”, indica The Wall Street Journal. EE UU quiere asegurarse la dominación del mercado de etanol tanto por el lado de la demanda como por el de la oferta, ya que quienes comercializarían el etanol brasilero serían firmas estadounidenses afincadas en el Caribe a través de las cuales dicho combustible ingresaría sin pagar aranceles y otras tasas a Norteamèrica.

Brasil tendrá que aceptar el esquema planteado por la superpotencia si quiere popularizar y masificar su producto. Además, por si fuera poco, tendrá que soportar la indefinida prolongación de los subsidios que EE UU concede a sus productores agrícolas.