¿Por qué Ron Paul?

26.6.07



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¿Por qué Ron Paul?

Alvaro Vargas Llosa

Washington, DC— Quedé atónito la semana pasada cuando tres estaciones de radio, una en España y dos en América Latina, me pidieron explicar qué clase de aspirante a la presidencia estadounidense es Ron Paul y porqué su candidatura en las primarias republicanas ha generado tanto alboroto. El representante tejano no ha ni siquiera figurado en los sondeos nacionales, pero ya es una celebridad política en la "blogósfera", el candidato preferido en los websites de la TV por cable y una historia de primera plana en el Washington Post y otros medios noticiosos importantes. Aparentemente, también está haciendo olas alrededor del mundo.
El atractivo obvio de este medico sin carisma y franco es que se opone a la presencia militar de los Estados Unidos en Irak. En un partido Republicano en el que todos los demás candidatos presidenciales compiten por unas credenciales de "macho" en materia de política exterior, Ron Paul—que sugirió al Presidente Bush conceder "letras de marque y represalia" para permitir que cazadores de recompensas busquen a Bin Laden en vez de invadir Afganistán—se destaca.
Pero la oposición de Paul a la Guerra probablemente no sea suficiente para explicar el atractivo de este libertario de 71 años entre muchos jóvenes. Hubiese sido reduccionista atribuir la "contracultura" de la década de 1960 a la Guerra de Vietnam, aún cuando la oposición al conflicto dio ímpetu a la liberación moral de la época, y podría resultar insuficiente atribuir al disgusto con la ocupación de Irak los actuales síntomas de rebelión contra las elites en los Estados Unidos, de la cual el jaleo de Ron Paul parecería ser una manifestación improbable.
Si bien la exasperación con las instituciones establecidas afecta a ambos partidos, el blanco más evidente es el Partido Republicano. En una era en la cual la tecnología ha proporcionado a los jóvenes herramientas para ejercitar su responsabilidad personal de modos en que las generaciones previas ni lo hubiesen soñado—por ejemplo, mediante la substitución de información personalizada y la comunicación grupal a través de Internet para los medios tradicionales, uno percibe una creciente revulsión en contra de la intromisión de las autoridades en la vida de las personas.
El actual Partido Republicano, cuyo discurso paradójicamente hace hincapié en la responsabilidad individual, ha quedado asociado con dos poderosas formas de intrusión: el uso de la fuerza en el exterior y la intimidación moral dentro del país. La primera es una cortesía de, pero que no está limitada a, los neoconservadores; la segunda es hija de la derecha cristiana. Esa, al menos, es la percepción. La reacción que tiene lugar entre las generaciones más jóvenes del Partido Republicano y más allá parece haber encontrado un vocero en Ron Paul, quien brega en favor de limitar la ingerencia gubernamental en todos los frentes—la política exterior, las cuestiones morales y la actividad económica.
El discurso de Ron Paul probablemente luce como más consistente que el de sus candidatos republicanos colegas debido a que se compadece con la idea de una república de los Padres Fundadores. Sus posiciones—incluida la abolición del impuesto a las ganancias—están fuera del debate político en virtud de lo mucho que el país se ha apartado del espíritu del siglo 18. Pero esa rara cualidad es quizás la que hace que muchos jóvenes acudan en masa a Paul a fin de hacer llegar un mensaje a la elite partidaria.
No hay forma de predecir sí estas son las etapas iniciales de una transformación cultural o una moda pasajera. Nadie vaticinaba, a comienzos del siglo 18, el alcance de la reacción liberal contra la teocracia en las colonias estadounidenses, y no obstante la misma se hizo tan poderosa que un poco más tarde tomó el control de muchas de las instituciones académicas claves de este país, incluida Harvard, fundada originalmente como un campo de entrenamiento para los puritanos ortodoxos. Nadie pronosticaba, dos siglos y medio más tarde, que la marginal generación "Beatnik" de los años 50 se convertiría, una década después, en un terremoto cultural—la "contracultura" de los años 60.
No podemos predecir sí las actuales manifestaciones de la rebelión de las bases contra las elites políticas serán vistas, en pocos años, como el presagio de algo más grande. Pero hay suficiente bronca y sentimiento icono clástico allí afuera como para que nos preguntemos sí no estamos en presencia de una explosión de individualismo que transformará los valores y la política del Partido Republicano en algo menos intrusivo, acercándolos al discurso del gobierno pequeño.
La frase "el tiempo lo dirá" es una que en particular me desagrada porque es utilizada a menudo por personas que desean eludir la responsabilidad. Pero la cultura, una bestia proteana, adopta tantas formas impredecibles que uno nunca puede estar seguro de cuál será la siguiente. Algo, sin embargo, parece estar desarrollándose—y podría ser interesante.

Publicado originalmente en http://www.elindependent.org/articulos/article.asp?id=1988 Republicado por el Instituto Acción con la autorización del Instituto Independiente.



La división de Palestina: Crónica de una toma anunciada

19.6.07

Tras varias provocaciones de Al Fatah e Israel finalmente Hamas picó el anzuelo y tomó Gaza por la fuerza. Todo resultó según lo planeado por la mayor potencia militar de Oriente Medio y el grupo pro occidental liderado por Mahmoud Abbas. Ya no queda ninguna duda de que la intención era sacar de carrera a Hamas aislándolo en la Franja y cortando todas sus fuentes de financiamiento. Desde su polémica victoria en las elecciones parlamentarias de enero de 2006, muy limpias por cierto, a Hamas se le fue tendiendo el cerco ya que inicialmente careció del reconocimiento de la comunidad internacional y de toda asistencia económica por parte de diversas organizaciones y países como la ONU, la Unión Europea y Estados Unidos, por nombrar a los más importantes. Ni siquiera la conformación de un “Gobierno de Unidad” con Al Fatah le valió la aceptación mientras no cesara su lucha armada contra Israel.

Inclusive antes de firmar el armisticio de La Meca, auspiciado por Arabia Saudita, la dirigencia política de Hamas iba siendo encarcelada en prisiones israelíes sin que se formularan cargos. Así, la mitad de sus diputados se hallan bajo arresto y varios miembros de su Gabinete corren igual suerte. Estas detenciones fueron fundamentales para descabezar a Hamas y preparar el terreno para que el presidente palestino gobierne por decreto hasta que convoque nuevas elecciones, que podrían tener lugar dentro de un año. La estrategia está diseñada para dar una apariencia de “legalidad” a las medidas que tenga que tomar el ejecutivo palestino de ahora en adelante.

Mucho antes, justo después del abrumador triunfo electoral de Hamas, tanto israelíes como palestinos moderados discutían la mejor forma de deshacerse políticamente de Hamas hasta que dieron con una singular fórmula: dejar que tomara militarmente Gaza para declararlo “ilegal” o al margen de la ley. Esto haría que dicho movimiento no sólo retorne a la clandestinidad en la que operaba, sino que se encuentre inhabilitado para participar en cualquier comicio que convoque el presidente palestino.

Estas decisiones se produjeron luego de que Abbas decretara el estado de emergencia que le da plenos poderes para restablecer el orden y suspender la mayoría de garantías personales en los territorios palestinos, excepto por Gaza, ahora en manos de Hamas. Esto le permite negociar la rendición de los partidarios de Hamas en Cisjordania mediante una amnistía o indulto, si deponen las armas. Posteriormente el mandatario despidió al primer ministro Ismail Haniya del Gobierno y designó al independiente Salam Fayad en su reemplazo.

Ahora bien, la unilateralidad del presidente podría calificar como un “golpe de Estado” ya que “impone” a un nuevo jefe de Gobierno (desconociendo que el último resultado electoral favoreció a su archirival Hamas). Sin embargo, el presidente tiene prerrogativas, según la ley palestina, para establecer el estado de emergencia por 30 días -prorrogables por otros 30 si el Parlamento lo aprueba con una mayoría calificada de dos tercios-, que en la práctica no se podría dar porque el Legislativo carece de miembros suficientes para formar el quórum requerido pues, como se mencionó más adelante, la mitad de los diputados de Hamas se encuentran detenidos en Israel. De ese modo Abbas llegó a conformar el Gabinete encabezado por Salam Fayad y gobernará por más tiempo del previsto por la Ley Básica para esa eventualidad.

Esto le ha dado carta blanca al Ejecutivo palestino para plantear la ilegalidad de Hamas, así impedirá el regreso de sus legisladores a sus funciones asi sean liberados. De esa forma se cierra el círculo en torno a Hamas y se le expulsa del sistema político con el aval de Occidente y la cuestionada participación de Israel. Hasta la fecha cerca de 40 diputados de Hamas han sido encarcelados sin razón alguna, aunque ahora todos sabemos por qué se les detuvo. Al principio se pensó que el arresto se hizo para conseguir la liberación del soldado Guilad Shalit o detener los lanzamientos de cohetes Qassam contra ciudades israelíes, pero conforme iban desarrollándose ciertos acontecimientos las dudas quedaron totalmente despejadas.

La captura de los dirigentes aludidos se hizo sin la presentación de pruebas efectivas, por ello un juez militar israelí ordenó en setiembre pasado la libertad de 18 parlamentarios y tres ministros. La falta de argumentos sólidos motivó la decisión del magistrado hebreo pues los acusadores sólo adujeron que los detenidos pertenecían a una organización terrorista sin precisar su participación en hechos delictivos.

Durante el segundo semestre de 2006 y en lo que va del 2007, Israel ha practicado el secuestro selectivo de políticos de Hamas y el asesinato de sus principales cabecillas con el doble propósito de debilitar militarmente a su adversario y provocar un vacío de poder en el Parlamento palestino para que Al Fatah pueda gobernar sin oposición y más allá del tiempo permitido por la ley. “Legalmente” no se deja otra opción a Abbas puesto que resulta imprescindible recuperar el orden y más cuando hay que evitar que la violencia se propague a Cisjordania.

Con la designación del nuevo Gabinete de independientes y militantes de Al Fatah se consigue la venia de Washington y el beneplácito de la comunidad internacional ya que ese partido es del agrado de Occidente. Se podría decir que los ministros sustitutos han sido diseñados a la medida norteamericana o europea pues reclamaban a vox populi la disolución del anterior Gobierno de Hamas.

Lo que presenciamos es parte de un guión elaborado en las más altas esferas de la política occidental e israelí. De ahí que los actos del Ejecutivo palestino hayan consistido en ilegalizar prontamente a Hamas y bloquear todas sus cuentas, como antes lo había hecho EE UU y la Unión Europea con los fondos destinados al pago de la burocracia palestina y el sostenimiento de importantes programas sociales. La “ilegalización” alcanza también a los brazos armados de Hamas.

La naciente administración palestina tendrá todo el apoyo financiero para garantizar el orden y recuperar la dinámica económica paralizada por los enfrentamientos entre Al Fatah y Hamas. No se debió esperar demasiado para que las potencias occidentales manifiesten su respaldo al Gobierno de Fayad. La celeridad de su reconocimiento ayudará a destrabar más rápidamente los fondos de la ANP (Autoridad Nacional Palestina), lo que marca un antes y un después en las relaciones de Occidente con los palestinos. Israel se apresta a hacer lo propio, es decir, liberar los recursos retenidos por impuestos y aranceles. Al respecto, la ministra de Exteriores israelí, Tzipi Livni, reveló que entregará “850 millones de dólares al nuevo Gobierno de Emergencia”. La Unión Europea también reanudará sus tareas de apoyo financiero lo más pronto posible y pretende garantizar que no haya un mal uso de los fondos comunitarios, lo que implica mayores controles y transparencia en el manejo de los recursos de la Unión.

En estos momentos tanto Haniya como Meshal, los máximos dirigentes de Hamas, deben haberse percatado de que han caído en una trampa. De ahora en adelante Hamas tendrá que definir si desea proseguir su infructuosa lucha armada, una mucho más desigual ya que Israel puede suspender el suministro de la electricidad, agua potable, servicio telefónico, alimentos, medicinas, etc. En la práctica Tel Aviv cuenta con mucho más opciones y menos reparos para presionar al movimiento islamista ya que no debilitará a sus aliados de Al Fatah en el proceso, pues están consolidando su liderazgo en Cisjordania.

Se prevé que el fortalecimiento de Abbas en la Ribera Occidental mejore las condiciones de vida de la población residente en ese territorio. Es decir, ir creando un clima propicio para promover un proceso político que tenga como meta la resolución de los principales diferendos entre palestinos e israelíes. La división de Palestina puede ser el punto de partida para que ese pueblo determine bajo qué tipo de régimen desea vivir. Las opciones son dos: uno democrático, estable y reconocido por la comunidad internacional; o uno regido por la ley islámica (la sharia) e incapaz de lograr acuerdos de paz con sus vecinos.

Las condiciones están dadas, si no media algún inconveniente, para que los palestinos de Cisjordania construyan las bases de un proto Estado palestino con sede en Ramallah. Ese “embrión”, si logra ser eficiente en la asignación de sus recursos, podrá aniquilar fácilmente los aspiraciones de los radicales que pretenden levantar un Estado fundamentalista en Gaza. EE UU e Israel han apostado por la escisión palestina para salir del estancamiento ya que ahora podrán ayudar a su aliado palestino para que gestione con éxito sus políticas públicas. El respaldo que norteamericanos e israelíes materialicen a sus socios de Al Fatah no sólo comprende la asistencia técnica o financiera, sino acciones de sabotaje contra Hamas, pese a que gran parte de los gazanos (el 80% vive por bajo del nivel de pobreza) resulten afectados.

La división de Palestina: Gaza tomada

18.6.07

La captura de la Franja de Gaza por parte de Hamas recuerda mucho al estupendo cuento de Cortazar “Casa tomada” en el que sus protagonistas son desalojados cerca de la medianoche por entes imaginarios. Claro que en la situación actual la toma de la Franja por parte del Movimiento para la Resistencia Islámica (Hamas) no tiene nada de fabuloso o irreal como el relato. Sin embargo, pese a esas diferencias, entre ambas historias hay alguna conexión toda vez que el narrador detalla pormenorizadamente como la casa iba siendo tomada habitación por habitación, hasta que sus inquilinos se vieron forzados a abandonarla.

Algo así de parecido sucedió con Gaza aunque su ocupación no se haya producido por motivos semejantes.

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Lo que iba a formar parte de un futuro Estado palestino se ha escindido para constituir –muy probablemente- un apéndice de Irán. De ahí que el delicado presente del Líbano, donde Teherán tiene gran injerencia, nos puede dar una idea de lo que puede pasar con ese pequeño territorio en el extremo sur de Israel.

Todos estos microconflictos (el de Gaza y el de Líbano) forman parte de un montaje regional mucho más complejo donde se lleva a cabo una suerte de “Guerra Fría” entre los principales países islámicos. Hace un buen tiempo sostenemos, sin vanagloriarnos de ello, que el Medio Oriente es un escenario en el que dos países o tres determinan los acontecimientos de la región (fuera de las grandes potencias, obviamente), es decir, que según las decisiones éstos que tomen, los demás Estados siguen o evalúan el tipo de respuesta que corresponde.

A estas alturas todos los interesados en los asuntos geopolíticos de la región más conflictiva del planeta sabemos que Irán encabeza una de las corrientes políticas del Golfo. Su “eje”, por llamarlo de algún modo, comprende a Siria y un par de movimientos fundamentalistas como Hezbollah (en el Líbano) y Hamas, que acaba de hacerse con el control de Gaza en poco menos de cinco días. En el otro bando se ubica Arabia Saudita como líder de un grupo de países contrarios a la hegemonía chiíta en la zona. Los aliados de Arabia son en su mayoría países de corte sunita como Egipto o Jordania, por nombrar a los más conocidos. También podría incluirse a Israel dentro de ese “eje”, pero se mantiene distante porque su presencia enervaría los ánimos en los países (en las poblaciones) que tienen ese tipo de acercamientos o alianzas con un enemigo del Islam.

La rivalidad entre las potencias regionales como Irán y Arabia guarda similitud con la “Guerra Fría” ya que existe un conflicto ideológico de por medio. Esta disparidad se manifiesta en la forma de ordenar la sociedad que pretende cada bando pues depende de la orientación religiosa de sus habitantes, que puede ser sunita o chiíta, según sea el caso. Inclusive existen interpretaciones más ortodoxas dentro de cada una de ellas como la que posibilitó la Revolución Iraní en 1979 y la que propugna el Wahabismo, corriente sunita que inspira a organizaciones terroristas como Al Qaeda y a la propia monarquía saudita.

Además del enfrentamiento ideológico-religioso, existe otra oposición entre los países musulmanes según su grado de apertura y receptividad hacia Occidente. Los Estados y movimientos liderados por Irán no descartan relacionarse con los antiguos cruzados, de hecho han promovido algunos acercamientos, pero supeditan cualquier vínculo a una solución justa del problema palestino (una que restituya la integridad de su territorio a los palestinos), una menor presencia occidental en los asuntos de la región (como replegar las tropas angloestadounidenses en Iraq y retirar su apoyo a Israel). Del lado árabe la posición es contraria porque consideran fundamental la participación norteamericana para “estabilizar” Oriente Medio, esto es, garantizar el status quo que se mantiene en las petromonarquías sunitas.

En ese contexto se desenvuelve el problema palestino, aunque tal vez para algunos ha dejado de ser un problema ya que con la división de Palestina es mucho más factible debilitar a Hamas, pues al hacerse con el control de Gaza, dicho partido ha asumido responsabilidades exclusivas que no formaban parte de su ideario político como satisfacer las necesidad alimentarias de su población, asegurar la prestación de servicios básicos, garantizar la seguridad, etc. Es decir, una serie de materias que la agrupación no está en capacidad de atender por si sola y menos si decide continuar su lucha contra Israel.

La población de Gaza depende más que nunca de la ayuda internacional y humanitaria. Esta situación se agrava porque muchos Estados no están dispuestos a brindar su asistencia pues consideran a Hamas como una organización terrorista. Mientras esa calificación no cambie la autoridad que tiene sobre Gaza no será reconocida ni merecerá ningún tipo de apoyo. La situación de “Hamastán”, como se denomina ahora a Gaza, será sin lugar a dudas peor que la padecida cuando Al Fatah compartía el gobierno con Hamas.

Este dilema es una típica reminiscencia de la “Guerra Fría” porque recuerda la partición de Alemania en una democrática (comunista) y otra federal (prooccidental). Además tiene la particularidad del embargo económico que rememora el que aún pesa sobre la Cuba de Castro. Ambos elementos, la separación de Palestina y el bloqueo de Gaza, que seguramente se recrudecerá, pueden representar el establecimiento de un velo que haga las veces de una Cortina de Hierro, pronosticada por Winston Churchill hace más de 60 años para anunciar la división de Europa.

La consolidación de esta fragmentación se producirá cuando Irán cuente con armas nucleares. Ese paso creará un nuevo clima de tensiones y peligros no sólo para la región, sino para el mundo, porque otros países desarrollarán su propia capacidad nuclear para contrarrestar a la de sus vecinos. No habrá que esperar demasiado para ver una carrera atómica a gran escala pues algunos Estados ya han tomado la decisión de incorporar a sus arsenales las temibles bombas nucleares. Este es el caso de Egipto, Arabia y Turquía (este último ya tiene avanzada la construcción de algunas instalaciones para dicho fin).

Un elemento que se añade a esta problemática es el crecimiento de partidos islámicos, es decir, la proliferación de agrupaciones fundamentalistas en varios países donde el Estado carece de instituciones sólidas y confiables, como en los casos de Líbano y Palestina. Si en el pasado algunos partidos totalitarios como el nazi o comunista destruyeron la institucionalidad democrática en sus países por su carácter antisistémico, es decir, debido a su ilegítima pretensión de dominar todo el espectro político, el propósito final de los integristas musulmanes no es muy distinto toda vez que por su naturaleza ambicionan lo mismo, esto es, apoderarse del aparato político y eliminar cualquier competencia de los partidos opositores. Para este tipo movimientos (como Hezbollah o Hamas) resulta incompatible la alternancia en el poder pues planean organizar sus sociedades según las enseñanzas del profeta Mahoma en el Corán. De ahí que no puedan admitir otros puntos de vista distintos a los esgrimidos por la tercera religión del “Libro”.

Irán podría ser la excepción porque permite elecciones generales y no siempre el partido más ortodoxo gana, pero en realidad es una teocracia porque los ayatolás determinan quienes pueden postular y detentan muchas prerrogativas, sobre todo en cuestiones de política internacional. Por si fuera poco, las normas están inspiradas en las escrituras coránicas y cualquier desapego a los estrictos códigos de conducta son “corregidos” prontamente pese a las numerosas críticas que suscitan prácticas como la represión contra mujeres que descubren su rostro o usan maquillaje.

En cuanto a Palestina, el sueño de ver a un Estado constituido seguirá hibernando. La separación no es definitiva ni absoluta pues siempre existe la posibilidad de una reunificación, pero su desenlace no será nada sencillo; aunque sí mucho menos prolongado que el que afligió a los alemanes durante más de cuatro décadas. No creemos que los palestinos tengan que esperar tanto para ver unificado su territorio ya que detrás Hamas no se haya una superpotencia como la Unión Soviética, sino un país de menor envergadura como Irán, que a pesar de sus apreciables ingresos petroleros no tendrá como materializar su ayuda económica a Gaza pues Egipto e Israel controlan las fronteras, las costas y su espacio aéreo.

Así, la empobrecida población palestina residente en Gaza puede ir presionando a Hamas para que tome medidas dirigidas a acabar con el embargo internacional y el bloqueo israelí. El clamor popular juega un rol de vital importancia para debilitar a Hamas porque el incremento del hambre, la miseria y la desocupación obligarán al defenestrado primer ministro Ismail Haniya a reconsiderar su posición respecto a negociar con Israel. Si los gazanos logran torcer la voluntad de la cúpula de Hamas habrán conseguido lo que ni Al Fatah ni Israel han alcanzado en todos estos años de lucha contra el radicalismo palestino. De producirse ese hecho significará el principio del fin para el movimiento de resistencia armado más feroz que enfrento Israel desde que se constituyó como Estado, excepto tal vez por Hezbollah.

Lo lamentable del caso es que para lograr su capitulación, millares de habitantes de la Franja tendrán que soportar penosas condiciones de vida hasta que Hamas dé su brazo a torcer. En el futuro se vislumbra a los milicianos y cuadros de Hamas abandonando Gaza hacia otros países o entregándose a la ANP una vez que se hayan desarmado. Mientras habrá que esperar qué determinaciones toma el nuevo primer ministro palestino, Salam Fayad, quien venía ejerciendo el cargo de ministro de hacienda del fenecido “Gobierno de Unidad”.

En esta posición, el gobierno de Fayad puede salir fortalecido porque tiene el reconocimiento de EE UU, la UE, Rusia y la ONU, es decir, todos los integrantes del Cuarteto para Medio Oriente, y el respaldo de los miembros de la Liga Árabe. Para garantizar la viabilidad de su gestión, las potencias involucradas e Israel consideran destrabar la asistencia financiera y devolver los fondos retenidos por Tel Aviv. Sin embargo, su condición no deja de ser precaria pues más que nunca depende de la ayuda occidental. Esto podría ser perjudicial para los palestinos ya que el presidente Abbas podría negociar desventajosamente con Israel algunas cuestiones fundamentales sobre el estatuto final los territorios ocupados y la solución al problema de los refugiados, ahora que la autoridad de Hamas ha sido anulada. De alguna forma u otra la asfixiante presión de Hamas sobre los líderes de Al Fatah servía para mantener una determinada postura con Israel aunque no se lograra nada, esto es, ningún acuerdo. Sin el acoso de Hamas Abbas puede verse liberado para negociar más cómodamente con Olmert. Pero podría destruir rápidamente las esperanzas del pueblo palestino si alcanza un acuerdo desfavorable.

Israel cuenta conque los extenuados palestinos rebajen sus pretensiones para conformar el Estado que los israelíes les ofrecen. En otras palabras, esperan que el cansancio, la desolación y el debilitamiento de Hamas generen las condiciones “ideales” para negociar. En esos términos, cualquier trato va a favorecer sin dudas a Israel porque su contraparte habrá abandonado sus aspiraciones de construir su Estado con capital en Jerusalén.

Además, Israel se viene preparando estratégicamente para afrontar los nuevos desafíos que depara una Franja ocupada por Hamas. Como primera disposición Olmert nombró a Ehud Barack como ministro de Defensa. El cambio en esta importante cartera sirve para mitigar las críticas recibidas por la oposición, la prensa y la ciudadanía por el pobre desempeño de su antecesor, Amir Peretz, durante el conflicto en el Líbano. La designación de Barack está pensada para dirigir una señal a sus contendientes de Hamas en el sentido de que a Israel no le temblará la mano si tiene que reprimir o castigar a Gaza. Este cambio refleja el temor israelí ante nuevos ataques, pero a la vez garantiza que habrá una respuesta o represalia de inimaginables proporciones.

De otro lado, esta no deja de ser una buena oportunidad para Israel de acordar con un hombre en el que sí confía, como Abbas, el desmantelamiento de los asentamientos remanentes en la Margen Occidental. Si se trata a Cisjordania como una entidad separada y “amigable”, a diferencia de Gaza, no hay motivo para postergar el retiro de los colonos. Ese paso podría ayudar a mejorar la imagen de Israel ante la comunidad internacional toda vez que sus intervenciones armadas han sido duramente cuestionadas por diversos organismos de derechos humanos y por la prensa extranjera.

Como Abbas está necesitado de logros importantes (y Olmert también), sus gestiones para conseguir la retirada de los colonos israelíes puede ganarle la simpatía de los palestinos insatisfechos con a su presidencia. Además, hoy más que nunca Israel necesita fortalecer a sus pocos aliados en la región y esta es una inmejorable ocasión para ello. La decisión será sumamente difícil tomando en cuenta el traumático desalojo que propició Sharon, pero no hay otras alternativas para ganar algo de confianza e impacto mediático.

En Cisjordania se puede hablar de “golpe” también pues las fuerzas de Al Fatah han asaltado el Parlamento en poder de Hamas, y se ha adelantado al destituir a Haniye, reemplazándolo con Fayad, quien goza de las simpatías de Washington por haber sido funcionario del FMI. Al conocer estas medidas tanto Khalid Meshal, líder de Hamas en Damasco, e Ismail Haniye, calificaron ambas acciones como “ilegales”. Resulta contradictorio que cada facción haga mención a la “legalidad” cuando las dos han cometido graves violaciones a los derechos humanos (la Cruz Roja Internacional menciona ejecuciones extrajudiciales).

El conflicto de momento se halla contenido en la Franja, aunque algunos no descartan que se extienda a la Ribera Occidental (Cisjordania) porque Hamas aún mantiene alguna inquietante presencia. El presupuesto es válido sólo que Al Fatah es mucho más fuerte en ese territorio y cuenta con el respaldo del Ejército Israelí para acabar con cualquier foco de resistencia. Además, al escindirse Palestina, y romperse, por consiguiente, el “Gobierno de Unidad”, Mahmoud Abbas contará con el respaldo financiero de la comunidad internacional que ya le ha reconocido como única autoridad de los palestinos. Ehud Olmert inclusive baraja liberar, como se dijo más adelante, parte los recursos retenidos en calidad de impuestos y aranceles (se habla de unos 500 millones) para afianzar el gobierno de su colega palestino.

A la luz de lo expuesto el triunfo de Hamas parece pírrico ya que en vez de consolidar su liderazgo, la toma de Gaza abre una serie de interrogantes y problemas que difícilmente podrá contestar y resolver. Con toda seguridad es imposible que Hamas dé alguna solución a la crisis humanitaria por más que se haya especializado en la asistencia de grandes grupos humanos en los campos de la educación, salud y alimentación. Esta nueva situación –vieja en realidad- escapa largamente de sus manos, así como su anhelo de borrar del mapa a Israel.

Las nuevas circunstancias convierten a Gaza no sólo en un gran campo de concentración (durante la ocupación israelí), sino en uno de rehenes de 345 kilómetros cuadrados y más de un millón y medio de habitantes. Terminados los tres meses de convivencia que duró el armisticio de La Meca, al que llegaron las facciones gracias a la mediación saudita, la aguda situación puede llevar a algunos milicianos de Hamas usar a la población para resistir cualquier tipo de intervención extranjera. En cierto modo dicho movimiento está entre la espada y la pared, o muro en realidad, porque su afirmación política en esas circunstancias es totalmente inviable.

La ruptura sólo puede remendarse si Hamas depone su lucha, acepta los Acuerdos de Oslo (y otros firmados por representantes palestinos), entrega las armas y reconoce finalmente a Israel. En otras palabras, si renuncia a los principios que originaron su existencia. Esto equivale a desaparecer del firmamento político. Lograr aquello no será nada fácil, pero tampoco es imposible pues EE UU e Israel, con el aval europeo, planean asfixiar a la Franja e imponer mayores controles sobre ese territorio; a pesar de que parte del pueblo palestino sufra terribles consecuencias por votar a una organización extremista.

Hamas, el movimiento creado por jeque Ahmed Yasin, ideó muy bien su arribo al poder cuando ganó respaldo social al asistir a la población indefensa y desamparada por la ANP (Autoridad Nacional Palestina) y constituirse en el único movimiento palestino capaz de infringir verdadero daño a Israel cuando otras agrupaciones habían abandonado la lucha armada. Es decir, a la par que brindaba ayuda humanitaria, canalizaba las iras populares concretando ataques sobre suelo israelí. Del estadío social pasó inmediatamente al político al ganar las elecciones en enero de 2006, a pesar de la fuerte oposición internacional. Mucho no le duró la victoria sobre Al Fatah pues estuvo plagada de enfrentamientos y numerosas tensiones con sus rivales políticos. Para terminar la violencia tuvo que convivir con el partido fundado por Yasser Arafat hasta que se produjo el actual rompimiento. La siguiente fase de su ascenso es la que presenciamos, de corte militar o de facto pues se impuso por la fuerza para despojar a Al Fatah de toda autoridad sobre la Franja.

Es
ta etapa del conflicto está marcada por su aislamiento o confinamiento ya que la posibilidad de nuevos enfrentamientos es más remota al quedar Gaza en manos de Hamas, al menos entre militantes de Abbas y Haniye, pues no se descarta que los ataques con cohetes Qassam contra Israel continúen.

Finalmente, el paralelismo propuesto entre ficción y realidad al inicio de este artículo se rompe --porque a diferencia de los personajes del cuento de Cortazar-, millones de palestinos han quedado atrapados dentro de su casa.

La disputa del gas y el petróleo

14.6.07

Por Gustavo Castro Soto


Entre las fuentes de energía se encuentra el agua (hidroeléctricas), el petróleo, el gas, el vapor y el carbón (termoeléctricas); la energía solar, eólica (viento) o nuclear (uranio enriquecido). Pero si toda la energía la tuviese que generar el petróleo, cada día el mundo requeriría 210 millones de barriles diarios de petróleo. Pero hoy se producen 75 millones de barriles diarios. De la energía mundial actual el 38% proviene del petróleo; 22% es del gas natural equivalente a 46 millones de barriles; 26% de la energía proviene del carbón; 7% de la energía nuclear; y el otro 7% proviene de la energía hidráulica, solar, eólica, entre otras.

El 20% de toda la energía la consume el sector del transporte en el mundo; más del 30% se destina para la iluminación, refrigeración, calefacción, transmisión y recepción de información, uso domestico, comercios y edificios públicos. El resto es para la industria especialmente de acero, cemento, vidrio, química, aluminio, celulosa y papel, principalmente. Por tanto, industria y transporte consumen el 70% de la energía mundial por lo que son los pilares del desarrollo neoliberal, del Área de Libre Comercio de Las Américas (ALCA) y del Plan Puebla-Panamá (PPP). De ahí que la privatización de la energía eléctrica, el gas y el petróleo mexicanos son algunos de los objetivos estratégicos y de seguridad nacional del poder imperial de EU. EU cuenta con 173 refinerías; México con 6; Rusia con 45 quien consume 4 millones de barriles diarios; y la Unión Europea con 20 refinerías y consume 5 millones de barriles diarios de petróleo.

A principios del 2002, EU producía el 12% del petróleo mundial, o sea, 9 millones de barriles diarios. Sin embargo, consume el 25% del crudo del planeta siendo el mayor consumidor mundial y el mayor contaminante atmosférico. Por tanto, tienen que importar otros 11 millones para cubrir sus necesidades. De ellos, México le vende un millón 600 mil y Venezuela 2 millones de barriles diarios de crudo, y el resto proviene del mundo árabe. Con el ritmo actual de producción, EU tiene crudo para 11 anos, pero si tuviera que producir con sus reservas todo lo que consume, solo tendría petróleo para 4 anos.

Lo anterior explica por qué EU busca desesperadamente garantizarse el acceso a los mercados de crudo del Continente Americano, como es el caso de Canadá, México y Venezuela. Pero el gobierno venezolano de Hugo Chávez le es amenazante por su discurso antineoliberal, y por qué enviaba a Cuba 53 mil barriles diarios de petróleo en condiciones preferenciales en virtud de un acuerdo firmado entre los dos gobiernos en octubre del 2000. A cambio, Cuba prestaba servicios, tecnología y productos para impulsar el desarrollo económico-social en los sectores más necesitados. Por tanto, los intentos del derrocamiento de Chávez también tienen que ver con su petróleo, al igual que la guerra contra Sadam Hussein quien gobierna el petróleo iraquí. Sin embargo, el gobierno de Vicente Fox en México no es un peligro sino un fuerte aliado de Bush para abrir a los capitales extranjeros la extracción del gas natural y del petróleo. Para lograrlo se requerirá sepultar la soberanía de México por medio de las negociaciones-imposiciones del ALCA que se llevan a cabo, y la modificación del articulo 27 de la Constitución que hoy reza así: "Corresponde a la Nación el dominio directo de todos los recursos naturales (...) el petróleo y todos los carburos de hidrogeno, líquidos o gaseosos (...) Tratándose del petróleo y de los carburos de hidrogeno sólidos, líquidos o gaseosos o de minerales radioactivos, no se otorgaran concesiones ni contratos, ni subsistirán los que, en su caso, se hayan otorgado y la Nación llevara a cabo la explotación de esos productos (...) Corresponde exclusivamente a la Nación generar, conducir, transformar, distribuir y abastecer energía eléctrica que tenga por objeto la prestación de servicio publico.

En esta materia no se otorgaran concesiones a los particulares y la Nación aprovechara los bienes y recursos naturales que se requieran para dichos fines (...)"



EL ALCA: ESTRATEGIA ESTADOUNIDENSE PARA EL CONTROL ENERGÉTICO

Desde otro punto de vista, entre los tres negocios más lucrativos del mundo se encuentran la industria militar, el narcotráfico y los hidrocarburos. Del último dependen los países ricos del norte y, lamentablemente para ellos, muchos gobiernos de Latinoamérica todavía controlan gran parte del sector, además de realizar alianzas que ponen en jaque a la economía norteamericana, como cuando en 1998 Venezuela y México, en alianza histórica con Arabia Saudita, decidieron reducir la producción de petróleo para revertir la crisis del precio del crudo. Por lo anterior, y tomando en cuenta los grandes intereses del mandatario estadounidense George Bush en el sector petrolero de Texas, el gobierno de los EU despliega su estrategia sobre el Continente con el fin de crear un bloque energético petrolero en torno al ALCA que incluye al PPP y al Plan Colombia.

La iniciativa Petroamérica intenta la conformación de una gran transnacional que podría fusionar a Pemex de México con Petrobras de Brasil, Petróleos de Venezuela S.A. (PDVSA), Ecopetrol de Perú e IPF-REPSOL de España en Argentina, bajo los intereses norteamericanos. Y en México encuentra su más fiel aliado. El presidente Vicente Fox, hijo de madre española y el nuevo Malinche de la Nación, advirtió en febrero del 2002 que "Este mismo año ya se van a ver muchas realidades de obras de infraestructura, que harán que queden totalmente conectados los mercados de EU y Canadá, a través de México hacia Panamá, con ejes carreteros, con puertos, con aeropuertos, que aseguren la infraestructura en la cual la inversión concurra". Durante el mes de agosto del 2002, Fox se reunió con los gobernadores del país para convencerlos de la reforma eléctrica haciendo uso de chantajes políticos. Explico que la inversión de 500 mil millones de pesos que se destina a la electricidad, es similar a la transferencia anual a todos los gobiernos estatales y municipales del país, por lo que en caso de cancelar la posibilidad de la reforma seguirían los problemas presupuestales en todos los niveles de gobierno. Poco a poco, las petroleras se han ido fusionando creando monstruosos oligopolios. Hoy, las "cuatro hermanas" petroleras transnacionales más poderosas del mundo son Exxon-Mobil que, para Fortune, es la compañía transnacional que ocupa el primer lugar en mayores ganancias en todo el mundo, registrando en el año 2001 alrededor de 15,320 millones de dólares. También se encuentra Chevron-Texaco que ocupa el lugar 43; Royal Dutch-Shell con el cuarto lugar; y British Petroleum (BP) en el sexto lugar mundial. Solo la China National Petroleum que ocupa el lugar 23 de las empresas con mayores ganancias a nivel mundial representa una amenaza para las cuatro hermanas. Según Fortune, Petrobras ocupa el lugar 41 de las empresas más ricas del mundo, PDVSA el 36, Repsol el 80 y Pemex el lugar 81. Si tomamos solamente el sector petrolero, para el director de la paraestatal Raúl Muñoz Leos, Pemex ocupa la quinta o sexta posición mundial. En Ecuador no ha bastado que Chevron-Texaco haya dejado una impresionante contaminación por la extracción del crudo además de dejar a muchos pobladores sin tierras ni medios de subsistencia, y en mayor pobreza a 300 mil campesinos e indígenas amazónicos, sino que ecologistas, a principios del 2002, se tuvieron que amarrar a los árboles que Repsol y otras corporaciones pretenden derribar en el Bosque Protector de Mindo para construir un oleoducto de crudo pesado que atravesaría 300 millas de áreas protegidas, con un préstamo del banco alemán WestLB por 900 millones de dólares. Según el investigador Aram Ruben Aharonian, en el año 2000 los ingresos de PDVSA fueron menos de una cuarta parte de los de Exxon-Mobil y menos de un tercio de los de Royal Dutch- Sell o BP, mientras que su patrimonio oscilaba entre la mitad y un tercio respecto a las grandes petroleras.

En el período 1998-2000, el promedio de las cuatro hermanas superaba a PDVSA en 3.6 veces en ingresos, 1.9 en activos, 1.4 en patrimonio y 1.6 veces en ganancias antes de impuestos. Según un informe del Institute for Policy Studies del 2000, que incluye datos de la Revista Fortune y del Banco Mundial, de las 100 economías más grandes, 51 son corporaciones y 49 países. Según el informe, en 1999, la venta de las cinco corporaciones más grandes del mundo superaba el PIB de 182 países. En ese año Exxon-Mobil o Shell tenían ingresos mayores al PIB de Venezuela y Colombia, no se diga ya de los países caribeños y centroamericanos.



EL IMPERIALISMO GRINGO Y LA CONQUISTA GACHUPINA

Entiéndase por "gringo", según el diccionario Larousse, como "Yanqui, estadounidense"; y "gachupin" como "Español establecido en la América de lengua española. (Se dio primeramente este nombre a los españoles en tiempos de la guerra de Independencia mexicana)". Pues bien, el Imperialismo norteamericano y la nueva versión de la Conquista española hacen ahora alianzas. Mientras que el gobierno español de José Maria Aznar se deja USAr por Estados Unidos para influenciar sus políticas en Europa y la OTAN; en América Latina también es USAdo para abrir la brecha mientras las grandes corporaciones transnacionales norteamericanas se preparan a deglutir a las españolas de energía, gas y petróleo. Las tres eléctricas más grandes de España están buscando mejores posiciones hoy en el mercado y por el control de la energía, el gas y el agua en todo el Continente bajo el acecho imperial. Endesa, la primera eléctrica española cuenta con 20 millones 164 mil clientes (la mitad en el extranjero y la otra mitad en España).

Entre enero y marzo del 2002 casi duplico su beneficio neto ya que vendió su filial Electra de Viesgo a la eléctrica italiana Enel para salvar su crisis de inversión en Argentina. Ha incrementado sustancialmente su presencia en el mercado del gas, del que hoy es segundo operador en España por numero de clientes, con una cuota del 6% en el mercado domestico de gas natural y del 4.2% en el mercado liberalizado. Pretende para el 2006 alcanzar una cuota del 15% en el mercado liberalizado de gas. De las españolas, solo Endesa ha incursionado en el mercado europeo especialmente a Italia y Francia, y además cuenta con inversiones en los sectores de telecomunicaciones y consultorías. Endesa e Iberdrola que en menos de un año han ingresado al negocio de la venta de gas natural, han lanzado la guerra a Gas Natural y pretenden arrebatar el liderazgo a Repsol en España. Endesa tiene en Argentina el 5% de su dinero invertido y el 2.8% de sus activos, que equivale a una inversión de 100 millones de dólares. Esta presente a través de su participación en Edesur, una de las principales eléctricas argentinas y posee dos centrales. Actualmente controla el Sistema de Integración eléctrica para América Central en el marco del PPP y se lanza por la construcción de otra presa hidroeléctrica en Chile pese a las advertencias de sus efectos en el medio ambiente y la expulsión de indígenas de sus tierras. Iberdrola, la segunda eléctrica de España, controla más de un 4% del mercado español de gas pero pretende llegar al 20% en el 2006 para atender sus plantas de energía eléctrica y sus clientes, con quienes desde octubre del 2001 a mayo del 2002 había firmado cerca de 100 contratos de gas. Ahora pretende convertirse en el segundo suministrador de gas y quitarle clientes al enemigo común de las eléctricas, Gas Natural.

Es líder en la operación y construcción de parques eólicos. Entre 2002 y 2006 pretende invertir 12 mil millones de euros de los cuales la tercera parte se destinara a otros países, principalmente en México y Brasil. Recientemente hubo un intento de fusión entre Repsol e Iberdrola que puso en pie de guerra al sector eléctrico encabezado por Endesa. La fusión fracaso. Luego otro intento de fusión entre Endesa e Iberdrola y entre Unión Fenosa e Hidrocantábrico, que también fracasaron. Unión Fenosa, tercera eléctrica española también contempla el sector gasista como uno de los pilares para su crecimiento. Hacia el 2005 su actividad en el exterior representara el 40% total de sus ventas y el 35% del resultado operativo. La eléctrica gallega trabaja en la generación y distribución de energía eléctrica y prestación de servicios como el suministro de agua y consultor. En el 2000 se introdujo en el sector del gas natural e incremento su beneficio neto en un 18.7% en el primer trimestre de este año por el crecimiento de su actividad internacional. La petrolera española Repsol nació en 1987 sin una dimensión internacional. Hoy ocupa la 5a. posición en Europa y es la 7a. petrolera del mundo. En 1999 decidió comprar Yacimientos Petrolíferos Fiscales de Argentina (YPF) con una inversión de 15 mil millones de dólares. Uno de sus objetivos estratégicos es la inversión en electricidad ya que cuenta con el gas. Repsol YPF y Gas Natural construyeron una nueva sociedad con un capital repartido en un 50% para comercializar gas licuado en el mundo. Pero luego llego la crisis de los precios del petróleo y la crisis en Argentina cuyo gobierno impuso un impuesto del 20% a las exportaciones petroleras, por lo que retuvo la mitad de los envíos de crudo fuera del país así como gasoleo a Bolivia. Repsol YPF se vio obligada a vender sus acciones atrapada en unas medidas que sus propios directivos ayudaron a promover. De este modo, con una deuda de 5 mil millones de euros, Repsol anuncio que vendía el 23% de la participación de Gas Natural a los catalanes del banco La Caixa quien, con un 26% de las acciones, se convierten en el principal accionista con lo que dan comienzo a su incursión en los negocios del gas natural y la electricidad. Entre el 2002 y el 2006, Gas Natural pretende conseguir más de 10 millones de clientes en distribución de gas y ganar cuota en el mercado de generación eléctrica. Por cierto, Gas Natural por medio de su subsidiaria en México y quien controla 8 de las 14 redes de distribución de gas natural en el país, podría ser la única empresa con la concesión para distribuir el gas natural en el estado de Veracruz por 30 anos. Curiosamente, es el FMI quien ha llevado a la crisis a Argentina y por tanto a las inversiones europeas, sobre todo españolas en el sector bancario, gas y petróleo. De la misma manera llevo a la crisis a los "tigres asiáticos". No es casualidad que las oficinas del FMI, del Banco Mundial, del BID, la Casa Blanca y el Pentágono, estén en Washington. La petrolera española Cepsa tiene inversiones en la planta Interquisa Canadá cuya producción será principalmente destinada a EU.

Cuenta con exploración en diversas zonas de Colombia y otras en América Latina. Su estrategia de crecimiento se basa en el gas de Argelia, país cuyos ingresos dependen en un 95% de la venta del petróleo, toda vez que su yacimiento RFK cuenta con reservas iniciales de más de 100 millones de barriles de crudo que se explota desde 1996. Pero hay otro yacimiento 10 veces mayor que este, el yacimiento ORD. Cepsa estudia la construcción de un gasoducto que unirá Argelia con Europa, vía España, bajo la sociedad Medgaz donde están asociadas Sonatrach, TotalFinal Elf, Endesa, British Petroleum, Gaz de France y ENI. Por lo hasta aquí expuesto podemos afirmar que el futuro de España es el futuro de EU. El imperialista devorara tarde o temprano al nuevo conquistador en el escenario de la guerra que libran las transnacionales por el control del agua, el gas, la electricidad y el petróleo. Pero es al mismo tiempo la guerra contra los pueblos indios y campesinos del Continente que luchan y resisten por su dignidad y por su tierra. Son, en definitiva, la vanguardia de los protectores de la naturaleza y la punta de lanza de un mundo mejor para todas y todos.

CIEPAC.

Multinacionales españolas en América Latina: del desembarco a la reordenación

Lo muestran hasta la saciedad los medios de comunicación: la clase política española está preocupada. Las grandes empresas que lideraron la recolonización de América Latina en los años 90 se sienten amenazadas ante la nueva coyuntura política de la región. Algunas incluso han empezado a repensar sus intereses y a diversificar sus inversiones, sin despreciar, no obstante, el mercado que las ha convertido en lo que hoy son.

Aloia Álvarez Feans -Reserva Moral

En los últimos meses hemos sido espectadores de una serie de cambios sustanciales en América Latina que han forzado la redefinición de las relaciones comerciales entre uno y otro lado del Atlántico, principalmente con el Estado español, primer inversor europeo en la región [1]. Los medios de comunicación de este país se han hecho eco de la alarma reinante entre la clase política y empresarial en reacción a los discursos “populistas” e “indigenistas” de algunos líderes latinoamericanos y las políticas “nacionalistas” promulgadas por éstos [2].
¿A qué responde esta ansiedad? Si tenemos en cuenta que el mercado latinoamericano aportó en el año 2004 el 49 por ciento de los beneficios al Banco Bilbao Vizcaya (BBVA), el 35 al Santander Central Hispano (SCH) y el 41 a Telefónica, entendemos que los vaivenes políticos del “Nuevo Continente” sean objeto de preocupación en algunos despachos de la “Madre Patria”.
Cuando el gobierno español abonó el terreno para el desembarco de sus empresas en tierras latinoamericanas a inicios de la década de los 90 apenas encontró oposición. España se presentaba como la heroína que enmendaría los errores cometidos por unos gobernantes sumidos en la corrupción. Hoy, América Latina sigue siendo la región del mundo con el mayor nivel de desigualdades sociales y las empresas españolas se enfrentan a contundentes resistencias locales que les exigen responsabilidades por el saqueo que han realizado durante estas últimas décadas. Por primera vez en 15 años el capital español ve cómo se mueve la tierra bajo sus pies y está nervioso.
El desembarco
El Estado español no tiene un gran desarrollo tecnológico ni elevada renta per cápita y hasta principios de los 90 carecía de empresas de renombre internacional. En 1996, la Inversión Extranjera Directa (IED) española representaba tan sólo el 0,95 por ciento del PIB, cuatro años después este porcentaje ascendía al 9,6 [3]. ¿Cómo un país que hasta mediada la década de los 80 era considerado “semiperiférico”, receptor de ayuda al desarrollo, se convierte en unos años en la octava potencia mundial en IED? ¿De qué manera ha llegado a colocar a algunas de sus empresas a la cabeza de los mercados latinoamericanos?
Para empezar, no podemos olvidar la coyuntura económica internacional de principios de los 90. Por un lado, los Planes de Ajuste Estructural promovidos por las Instituciones Financieras Internacionales (IFI), presuntamente ideados para acabar con la crisis de la Deuda Externa, forzaban a los países del Sur a la desregulación, la privatización y la apertura de sus mercados. Paralelamente, en Europa, estas medidas resultarían en la liberalización del sector servicios, que obligaba a las empresas a incrementar su tamaño y a diversificar sus funciones como medidas para enfrentar la competencia extranjera. Los gobiernos europeos disponían entonces de elevados recursos derivados de los “costes de transición a la competencia”, por lo que su papel en la expansión internacional de las empresas fue crucial.
Los sucesivos gobiernos españoles, tanto socialistas como populares, han promovido la privatización y alentado la internacionalización empresarial desde entonces, a través de varios mecanismos, fundamentalmente los Fondos de Ayuda al Desarrollo (FAD) y los créditos concedidos por la CESCE (Compañía Española de Seguros de Crédito a la Exportación) [4]. El menor tamaño y competitividad de las empresas españolas “suponía un aliciente más para una rápida expansión que eliminase o disminuyera los riesgos de absorción por parte de empresas extranjeras. De ahí el apoyo institucional a la expansión latinoamericana.” [5]
Se presentaba así el panorama perfecto: por un lado, gobiernos títeres de las IFI, empresas débiles y poblaciones descontentas; por el otro, un gobierno protector y unas compañías con una ambición desmedida. Esto permitió que “hubiera una correspondencia entre la necesidad de internacionalización de los agentes europeos y las oportunidades de inversión abiertas en América Latina y el Caribe con los procesos de privatización” [6]. Era la coyuntura idónea para el nacimiento de las multinacionales españolas, cuyo origen está en la privatización de las empresas públicas.
Los bajos costes salariales, una reducida protección laboral y ambiental, una menor competencia con empresas del mismo sector y, en menor medida, los lazos culturales, fueron los factores que convirtieron a América Latina en el campo de maniobras perfecto para catapultarlas. En cuestión de unos años consolidaron su presencia en los mercados latinoamericanos en sectores vitales como la energía, la comunicación y la banca.
Echando anclas
Las empresas españolas llegaron al continente con la idea de hacerse con los servicios públicos, desmantelados bajo el paraguas del Consenso de Washington. Energía (hidrocarburos y electricidad), telecomunicaciones y banca fueron los destinos de las principales inversiones españolas desde los primeros años 90. Excluyendo a los hidrocarburos, las inversiones realizadas en estos sectores acapararon cerca del 75 por ciento de las inversiones totales realizadas por compañías españolas en América Latina durante el periodo 1993-2001 [7]. Las principales empresas son: Unión Fenosa, Endesa e Iberdrola (Electricidad), Repsol YPF y Gas Natural (Hidrocarburos), Telefónica (Telecomunicaciones) y SCH y BBVA(Banca).
Telefónica es la primera compañía de su sector en América Latina, está presente en 19 países, y sigue creciendo. De los 23 millones de clientes que tiene Endesa, 11 están en América Latina. En 2001 tenía el 50 por ciento de su capital en Chile, actualmente está reestructurando sus inversiones, expandiéndose hacia México y participando en el Sistema de Interconexión Eléctrica para los países de América Central (SIEPAC), red que gestionará una vez finalizadas las obras. Iberdrola tiene inversiones en Bolivia, Brasil, Guatemala, Chile y México. Unión Fenosa, la tercera empresa eléctrica española, concentra el 78 por ciento de su IED en América Latina. En los últimos años ha realizado algunas desinversiones en América del Sur para redirigirse a Centroamérica.
Repsol YPF, por su parte, es la primera compañía petrolera de América Latina. En 2004 obtenía el 45 por ciento de sus beneficios en la región, donde tiene el 95 por ciento de sus reservas de petróleo y gas, de ahí que, temerosa de perder privilegios en estos tiempos revueltos, empiece a mirar seriamente hacia África. En cuanto a la banca, el SCH es la primera entidad financiera transnacional de la región y el BBVA la segunda [8]. Cepsa, el Grupo Prisa, Agbar, ACS Dragados, Ferrovial, OHL, ENCE, Mapfre y Sol Meliá son otras de las empresas españolas con importantes intereses en el continente. (Ver mapa)
En teoría, la entrada de capital privado en los servicios que tradicionalmente descansaban en manos públicas se vendió a la población latinoamericana como la solución para la mejora del servicio, pero la realidad ha sido otra bien distinta. A grandes rasgos, algunos de los impactos negativos que han provocado las grandes corporaciones españolas en América Latina son:
Pocos ingresos fiscales vía pago de impuestos y regalías.
Elevación de tarifas en un contexto de disminución de ingresos de la población.
Políticas nacionales de rescate con fondos públicos de grandes empresas en dificultades.
Poca socialización de la tecnología para el país de destino.
Despido de trabajadores y reducción de los beneficios sociales.
Énfasis en las políticas de extracción de recursos naturales.
Desplazamiento de empresas locales.
A todos estos efectos debemos añadir graves impactos sociales y ambientales, además de múltiples violaciones de Derechos Humanos, lo que ha derivado en el surgimiento de fuertes resistencias locales, abrigadas hoy por amplias redes transnacionales de solidaridad.
La reordenación
Quince años después de su llegada ¿cuál es el estado de salud de las multinacionales españolas en tierras latinoamericanas? A partir de mediada la década de 2000 se aprecia un giro en la tendencia inversora. En el año 1999, el 63 por ciento de la IED española se concentraba en América Latina, en 2004 esta cifra descendía hasta el 17. ¿Los motivos? En primer lugar, las grandes compras se hicieron, como hemos visto, en los 90. El gasto ahora se orienta sobre todo, al mantenimiento de las inversiones iniciales. Además, la crisis argentina (y su extensión a otros países), supuso la cancelación o la paralización de proyectos e incluso la desinversión de algunas empresas.
Esto no quiere decir que al capital español ya no le interese la región latinoamericana; a pesar de esta tendencia a la baja no podemos subestimar su peso en ella. Simplemente algunas empresas están haciendo jugadas estratégicas que les aseguren el altísimo margen de beneficios al que estaban acostumbradas hasta entrado el siglo XXI, por eso han empezado a diversificar sus inversiones hacia el norte de África, Europa y EE UU.
Dos décadas de políticas neoliberales han dejado a una amplísima capa de la población latinoamericana sumida en la pobreza y la exclusión y las empresas españolas han jugado un papel protagonista en la configuración de este panorama; su estrategia en la región se ha encaminado siempre hacia la búsqueda de mercados y recursos naturales y no a promover el “desarrollo” en la región.
El Estado español actúa impunemente en América Latina con una actitud neocolonial, “como si aún se cambiara oro por espejos” [9], ejerciendo de padre protector con sus empresas. El saqueo del continente por parte de éstas les ha proporcionado ingentes beneficios, de ahí el desasosiego cuando más allá del Atlántico aparecen fantasmas de rostro indígena y maneras “populistas” amenazando con devolver a la tierra lo que es suyo por derecho. Las multinacionales españolas han amarrado el ancla en sus ex colonias, pero, por si acaso, han decidido embarcarse a la búsqueda de nuevos puertos.
Aloia Álvarez Feáns pertenece al Consejo de Redacción de Pueblos y a OMAL (Observatorio de Multinacionales en América Latina). Este artículo ha sido publicado en el nº 22 de la revista Pueblos, julio de 2006, Especial Multinacionales, pp. 26-28.
[1] El primer inversor en América Latina son los EE UU. España ha sido tradicionalmente el principal inversor europeo, aunque desde 2005 ha pasado a ocupar la segunda posición. Ver CEPAL (2006): La inversión extranjera en América Latina y el Caribe, 2005.
[2] Nos referimos, fundamentalmente, al proceso de nacionalización de los hidrocarburos en Bolivia y a la creación del ALBA(Alternativa Bolivariana para América Latina), impulsado por Hugo Chávez. Ver por ejemplo: MARIRRODRIGA, Jorge: “El populismo cambia las reglas”, El País, 14 de mayo de 2006.
[3] Ver datos en CEPAL (2006): Op. Cit.
[4] Principales instrumentos de generación de Deuda Externa por parte del Estado español. Para saber más sobre este tema ver ¿Quién debe a quién?
[5] Ver: PAZ, Mª José, GONZÁLEZ, Soraya y SANABRIA, Antonio (2005): Centroamérica encendida, Barcelona, Icaria-Paz con Dignidad (p. 31).
[6] CEPAL (2004): La inversión extranjera en América Latina y el Caribe 2003.
[7] PAZ, Mª José, GONZÁLEZ, Soraya SANABRIA, Antonio (2005): Op. Cit.
[8] El SCH consiguió en 2005 la cifra más alta de beneficios lograda por una empresa española,6.220 millones de euros. El BBVA obtiene el 45 por ciento de sus beneficios de América Latina y el 40 por ciento del mercado español.
[9] VERGER, Toni (2003): El sutil poder de las transnacionales, Barcelona, Icaria (p. 87).

La guerra civil palestina

Aunque a estas alturas parezca poco creíble, sobre todo por la violencia que remece a la Franja de Gaza, el conflicto entre Israel y Palestina todavía puede tener solución ya que el primer paso consistió en convertir a Hamas en un interlocutor político (más allá de que no se pudiera lograr algún acuerdo con éste), es decir, en sacar al Movimiento para la Resistencia Islámica de la clandestinidad impune y convertirlo en un ente con responsabilidades públicas. Su presencia en el Gobierno era necesaria –muchos estrategos israelíes lo pensaban así- para acelerar el proceso de paz toda vez que si Hamas permanecía tras bambalinas, esto es, operando exclusivamente como una organización terrorista, las negociaciones siempre serían saboteadas por sus acciones extremistas (contra Al Fatah o Israel). De ahí que su ingreso al ruedo político sea apocalíptico, esto es, definitorio porque representa el último obstáculo para salir del entrampamiento. Lo que se quiere decir es que los profundos desacuerdos entre los palestinos, que impiden una negociación seria con Israel, tenían que encontrar algún tipo de delimitación o final.

Lamentablemente todo apunta a que su resolución tenga que lograrse a través de la fuerza. La otra alternativa era obligar paulatinamente a Hamas a reconocer los acuerdos suscritos por la ANP (Autoridad Nacional Palestina) y a Israel, como contraparte en la mesa de negociaciones mediante el embargo económico, la eliminación de sus principales cabecillas y rigurosos controles en las fronteras para trabar el ingreso de armas y dinero. Pero la presión internacional y las acciones de Tel Aviv no han sido suficientes para doblegar su voluntad de combatir a Israel. Inclusive la tregua y la moderación israelíes en sus operaciones sobre Gaza, que se suponía iban a allanar el camino para un futuro entendimiento, no han dado frutos toda vez que las milicias del primer ministro Haniya y las de Yihad Islámica continuaron sus ataques con cohetes contra ciudades hebreas.

La resistencia de Hamas a conformar un Gobierno de unidad era previsible ya que no iba a renunciar a su lucha armada ni dar visto bueno a tratos con Israel. Este impase no sólo afecta la estabilidad palestina, sino la eventual constitución de un Estado sobre los territorios ocupados. La crisis ha provocado que Palestina se vaya descapitalizando gradualmente a medida que miles de profesionales solicitan visados para residir en otros países. Así, la ausencia de sus mejores trabajadores y talentos condicionará la viabilidad del Estado que finalmente se constituya sobre las fronteras anteriores a la guerra de 1967.

El acuerdo de La Meca sólo estableció un armisticio y no las bases (acuerdos indispensables) para consolidar la paz entre los palestinos y con Israel. Sólo era cuestión de tiempo para que las cosas tomaran este aciago destino.

“La violencia es la partera de la historia” dijo alguna vez Marx y lo que sucede en Palestina no es la excepción. Las guerras civiles por lo general afianzan a un bando sobre el otro siempre que no sean interminables ya que, en palabras del propio Marx, pueden tener “un horroroso final o ser un horror sin final”, que no es lo deseable en ningún caso. Un posible desenlace, si se impone Hamas en Gaza, donde tiene mayor presencia que en Cisjordania, convertiría a la Franja en un emirato fundamentalista pero totalmente aislado, es decir, inviable porque el respaldo sirio e iraní, en esas condiciones, tendría demasiadas dificultades para materializarse.

Ser “optimistas” en plena guerra fraticida puede parecer descabellado, pero hay que tener en cuenta que de alguna forma esto tenía que solucionarse y no habían muchas más opciones sobre la mesa dada la radicalidad e intransigencia de Hamas. Pasar por este trago amargo o descender a los infiernos puede traer la “salvación” aunque diluya, de momento, la idea de Palestina.

El debate inmigratorio en EE UU

13.6.07

El debate migratorio en EE UU y Europa parece encontrar alguna definición, aunque no sea la que muchos esperaban pues la negativa a regularizar la situación de los inmigrantes en Norteamérica y el endurecimiento de la legislación sobre dicha materia en Europa representa un duro revés para quienes ambicionaban la residencia o ciudadanía.

Ciertamente mantener el status quo en EE UU perjudica a los trabajadores “ilegales” porque al no poner en regla su documentación seguirán siendo explotados por sus empleadores, es decir, percibirán salarios más bajos y realizarán sus labores en condiciones poco recomendables. Para algunos empresarios la paralización de la reforma migratoria supone un alivio, sin lugar a dudas, ya que no aumentarán sus costes laborales al no aprobarse la regularización federal. Este beneficio aparente para algunos sectores productivos puede convertirse en una espada de Damocles en el largo plazo puesto que EE UU no es la única plaza laboral atractiva del mundo ya que enfrenta gran competencia por parte de sus aliados europeos para atraer trabajadores calificados. El impase en el Senado dificulta la entrada de trabajadores extranjeros pues dos terceras partes de los visados que se ofrecen anualmente mediante lotería iban a ser otorgados a profesionales dedicados a los campos de la ciencia, la tecnología de la información, ingeniería, etc. Es decir, en áreas del conocimiento que son las que producen mayor utilidad para una sociedad por su generación de riqueza.

La propia China con su excedente poblacional nutre sus ciudades más modernas e industrializadas con mano de obra proveniente del campo. Lo mismo ocurre con India, el segundo país más populoso del planeta, que apuesta por el desarrollo tecnológico y sus bajos costes salariales para competir en el mundo globalizado.

Mantener las actuales condiciones para cerca de 12 millones de extranjeros en situación irregular es contraproducente porque puede incentivar a cientos de miles de migrantes a considerar otros destinos que ofrezcan mejores planes de integración. No es saludable que los políticos, en especial los senadores republicanos, se valgan se algunos prejuicios y viejos esquemas mentales para obstaculizar la solución al problema inmigratorio.

La sociedad estadounidense no está tan divida sobre este asunto como pudieran pensar algunos senadores republicanos toda vez que algunos sondeos revelan que la mayoría respalda la legalización de los indocumentados de origen hispano. The New York Times dio a conocer una encuesta en mayo pasado que arrojo que el 67% de los entrevistados se mostró a favor de allanar el camino hacia la regularización de quienes entraron clandestinamente al país si cumplen los requisitos que el proyecto de reforma inmigratoria contempla. Esta abrumadora respuesta manifiesta el deseo de los norteamericanos de incorporar a los trabajadores “ilegales” si pagan una multa y no tienen antecedentes penales.

En realidad la miopía de algunos legisladores está restando competitividad a un país que por largo tiempo se caracterizó como tierra de libertad y de hospitalidad para millones de inmigrantes. Las manos que construyeron Norteamérica, parafraseando un tema de la banda irlandesa U2, fueron siempre extranjeras, ya sea cruzando el Atlantico o el Río Grande.

Una de las objeciones de los senadores republicanos para aprobar la reforma está relacionada con el quebrantamiento de la legalidad, esto es, con el rompimiento de la ley ya que consideran que el proyecto de la Casa Blanca premia a quienes se han esforzado por cruzar ilegalmente las fronteras. Esta concepción les hace creer que los indocumentados son equiparables a cualquier criminal y por ello no merecen más que la expulsión inmediata del país.

Ante semejante postura sólo podemos estar en desacuerdo porque de ninguna manera es un delito ingresar ilegalmente en un país. Ningún país del mundo ha tipificado como delito el ingreso ilegal en su territorio.

Además, no podría ser considerado un delito porque carece de los elementos fundamentales para serlo. Es decir, tendría que afectar el orden jurídico de tal modo para que llegue a tener esa condición. Mientras no se afecten bienes, personas o valores, la inmigración no puede ni debe ser calificada como delito. En la práctica, si bien los estados realizan operativos para detener a los inmigrantes indocumentados, éstos no ingresan a prisión, sino a centros especializados u hospitales. Esta detención representa un paso previo para evitar que el “ilegal” se interne en el país y pueda ser devuelto a su lugar de origen. De ahí que el fin de la detención del inmigrante sea la deportación y no la cárcel (que si conlleva la formulación de cargos), lo cual implica ponerlo finalmente en libertad pues no ha cometido ningún ilícito.

La conducta del inmigrante “ilegal” a lo más puede calificar como una infracción administrativa pues no hay intención de causar un daño. En cierto modo es comparable a no pagar impuestos ya que nadie va a prisión por ello, a pesar de que todos los contribuyentes tenemos la obligación de cancelarlos oportunamente. El incumplimiento, en ambos casos, da lugar a multas, según la gravedad de la infracción, como pretende o pretendía establecer la reforma inmigratoria ya que aplicaba este tipo de penalidades por un monto de 2.500 dólares para los indocumentados que llevaran más de cinco años en EE UU.

Si se argumenta que su ingreso representa la vulneración del orden jurídico debe pensarse primero que los Estados nacionales suelen ser hospitalarios con aquellos individuos marginados o perseguidos en su patria. Se cuentan por decenas los casos en los que las naciones brindan su territorio para salvaguardar la integridad física de poblaciones amenazadas por la hambruna y la guerra. También hay que recordar que muchos ciudadanos extranjeros han sido objeto de protección y tutela individual gracias a la institución del asilo político cuando regímenes totalitarios han tratado de asesinarles, torturarles o desaparecerles.

El mundo occidental debe reaccionar de una forma más compresiva y tolerante ante un problema que tiene muchas aristas. De ahí que no se precise de medidas extremas como solución pues en nada colaboran a mejorar la situación de millones de inmigrantes que viven día a día ese dilema.

Otra razón de peso para no equiparar a los inmigrantes como delincuentes es que la sociedad no los considera así, según los resultados que reportan varias encuestas al respecto.

Por si fuera poco, hay reconocer que los inmigrantes contribuyen a la economía local y la de sus países de origen toda vez realizan trabajos escasamente remunerados, pero no por eso menos requeridos por la economía, y a la vez envían remesas fruto del sacrificio y de su ahorro a sus familias, fortaleciendo la capacidad de consumo interno de sus países.

Muchos empleadores de los sectores agrícolas, manufactureros, servicios y la construcción se benefician al contratar mano de obra irregular pues les reporta menores costes laborales. Por lo general, el hecho de contar con un trabajador ilegal elimina el aporte al seguro social y se le paga una retribución mucho menor si se le compara con trabajador residente o en regla. Muchas veces el empleador suele recurrir a la amenaza de reportar la ilegal estadía de sus trabajadores latinos para desconocer las condiciones mínimas de trabajo que debe ofrecer. De esta manera, los latinos en dicha situación no sólo reciben un salario inferior, sino que trabajan en condiciones más riesgosas ya que tienen que aceptar empleos perjudiciales para su salud e integridad física.

Así, parte de la economía formal norteamericana se sirve de la informalidad y precariedad que reina en el mercado de trabajo para abaratar sus costes y ganar terreno frente a la competencia de países rivales. La contratación de mano de obra en esos términos ha permitido a EE UU recuperar parte de la competitividad pérdida con los países del Asia, con China, concretamente hablando, cuyo superávit comercial con los EE UU asciende a unos 200,000 millones de dólares en 2006. Pero el "milagro" del crecimiento económico chino se sustenta en el desconocimiento derechos laborales básicos (su legislación del trabajo tolera abusos y maltratos) y la subvaluación de su moneda, el yuan (lo cual le genera muchos enfrentamientos con funcionarios del Tesoro estadounidense que solicitan una pronta apreciación de la divisa con el fin oriental de reducir la brecha en la balanza comercial).

Algunas voces críticas, contrarias a la reforma, han surgido del lado de los sindicatos, que temen que el programa de trabajadores temporales previsto por el proyecto de reforma inmigratoria “genere una clase proletarizada que abarate el mercado laboral”, según el diario El País de España. Esto es muy discutible toda vez que el deterioro del movimiento sindical a nivel mundial ha sido fruto de la deslocalización, es decir, del traslado de plantas y fábricas a regiones donde los costes laborales y tributarios son menores. Este fenómeno se vio favorecido gracias a la estabilidad política de los países receptores de inversiones extranjeras y la flexibilidad de su legislación laboral, que por lo general permite despedir y contratar trabajadores sin incurrir en mayores gastos o contratiempos. También contribuyeron las buenas condiciones de la infraestructura básica como puertos, aeropuertos, carreteras, sistemas de telecomunicaciones, etc. En síntesis, todos esos elementos han debilitado a las organizaciones sindicales en occidente y en otras latitudes también.

Otro factor que ha tenido parte en la debacle del movimiento sindical ha sido la adquisición o fusión de empresas por parte de grandes conglomerados, fondos de inversión, etc., pues ese tipo de compras conlleva el despido de miles de trabajadores fruto de planes de reducción de personal que suelen aplicar las nuevas juntas directivas en aras de conseguir mayor rentabilidad para sus inversionistas.

Es razonable pensar que algunos norteamericanos (por lo general los de menores ingresos y menos educados) les perturbe perder sus puestos de trabajo a manos de latinos indocumentados ya que el seguro de desempleo federal ha venido reduciendo su cobertura y duración. De esta forma se ha agravado la situación para todos aquellos ciudadanos que dependen de la asistencia estatal para sobrevivir.

Pero esto no nos ayuda a comprender la causa del “resentimiento” hacia los latinos. Durante años la población centroamericana y sudamericana ha realizado trabajos de baja remuneración, aquellos que no implicaban un mayor grado de conocimiento o experiencia. En otras palabras, desempeñaban y aún desempeñan tareas que los norteamericanos desechaban o no deseaban ejecutar. Así, la competencia laboral de los latinos se centraba mayormente en la población afroamericana y no tanto en los americanos de origen europeo (clasemedieros). Entonces, no es posible sostener que la “animadversión” hacia los inmigrantes se sustente en la pérdida de empleos por parte de la clase media blanca.

Ahora bien, lo que sí afecta directamente a la clase media de EE UU es el outsourcing de servicios profesionales (básicamente contadores, ingenieros, etc.) que son reemplazados por trabajadores en la India o Irlanda. Por otro lado, la inmigración ilegal perjudica fundamentalmente a los trabajadores poco preparados, presionando sus salarios a la baja. Estos últimos son los que otorgaron la victoria a los republicanos en las últimas elecciones presidenciales.

Según Joseph Stiglitz, Premio Nóbel de Economía, "los cambios en la tecnología contribuyeron al casi estancamiento de los salarios reales para los trabajadores poco calificados en Estados Unidos y otras partes en los últimos treinta años". Entonces, son las nuevas condiciones del mundo moderno y la economía globalizada -y no exclusivamente la inmigración ilegal- las que en su mayor parte han provocado un descenso de las remuneraciones e incrementado la desigualdad salarial. Esto porque el fenómeno inmigratorio latino es posterior a esta caída pronunciada de los salarios ya que recién se hizo sentir con alguna fuerza a mediados de los 90', cuando su número bordeaba los 8 millones.

Tal vez la negativa a debatir con seriedad el problema inmigratorio se deba a posiciones extremistas de derecha que manejan varios miembros del Partido Republicano. Quien mejor represente esa corriente (la posición antilatina) es Pat Buchanan, ex candidato presidencial, que publicó no hace mucho un libro que reseña su pensamiento. La obra en cuestión se titula: “Estado de emergencia, ¡la invasión del Tercer Mundo y la conquista de América!”. Según este político, los inmigrantes ilegales están creciendo demasiado y no se están adaptando a la american way of life. Para este ultraconservador existen demasiados latinoamericanos, unos 39 millones, aproximadamente el 12% de la población de EE UU.

Pero esta “desproporción” es un error pues a inicios del siglo XX, según The Wall Street Journal, la tasa de ilegales ascendía al 14% de la población, entonces, “estadísticamente la cifra es menor si la comparamos hace un siglo atrás”. El problema para éste y otros conservadores de derecha está en lo étnico pues la mayoría de inmigrantes son latinos y no europeos. Buchanan “piensa” que al aumentar la población proveniente de países menos desarrollados, EE UU se convertirá en un país del Tercer Mundo. Es como se estuviera dando un proceso paulatino de degradación a su entender. Del mismo modo piensa Joseph Turner, activista antiinmigracionista que considera que “hay que evitar que California y el país se transforme en una fosa séptica del Tercer Mundo”. Este conservador señala que cree en la superioridad de EE UU y la cultura norteamericana. Sus palabras recuerdan en demasía al famoso discurso de Nuremberg que Adolf Hitler pronunció ante soldados alemanes y seguidores del nacionalsocialismo en el que les inculcó a los presentes que eran una raza superior que merecía un Lebensraum (un 'espacio vital' adicional), un mejor nivel de vida, y que el medio para lograrlo era la invasión o conquista.

Lo que olvidan ambos individuos es que los latinos generan cada vez un mayor consumo, producción y riqueza, equivalente a casi 1.3 trillones de dólares. Además, su poder adquisitivo superará al de la masa afroamericana al concluir este año y se constituirá definitivamente como la primera minoría económica. Con la tendencia actual, la población de raíces hispanas llegará a ser el 25% de los residentes en EE UU dentro de unas cuantas décadas.

De modo que es falso que los latinos no se integren pues las cifras se explican por si solas. Los hispanos se asimilan rápidamente, aprenden o ya conocen el idioma en poco tiempo, lo cual es necesario para conseguir mejores trabajos, salarios, y enviar, por consiguiente, su excedente económico en calidad de remesas. Muchos saben manejarse en dos idiomas, es decir, son bilingües y se casan con miembros ajenos a la comunidad latina. Si de actividad empresarial se trata, cabe señalar que los latinos han creado un millón de negocios. Cerca de 500, 000 tienen títulos universitarios. Hay 3 senadores y un Gobernador hispanos. El propio procurador de justicia es latino. La ciudad de Los Angeles tiene como alcalde a un descendiente de mexicanos. Hasta un par de astronautas latinoamericanos han llegado al espacio.

Los detractores de la inmigración desconocen que la fuerza de EE UU radica en que se trata de un país multiétnico, multicultural y multirracial. “La identidad de la Estados Unidos no está ligada al inglés o al color de la piel u origen étnico, sino a sus valores fundamentales, su tolerancia religiosa, sus innovaciones y su aceptación universal de inmigrantes”.

La tentación de Judas

12.6.07

Las religiones, en particular las monoteístas, han dado representación al mal, esto es, una personificación en el Demonio para justificarse ya que al fundarse en la oposición entre bien y mal (maniqueísmo), la presencia de la mal vendría a corroborar la existencia de la bondad encarnada por Dios. Esto explica porque el cristianismo ha desarrollado prácticas y ritos (como el exorcismo) dirigidos a expulsar el mal del cuerpo o lo que se denomina como posesión demoníaca.

Si las potencias infernales fueran verdaderamente inteligentes jamás tomarían las almas humanas pues con ello sirven a los propósitos de la divinidad de demostrar su “poder”. Es decir, que al poseer a un hombre lo único que conseguirían sería reforzar las creencias de aquellos que viven en la incredulidad o indiferencia hacia Dios. Desde esa perspectiva nada sería más contraproducente para un demonio que atormentar al hombre pues revelaría la existencia de un mundo trascendente o metafísico. Para una entidad demoníaca sería preferible abstenerse de intervenir físicamente en el mundo ya que con ello sembraría mayores dudas sobre la eternidad.

En ese orden de ideas, la tentación de Satanás a Judas Iscariote, apóstol de Jesús, como indica el Evangelio de Lucas, deviene en imposible puesto que el demonio contribuiría a que se realicen los designios divinos. En otras palabras, que al tentar a Judas se pone en marcha el plan de Dios para salvar las almas del pecado, esto es, la redención ¿Cómo iba pues Satanás a permitir semejante cosa, si es considerado el principal saboteador de la especie? No puede entenderse bajo ninguna forma que la serpiente antigua actué tan candorosamente en aras de facilitar la labor del Mesías. De haber participado como sugieren las Escrituras, el Diablo habría contribuido únicamente a su ruina pues de qué le servía que Jesús fuese condenado en cuerpo si iba a ser salvado en espíritu.

Detrás de la salvación de las almas sólo puede estar Dios y no el Diablo. Así, fue el primero y no el segundo quien verdaderamente indujo a Judas a cometer su traición. Esto puede apreciarse de la lectura del Evangelio de Juan pues Jesús no sólo revela a sus discípulos la traición de uno de ellos, sino que apura al felón a ejecutar su deslealtad. “Lo que vas a hacer, hazlo más pronto”, dijo Jesús. En este libro también se menciona que Satanás entró en Judas cuando los apóstoles celebraban la última cena.

La voluntad de Dios era que su Hijo sea entregado para el perdón de los pecados, sin importar si inducía a otros a cometer actos impuros como a Judas. El guión había sido previamente escrito por Dios, así que no había forma de apartarse de él o pretender interpretar otro rol. De esa forma la afirmación de su existencia es la negación de nuestra libertad.

Pensamiento ateo: El origen del mal

Un hecho que me ha intrigado desde siempre es la existencia del demonio. La sola posibilidad de que un ser maligno compartiese la inmortalidad con Dios es inquietante, asumiendo que ambos seres convivieron en el cielo durante eras. La presencia del mal atribuida a Satanás o serpiente antigua como se le califica en la Biblia deja muchas preguntas sin resolver pues en primer lugar, ¿cómo se puede explicar que decenas de miles de ángeles emprendieran la guerra contra Dios, si nos aferramos a algunos relatos que narran una gran rebelión en el cielo? ¿Si alguien osa rebelarse contra un ser omnipotente no estaría cometiendo suicido? ¿Qué gran motivo pudo llevar a criaturas que contemplaban la gracia divina a tomar las armas contra su creador? Estas interrogantes no pretenden ser resueltas en este espacio, sino reflexionar tentativamente sobre la naturaleza del primer acto de desobediencia conocido.

Ahora bien, quien emplea las armas para su defensa o iniciar un ataque cree que tiene posibilidades de detener la ofensiva o alcanzar la victoria, según sea el caso. Bajo esas premisas, la insubordinación de Satanás y sus demonios deja cierto margen para que pudieran alzarse con la victoria, es decir, que existía una pequeña posibilidad, aunque mínima, de que Dios pudiera ser vencido dado que nadie recurre a violencia descabelladamente, esto es, sabiendo que será aniquilado en el acto.

Otra posibilidad es que el alzamiento haya sido en respuesta a una grave ofensa de la divinidad contra algunas de sus criaturas, lo que dio lugar a la rebelión de Satanás o Lucifer. En otras palabras, que la arremetida bélica de algunos ángeles contra Dios se debió a ciertos factores que desconocemos, pero dada su gravedad, fueron razón suficiente para provocar las iras y enojos de parte de la población celestial. De esta segunda alternativa surge la idea de que Dios haya sido un ser opresor pues de alguna forma se tiene que explicar la sublevación de sus ángeles.

En ese sentido, es interesante descubrir que no fue sólo Luzbel quien tomó el camino de las armas ni un puñado de ángeles, sino cientos o tal vez miles de ellos quienes fueron persuadidos, por no sé qué tipo de poderosas razones, a renunciar a su pedazo de cielo. Esto, sin lugar a dudas, abre terreno a la sospecha porque ¿quién en su sano juicio rechazaría la presencia de la gracia divina cuando es el anhelo de millones mortales? De ahí que el motivo o la razón que hayan tenido los insurrectos tuvo que ser de una enorme importancia ya que desdeñar la contemplación del rostro de Dios, según varios padres de la Iglesia y Dante Alighieri, es la mayor dicha que pudiera recibir cualquier ser.

El solo hecho de abdicar a un lugar en el cielo deja perplejo a cualquiera toda vez seres más perfectos e ideales que el hombre desafiaron a Dios cuando es el deseo de muchos obedecerle ¿Qué impulsó a entes libres del pecado original a cometer semejante crimen? La respuesta a esa pregunta debe ser contundente pues de otra forma no se entiende cómo un grupo acometió contra la autoridad de Dios y perdió su lugar en el paraíso.

El motín organizado por Satanás tiene implicancias que debería considerar cualquier mortal pues seres más próximos a Dios, y por ende, quienes le conocen más, osaron rebelarse. Algo tuvo que hacer Dios para ofenderles y provocar su descontento ya que los seres aludidos no pudieron por si mismos desarrollar sentimientos impuros en el cielo. Es decir, que para habitar en las cortes y categorías celestiales se requiere pasar un previo examen de pureza ¿Cómo pudo la maldad originarse en entidades diseñadas para servir exclusivamente al hacedor? ¿Es posible que al ser creados se les haya inoculado la semilla del mal adentro? ¿Cómo pudieron despreciar a Dios y hacer la guerra si vivían en la paz del Señor? Supuestamente en presencia de la gracia divina no es admisible poseer ese tipo de sentimientos. Para entender su proceder debió existir algún fundamento más allá de la vanidad o la búsqueda de gloria personal.

Una posible interpretación de lo sucedido es que Dios tal vez trató de imponer ciertas condiciones que algunos no estuvieron dispuestos a aceptar. No se sabe cuáles pudieron ser sus exigencias, pero fueron determinantes para originar una rebelión. Algunos pasajes bíblicos pueden darnos una idea de lo que pudo haber pasado antes de la creación pues revelan el carácter prepotente y errático de Dios al incitar el genocidio o promover la institución de la esclavitud. Esas particularidades de Dios, reflejadas en las Escrituras, sirven de base para elucubrar que tal vez la humillante condición de servidumbre de algunos ángeles desencadenó su desenfado. Ya lo dijo alguna vez el poeta John Milton “prefiero reinar en el infierno que servir en el cielo”. El bardo inglés no explica con suficiencia los motivos de la caída de Lucifer pues lo que hace es justificar el comportamiento de Dios hacia los hombres y atribuye al primero la desobediencia de Adán y Eva.

Según Milton, condenado al caos, Satanás encuentra un modo de vengarse de Dios no por la fuerza, sino por la astucia y el engaño. Así, despliega sus malas artes para confundir al hombre y hacerlo comer del fruto del árbol de la Ciencia, que a la postre le dio a éste todo su conocimiento.

El mal y los pensamientos impíos de Lucifer sólo pueden tener origen en Dios. Esto implica que nació como una reacción ante algo, esto es, ante una voluntad omnímoda que se impuso de todas formas. Explorar los alcances de un viejo mito sólo añade más incertidumbre sobre su veracidad pues como gentes pensantes que somos ni Dios ni el Diablo existen.

Contra la religión: No esclavizarás, el mandamiento olvidado de Dios

El título de este trabajo explica de antemano cuál ha sido el mandamiento omitido por la divinidad cuando entregó las Tablas de la Ley a Moisés. Dicha omisión revela que los Diez Mandamientos fueron elaborados exclusivamente por seres humanos para ordenar su sociedad en base a normas básicas -la mayoría de ellas prohibiciones-, y no por un ser supremo como suele pensarse. Atribuir a Dios la creación de un cuerpo de reducido de preceptos (el Decálogo), aunque en el Antiguo Testamento hay muchos más, genera muchas incógnitas ya que no incluir en esa selecta lista un pronunciamiento acerca de la igualdad entre los hombres produce una contradicción doctrinal que ningún teólogo ha podido resolver. La contradicción aludida se presenta cuando Dios hace al hombre a su imagen y semejanza y se convierte en padre de éste. De ahí que si todos los hombres tienen un mismo origen en el halito divino no se explica cómo es que pudo reducir a unos a esclavitud; mientras otros tantos eran libres. Si Dios repudiaba la esclavitud de su pueblo en Egipto, debió repudiarla no sólo para Israel, sino para todo el género humano, porque de no hacerlo vulneraba los designios iniciales de dotar a los hombres de libertad (pues el hombre era la figura estelar de la creación y debía gobernarla), y de igualdad, toda vez que los hizo iguales entre sí, tomándose asi mismo como modelo.

El olvido de un mandamiento tan sagrado y esencial no puede ser casual. Su marginación a la vez que asombra revela que no pudo deberse al error de un ser perfecto, sino a la intencionalidad humana de asegurar un determinado orden económico y social. La omisión, grave como es, no puede ser obra de un Dios porque violaría inexorablemente su esencia. Esto puede apreciarse cuando advertimos que algunos mandamientos –en realidad la mayoría de ellos- son inferiores a “no esclavizar”. Así, por ejemplo, “no convertir al hombre en propiedad de otro” es muy superior a “no robar” porque el primero señala que todos los hombres tienen una misma condición y merecen respeto por el hecho de serlo; mientras que el segundo (el séptimo mandamiento en el catecismo católico) tiene un contenido exclusivamente patrimonial y prohíbe disponer de los bienes de otro, salvo que medie autorización. No se puede comparar una disposición patrimonial con una que sustenta nuestro sistema de derecho.

Tampoco es posible sostener que “no mentir” (o no decir falso testimonio, el octavo mandamiento), “no cometer adulterio”, que equivale a cometer un acto impuro, o pensar en cometerlo, así como “no codiciar bienes ajenos”, sean superiores a “no esclavizar” porque todos ellos proscriben conductas menos lesivas que someter a alguien. Incluso “no matar”, desde cierto punto de vista, es inferior a “no esclavizar” ya que el primero protege la vida, pero el segundo defiende una variedad más amplia de derechos pues incluye la vida, la libertad y la igualdad. “No esclavizar” cautela la vida humana porque impide que esta pueda ser objeto de comercio, es decir, ser reducida a un simple bien, en cuyo caso deja ser algo sagrado para entrar al universo de las cosas que pueden poseerse. La prohibición excluida del decálogo (no esclavizarás) permite tener una vida digna y con posibilidades semejantes. Ninguna otra norma de los Diez Mandamientos defiende el valor la vida como lo hubiera hecho esa simple prohibición.

Demás está decir que tiene cualidades superiores a “santificar las fiestas” u “honrar tanto a padre como a madre”. Su lugar, si hubiese sido incorporada a esa exclusiva lista no debió pasar del tercer puesto entre todos los demás mandamientos. Por ello no es comprensible que Dios dejara de lado su inclusión como norma fundamental. Pero eso no es lo más grave o lamentable del caso pues en la Biblia, en el Pentateuco, para ser más precisos, hay reglas que permiten la esclavitud. Esto no es novedoso para cualquier entendido en uno de los textos más sagrados para una gran parte de la humanidad ya que era permisible tener esclavos de manera legítima y con la venia de Dios.

Con el advenimiento del cristianismo se trató de resolver doctrinariamente la omisión de no considerar a los hombres como iguales. Siendo benevolentes con quienes urdieron el monoteísmo en Oriente y Occidente se puede decir que el olvido fue subsanado en parte con la revelación de los Evangelios y la obra de los padres de la Iglesia, pero la cuestión no fue resuelta por varios siglos entre el nacimiento del monoteísmo judío y el arribo de la fe cristiana.

La severa omisión permite dilucidar un asunto de gran importancia para los teóricos de los derechos humanos ya que su fundamentación no puede basarse en el Decálogo toda vez que es un sistema que tiene profundas raíces patrimoniales antes que humanísticas. La prueba de ello es la defensa ardorosa de la propiedad que se desprende de la lista de prohibiciones que incluye. En esa relación se contempla “no robar”, “no mentir” y “no codiciar bienes ajenos”. Además de “no desear a la mujer del prójimo” (generalmente se desprende de la prohibición de tener pensamientos impuros). Ese último mandamiento entiende que la mujer, como propiedad del marido, recibe un tratamiento similar como cualquiera de sus bienes. Si no era esclava se encontraba en una condición muy cercana a la servidumbre porque Génesis 3:16 indica que el hombre (Adán) “se enseñoreara” sobre ella como castigo por haber ofrecido el fruto prohibido. En el Nuevo Testamento también se encuentran invocaciones similares pues Efesios 5:22 revela que la mujer casada está sujeta a su marido. El siguiente versículo, Efesios 5:23, dice que lo anterior es así “porque el marido es cabeza de la mujer”. Los demás hacen una analogía entre Cristo como cabeza de la Iglesia y el marido como testa de la mujer. La Biblia menciona la palabra “sujeta” en ambos casos, es decir, la Iglesia está sujeta a la autoridad de Cristo como la mujer lo está a la de su marido. El apóstol San Pablo dirigió esa carta, como muchas otras, para aclarar los alcances doctrínales de la revelación hecha por Jesucristo.

Ahora bien, “no mentir” o “no decir falso testimonio al prójimo” o faltar a la palabra es esencial para el sistema de contratación de la época en el que las transacciones se hacían de manera verbal. Un hombre valía tanto como su palabra empeñada que tenía como único garante a Dios. De ahí que resultara vital asegurar que lo que uno se comprometía iba a ser cumplido. El énfasis en la palabra del prójimo tenía connotaciones patrimoniales y en ello se fundaba todo el sistema económico, en los pactos o promesas hechas por los miembros de la comunidad. De la palabra dependía pues toda la confianza que uno depositaba en el sistema y en los individuos. Al no existir registros públicos, un sistema de garantías inmobiliarias o prendarias o modelos contractuales actuales, la única forma de hacer oponibles los pactos a terceros era por medio de la palabra, del compromiso inicial o la promesa. Eso era lo que obligaba a un judío de la antigüedad ante otro por sobre todas las cosas.

Tal vez, a manera de hipótesis, en la primera redacción de las Tablas de Ley Dios contempló originariamente “no esclavizar” como mandamiento, pero tras el enfado de Moisés por la adoración del becerro de oro y su vuelta a la cima del monte Sinaí borró su inclusión en la edición definitiva.

Un dato que no puede pasarse por alto es que dentro de la numeración más conocida de los mandamientos, la de Éxodo 20:1-17, el lector nota en el último versículo que la prohibición tradicional de “no codiciar los bienes ajenos” se extiende a la casa del prójimo y todo lo que hay en ella como su mujer, esclavos, animales, etc. En algunas biblias se ha modificado convenientemente la palabra “esclavos” por “sirvientes” o “criados”, porque tiene una connotación negativa y perjudicial para los “valores” judeo-cristianos. Sin embargo, a pesar esas argucias, queda muy claro cuál ha sido la intención del “divino creador” respecto al tratamiento de la esclavitud pues se la tolera e incentiva.

Las leyes sobre esclavos se ubican en el Éxodo y el libro de Deuteronomio. Las disposiciones bíblicas permiten tener esclavos hebreos y no hebreos por igual, así como mujeres y niños. También era admitida la venta de la hija como esclava. De esa forma el Dios que sacó de la esclavitud y servidumbre al pueblo de Israel avala un nuevo sistema de explotación humana. ¿Tiene sentido condenar la esclavitud en Egipto y no la padecida por otros hebreos o extranjeros a manos de los primeros? ¿Puede tener algún valor la vida bajo la revelación divina? No es muy difícil responder a ambas preguntas con sólidos argumentos en la mano.

Desde Abraham, con quien Dios hizo su primer pacto con el “pueblo elegido”, se puede apreciar la laxitud o actitud contemplativa de la divinidad hacia la esclavitud. Ese carácter luego es reflejado y positivizado (convertido en normas escritas) cuando sella una nueva alianza con Moisés. En el caso del “padre de todas las naciones”, Abraham, a quien Dios le revela su existencia, poseía varios esclavos, entre ellos su esclava Agar con quien engendró a Ismael, del que se dice que luego nacerían las tribus que poblaron la península arábiga. Lo importante de este encuentro con el patriarca radica en que era una buena oportunidad para eliminar cualquier controversia en torno a la naturaleza de la dignidad humana, es decir, para establecer la igualdad de todas las criaturas diseñadas a imagen del “hacedor”. Sin embargo, tal enseñanza nunca se produjo toda vez que su primer hijo, concebido por una esclava, no era digno de heredar su casa ni sus bienes. La falta de un hijo “legítimo” hizo que Abraham le reclamara a Dios por uno que nazca de su esposa Sara. Dios acude a Abraham y le consuela pues le dice en Génesis 15:4 que “no te heredara esté (por Ismael), sino un hijo tuyo será el que te heredará”. Así Dios establece diferencias entre hijos nacidos de una mujer libre y otra esclava, permitiendo por largo tiempo que unos hijos valieran menos que otros, mientras nuestras modernas legislaciones reconocen que ambos tienen igual derecho a heredar. También resulta revelador un pasaje del mismo Génesis que relata la huída de Agar de Sara porque su presencia le afligía. Al ser hallada en el desierto por el ángel del Señor, éste le dice: “vuelve a tu señora y ponte sumisa bajo su mano”. Al nacer Ismael y al cabo de 13 años Abraham circuncidó a su primogénito, que lo podría entenderse que el hijo de su esclava estaba dentro del primer pacto, es decir, que mientras reconociese a Dios como su Señor tendría numerosa descendencia y tierras. Pero no es así, ya que si bien Dios se encargará de “multiplicar su descendencia” y hará de “él una gran nación”, estaba excluido, pues la divinidad manifiesta que “establecerá su pacto con Isaac”. A la postre eso significó que Ismael y su madre fueran expulsados por órdenes de Dios.

La forma de discriminar a la mujer, la otra mitad de la población mundial, también se advierte en la manera como fue concebida la esclavitud. Así, entre hombres y mujeres no hay equivalencias ni cuando son esclavos pues “la mujer no puede recuperar la libertad como los varones”. El varón hebreo adquirido puede salir al séptimo año de servicio sin pago alguno; en cambio la mujer vendida no podía recobrar su autonomía. Aunque en Deuteronomio 21:12-18, se señala que es posible dejar en libertad a la esclava hebrea al séptimo año. Lo que da lugar a una evidente contradicción. La forma de solucionarla para algunos consiste en determinar si la mujer comprada como esclava se casa con su amo, en cuyo caso pierde su condición de esclava. Otra manera de resolver la controversia consiste en que si la mujer fue adquirida para el trabajo recuperará su libertad en el año sabático.

En la regulación de la esclavitud la mujer no deja de ser una parte accesoria, es decir, corre la misma suerte del marido. De tal modo que si el marido esclavo consigue su libertad, su mujer la obtiene a expensas de éste (Éxodo 21: 3). En el caso de que el amo le haya otorgado una esposa no hebrea, ésta no se libera inmediatamente ya que sigue en poder del amo judío, así como sus hijos.

Si bien este sistema permitía la liberación de los esclavos al séptimo año y podía parecer más condescendiente que otros de su época, tenía métodos o formas eficaces de perpetuar el servicio del esclavo pues al no permitir la liberación de la esclava no hebrea casada con el liberto y de sus hijos, éste podía preferir la sumisión indefinida a su amo que estar lejos de su familia. Esa simple regla, perversa por cierto, doblegaba cualquier espíritu o deseo emancipatorio en el esclavo toda vez que deshacerse de los vínculos ya establecidos con su mujer e hijos era muy difícil. Si optaba por su independencia podía trabajar para pagar el precio de la liberación de su esposa e hijos y durante ese tiempo tenía el derecho de visita a su cónyuge.

Otros esclavos, los no hebreos, no eran liberados al cumplir el sexto año aunque se les permitía comprar su libertad. En Levítico 25:40- 47 encontramos un ablandamiento de la divinidad, que por fin reflexiona sobre la cruel naturaleza de la esclavitud, pues al percatarse de que sacó a su pueblo de Egipto (a causa de ese terrible padecimiento) determina que ningún hebreo será vendido como esclavo. Esa limitación no era extensiva a los demás pueblos ya que Dios permite tomar como esclavos a las gentes de los alrededores. Siempre que sean extranjeros se puede comerciar con seres humanos y sus hijos. Como son pertenencias se pueden dejar en herencia para siempre. Sólo los hijos de Israel tienen derecho a ser libres porque Dios, quien los liberó del yugo de Egipto y les entregó la tierra de Canaán se considera el único al cual deben eterna servidumbre.

En cuanto a los hebreos, bajo la autoridad de las Escrituras éstos podían caer en la esclavitud con motivo de un crimen o una deuda. Condición de la que podían salir previo pago de sus obligaciones. Era común que un pariente hebreo rescatara a otro y pagara a un extranjero por su liberación. El rescate convertía en deudor al liberado de manera automática. Al séptimo año era liberado como era costumbre.

No hay forma de justificar la esclavitud por parte de Dios; aunque sí para los antiguos hebreos cuyo sistema económico dependía de la mano de obra esclava para arar los campos, cuidar a los animales y realizar labores en la casa de su señor. Tampoco es admisible que Dios avale la renuncia de la libertad que hace el esclavo que desea permanecer bajo mandato de su amo. Este es el caso de aquél que resuelve ante los Jueces del Templo mantener su condición de esclavo “por amor a su amo”. La Biblia dice que la decisión debe ser voluntaria, pero no por el hecho de serlo Dios deba avalar cosa semejante pues el suicidio también lo es, es decir, una determinación voluntaria, y no por ello se ve legitimado. La renuncia a la libertad es la renuncia a la condición humana misma y eso no puede ser consentido por Dios. La libertad es una cualidad esencial de la especie y fue la primera de todas las que supuestamente Dios concedió al hombre (para darle nombre a las cosas y dominarlas), por ello no es comprensible que se admita, con tanta facilidad, que Dios desconozca el principal atributo de su creación. O que permita que el hombre le asigne tan escaso valor luego de haber luchado contra Egipto por causa de su liberación. El hombre está en su derecho de hacer lo que desee con su libertad, sin embargo, no todo lo que haga, como renunciar a la misma, puede contar con el asentimiento divino. Desde esa perspectiva, renunciar a la libertad es equiparable a renunciar a la vida toda vez que ambas desconocen valores fundamentales de la especie.

A los esclavos que negaban su condición humana para servir eternamente a sus amos se les deformaba la oreja, como si fueran ganado, es decir, se la horadaban para indicar que perdían el derecho a tener una voz. La marca se hacía en una parte visible para que los demás supieran que el sujeto pertenecía a alguien. Su significado, además de identificar al esclavo con un amo, indicaba que el esclavo sólo escucha y recibe órdenes de su señor, esto es, que ha dejado de tener voluntad propia y de contar como un individuo.

No deja de sorprender que algunos sustenten la esclavitud bíblica como consecuencia de que el hombre haya renegado de Dios. Es decir, de su alejamiento de las enseñanzas de las Escrituras cuando éstas precisamente justifican el tráfico de seres humanos. La esclavitud no es producto del pecado, sino de un sistema económico que dependía de la fuerza de tracción humana y de su intelecto para realizar tareas que bajo otro modelo jamás podrían realizarse (por lo menos no en aquel tiempo). Sin la mano de obra de esclavos y siervos muchas obras arquitectónicas de la antigüedad jamás se hubieran erigido. Todas las culturas del pasado requerían echar mano de otros para construir sus colosales infraestructuras, por ello a la par diseñaban sistemas “jurídicos”, “religiosos” y “morales” bajo los que era permisible legitimar la explotación del recurso humano. Incluso algunos filósofos griegos como Platón y Aristóteles legitimaban la esclavitud para que el estrato social más bajo se encargara exclusivamente de las labores productivas. Platón elaboró su “República” sin detallar funciones específicas para los esclavos. Algunos teóricos opinan que la constitución de su modelo republicano derogaba la esclavitud, pero no puede ser posible porque una destruir institución tan arraigada tendría que hacerse de manera expresa. Aquí hay que mencionar que lo que diseñó Platón fue un sistema político y no uno económico, uno que a su juicio intentaba resolver las intensas disputas humanas.

Ello no implicó en ningún momento eliminar o sustituir una institución económica y social tan importante como la esclavitud. El estagirita, por su parte, sostenía que los esclavos resultaban un medio necesario para el buen gobierno de la polis y la familia pues son instrumento imprescindible para conseguir lo necesario. Servían al ordenamiento de una sociedad especializada y dividida en clases. El caso de los ilotas (laconios y mesenios) en Esparta retrata perfectamente la situación por aquel entonces (y porqué la sociedad espartana fue una de las más estables de la historia, sin golpes de Estado o conspiraciones, salvo por los levantamientos de los mismos ilotas).

Si la esclavitud fuera comprendida y aceptada mansamente como un castigo no se entiende como el primer réprobo, luego de sus padres, Caín, recibiera de Dios la marca o el signo bajo el que nadie podía herirle de muerte. En vez de ser condenado severamente Caín multiplicó por mil su descendencia. En cambio un hombre justo como José, vendido por sus hermanos, conoció la esclavitud en Egipto sin haber cometido crimen alguno.

La validez de la práctica de la esclavitud conlleva a recurrir a la fuerza, esto es, a maltratar al semejante o mutilarle si desobedece las órdenes de su amo, o mejor dicho, si no cumple sus caprichos. Aunque el maltrato excesivo da lugar a la libertad del esclavo. Sólo en caso de muerte del esclavo el amo puede ser “castigado”. “Pero si sobrevive por un día o dos, no será sancionado, porque es de su propiedad” (Éxodo 21:20-21). La vida relativizada de esa manera por una religión monoteísta no puede ser fuente de moral alguna o de enseñanza valiosa.

No se sabe a ciencia cierta si el castigo que sufre el amo que mata a su esclavo es la muerte. Levítico 24:17-21 dice que “quien hiera de muerte a cualquier persona sufrirá la muerte”. Eso sería factible en el caso de que el asesinado fuera hebreo, es decir, una persona libre, pero no un esclavo cuyo estatus es distinto. El “ojo por ojo” podría indicar que si se toma una vida habría que compensarla con la propia.

El legado bíblico sirvió en su oportunidad de fundamento para justificar el comercio de esclavos africanos en las colonias americanas. En las prédicas de Bartolomé de las Casas a favor de su tráfico indiscriminado y la contratación de chinos en la costa oeste de Estados Unidos y las haciendas costeñas de Sudamérica no hay mucha diferencia. Los segundos llegaban al Nuevo Mundo como siervos en el mejor de los casos pues las estipulaciones de sus contratos permitían su sobreexplotación en los campos y otras tareas manuales cuando el comercio de esclavos africanos se ilegalizó a mediados del siglo XIX. La decadencia de ese negocio favoreció la trata de orientales durante décadas.

No haber establecido la igualdad entre los hombres a su debido tiempo produjo una serie de barbaridades que hoy lamenta la humanidad. Esto fue así porque la religión monoteísta dio amplio fundamento teórico a esa deleznable práctica y no condenó el comercio de seres humanos.

El Pacto en el Sinaí más que constituir y ser fuente de un sistema jurídico elogiable, supuso un régimen de opresión que inspiró otros tantos sistemas represivos. La lectura del Éxodo no debe quedar agotada en la salida del pueblo judío de Egipto, sino en el análisis exhaustivo de sus normas, muchas de las cuales no pueden considerarse como sustento real de los derechos humanos.

Frecuentemente se piensa que los Diez Mandamientos dan soporte filosófico a una de las mayores conquistas de la humanidad: la creación de derechos universales. Las fuentes de los mismos son variadas y múltiples corrientes de pensamiento han intervenido en su constitución. Los derechos humanos no son fruto aislado de una sola doctrina y por ello se nutre por igual del iusnaturalismo, el positivismo, el humanismo, el derecho natural, etc. aunque no en sea en ese orden.

Cabe reconocer, que duda cabe, los aportes de la Escolástica y la Patrística en la generación de normas generales que indagan sobre la condición humana. El cristianismo subsana en parte el error o los vacíos de Dios al equiparar al prójimo con uno mismo (más adelante veremos por qué no es tan cierto). Aquello revela un súbito cambio de pareceres en la divinidad pues la religión que nació de un predicador en Judea se dirigió a los marginados de la sociedad de su tiempo, es decir, los esclavos, leprosos, prostitutas y desposeídos. La nueva orientación de las Escrituras (el Nuevo Testamento), que centra su mensaje en los excluidos de los anteriores Pactos, da a entender que Dios ha cambiado. Esto es, que no puede ser el mismo que se reveló en la zarza ardiente a Moisés. La sutileza de su transformación indica la insuficiencia de su primer mensaje pues con la llegada del Mesías corrige, aunque no del todo, la grosera omisión acerca de la igualdad entre los hombres. Un Dios que cambia tanto, aunque sea para bien, genera algunas sospechas sobre la naturaleza de su divinidad pues no ofrece ninguna garantía para juzgar las acciones humanas.

El valor del ser humano reside en su dignidad, esto es, en su libertad e igualdad. Cuya atribución es inherente a cada uno desde el nacimiento. Esta noción de la condición humana debió ser incorporada en el Decálogo, en la revelación divina, ya que como tal no puede ser incompleta. Si Dios se dirige al género humano no puede hacerlo en términos ambiguos pues dos de sus características son su universalidad y perfección. Por ende no puede ser perfecto un sistema normativo que desconoce la igualdad entre los hombres y al mismo tiempo autoriza su explotación.

Gracias al “olvido” de Dios, la humanidad tardó demasiado en reconocer la dignidad del hombre. El costo fue enorme en guerras, movimientos de liberación, corrientes abolicionistas, etc. Los procesos independentistas en América y guerras civiles como la norteamericana se valieron de la abolición para reclutar esclavos bajo la promesa de liberarles luego de prestar servicio armado. En Reino Unido se elaboraron las primeras doctrinas abolicionistas que tuvieron acogida en Estados Unidos. En 1833 se aprobó el Acta de abolición de la esclavitud, que entró en vigencia el 1 de agosto de 1834. Así, en todas las colonias británicas quedaban libres todos los esclavos. En Estados Unidos la prohibición no pudo hacerse efectiva en 1863 porque la Guerra Civil concluyó dos años después (en 1865). Sin la finalización del conflicto no era posible conceder la libertad a los esclavos puesto que en los estados del sur defendían la esclavitud.

Aquí hay que partir de la premisa que sin igualdad no hay libertad y viceversa. O que la igualdad entre unos pocos impide la libertad de todos. La igualdad como tal alude al trato que debe merecer cada persona. Es por eso que un sistema que no la reconoce como lo que es o que admite su vulneración no puede calificarse como fuente de los derechos humanos.

El no reconocimiento de esa dimensión de la persona ha producido la mayoría de violaciones registradas a lo largo de la historia. El origen de nuestras normas fundamentales ha tenido que ver con los arreglos y ajustes que hemos hecho desde nuestra evolución. La justeza de las mismas radica en su conveniencia racional para asegurar la paz entre los miembros de una comunidad. Si recurrimos a un “garante supremo” fue para darles solidez, universalidad, pero sobre todo, inelubilidad, ya que la idea de Dios asegura que su inobservancia será de todas maneras sancionada.

A la luz de lo expuesto resulta difícil pensar que la supuesta “Alianza” entre Dios y el ser humano manifestada en los mandamientos pueda expresar alguna ética. Esto debido a que las Escrituras no condenan la esclavitud. En vez de proscribirla de raíz, el texto sagrado da instrucciones sobre cómo tratar a los esclavos, legitimizando la esclavitud. Esta práctica degeneró luego en el sometimiento del extranjero pues inicialmente un hebreo podía ser comprado como esclavo. Así se dio sustento a la esclavitud originada en la raza del sometido tal como lo señala Levítico 25:40- 47.

Apelar a que el contexto histórico de la época permitía la esclavitud podía absolver a los hombres de aquel tiempo, pero no a la divinidad pues ésta tenía el deber de entregar las normas fundamentales a la comunidad. Es decir, la obligación de elaborar una verdadera compilación de reglas que revelara la dignidad del hombre y no una que la pisoteara. Por eso la tolerancia de la esclavitud y su fomento en el Antiguo Testamento es perturbadora no sólo si es comparada con la modernidad que nos toca vivir, sino que un Dios sea capaz permitirla.

Hoy esa práctica es considerada como uno de los peores crímenes que puede soportar la humanidad al par del genocidio. Su erradicación ha sido posible en la mayor parte del planeta gracias al reconocimiento de la dignidad de la persona y de la labor de cientos de pensadores y activistas que abogaron que abogaron por una sociedad que consagre la igualdad. Siendo una sola especie no existe tal cosa como la raza. No hay modo de justificar la inferioridad del otro basado en su color, su tamaño u otras características físicas.

En el Nuevo Testamento, la parte cristiana de la Biblia, tampoco está exento de críticas toda vez que defiende la esclavitud. Esto se puede apreciar en los seguidores de Cristo, esto es, los apóstoles que le sobrevivieron y San Pablo pues hicieron invocaciones dirigidas a los esclavos a fin de mantenerse fieles a sus señores. En Efesios 6: 5-9, conmina a servir “a sus amos terrenales con temor y temblor”. Y añade San Pablo, en Efesios 6: 6, que servir al amo de corazón “es hacer la voluntad de Dios”. En Efesios 6:9 se manifiesta una contradicción pues a la vez que el apóstol Saulo indica que Dios es señor de amos y esclavos; en la parte final del versículo sostiene “que para él (Dios) no hay acepción de personas”. ¿Si no hay diferencia por qué permite esas distinciones entre unos y otros, es decir, entre amos y esclavos? ¿Si en principio tienen el mismo valor para Dios en el cielo, por qué no evidenciar esa misma condición en la tierra? Deja mucho que desear la forma en que se compatibiliza la esclavitud con la prédica de los Evangelios. En Colosenses 4:1 se advierte a los amos que sean “justos” con sus esclavos. No se entiende cómo una religión que debía “redimir” al mundo de sus “pecados”, esto es, una confesión universal, sólo haya revelado la igualdad espiritual pero no corpórea, esto es, física o material en la obra de Dios.

Algunas interpretaciones que defienden esa postura (del cristianismo) señalan que si se hubiera apostado por la abolición de la esclavitud hubiera enervado los ánimos en una sociedad acostumbrada a someter a sus semejantes, en otras palabras, que una lección de esa profundidad hubiera alterado el orden social y generado caos. Como la esclavitud estaba muy extendida en tiempos del Imperio Romano, aproximadamente un tercio de la población vivía en esas condiciones, un lenguaje “subversivo” que apelara por la liberación de los esclavos hubiese sido muy impopular, esto es, que le hubiera costado mucho al cristianismo poder convencer a las élites y comerciantes con su mensaje. Todas las culturas antiguas en mayor o menor grado dependían de la mano de obra esclava. No creemos que sea posible pensar que las clases más adineradas y poderosas de Roma hayan concebido despojarse de los enormes beneficios que producía la tenencia de esclavos. Resulta utópico, sobre todo en aquella época, que renunciaran a grandes privilegios emancipando a los esclavos pues con ello no sólo afectaban sus finanzas, sino al sistema económico en general que requería aquella explotación.

Más allá de estas apreciaciones es justo reconocer que el cristianismo colaboró a la desmantelación de la práctica de la esclavitud. El mensaje evangélico fue decisivo para posteriores justificaciones doctrinales. Aunque la falta de una condena expresa y algunas contradicciones en los escritos de los fundadores de la Iglesia posibilitaron la esclavitud de otros pueblos por un largo período. Sin embargo, a pesar de lo anterior, no puede ignorarse que en Lucas 6:31 se diga que hay que tratar a los demás de igual forma como quisiéramos que nos trataran a nosotros. Ese versículo exhorta claramente a la igualdad.

En tiempos romanos se produjo una gesta de la que se pudo aprender mucho: la rebelión de Espartaco, gladiador que encabezó un levantamiento armado contra Roma logrando un par victorias importantes, pero finalmente fue derrotado en el año 73 de nuestra era. Las lecciones que se pueden obtener de ese alzamiento se deben a que no estuvo sustentado en “valores” religiosos, sino en la toma de conciencia de ciertos individuos acerca de su condición. Ese hecho revela que no era necesario tener ideas preconcebidas sobre la naturaleza humana provenientes de una religión, sino que el hombre por sí mismo estaba en capacidad de descubrir su dignidad. Así, el movimiento del esclavo tracio se convirtió en un símbolo para el resto de empresas abocadas a luchar contra la esclavitud.

Otra valiosa enseñanza de la sublevación mencionada está relacionada con la caída de Roma pues deterioró el sistema esclavista romano a tal extremo que redujo la producción agrícola, uno de los pilares de su economía junto con el comercio. En esa época surge un antecedente directo del trabajo de los siervos europeos en los feudos pues los latifundistas latinos instituyen el colonato, que era una forma en que los esclavos trabajaban la tierra a cambio de una parte de la cosecha. Esa era la manera que encontraron los terratenientes para no desatar las iras de los esclavos, es decir, compartiendo parte de la producción con el esclavo. Si alguien piensa que era eficiente el sistema esclavista está en un error porque sólo trabajaban las clases sociales bajas, mientras el resto (la aristocracia) llevaba una vida parasitaria. Algunas ideas sobre la desvalorización del trabajo se originaron en aquel tiempo ya que las clases altas no laboraban. El cristianismo dignificó luego el trabajo pues Cristo y sus apóstoles tenían oficios antes de comenzar su prédica. La obra de los Padres de la Iglesia y las encíclicas papales contribuyeron de igual modo a revalorizar las actividades productivas humanas, a pesar de que inicialmente el trabajo en el Antiguo Testamento pudo considerarse un castigo ya que se originó a raíz de la desobediencia de Adán y Eva (ver Génesis 3: 17-19) .

Los Diez Mandamientos, a pesar de sus omisiones y controvertidos contenidos, establecieron una escala valorativa de normas, es decir, un sistema de jerarquías que fue imitado por el jurista austriaco Hans Kelsen para construir su pirámide normativa, que comúnmente se conoce como la “pirámide de Kelsen”. Dicha pirámide ubica a la Constitución (inspirada en una norma fundamental de carácter trascendental) por encima de todas las demás reglas. Detrás de ésta se halla la ley y así sucesivamente hasta la norma de inferior rango. A esta escala se agrega la compatibilidad de todas las normas con la Constitución. Lo que implica que no puede haber contradicción con la regla suprema porque ello implica la expulsión automática de la norma que la objeta. De esa lógica se parte (de la kelseniana), para advertir la incoherencia que existe entre Dios y su respaldo a la práctica de la esclavitud. Hay un contrasentido evidente ya que, por su perfección, la divinidad no puede consentir que se regule una institución tan inhumana. Un texto que se dice sagrado no puede servir para reducir la condición del hombre a la de una cosa capaz de ser poseída por otros.

Kelsen, al desarrollar el fundamento de validez de los órdenes jurídicos, indica que la validez de una norma está dada en virtud de su fondo o contenido. De ahí que resulte espurio o antinatural considerar el tratamiento bíblico de la esclavitud como emanada de Dios. Tal regulación sólo puede ser atribuida a la labor de los hombres de la antigüedad, así como todas las demás normas contempladas en el Decálogo. Es decir, son fruto de la clase o tipo de diseño social pretendido por los individuos de aquel tiempo, para quienes la esclavitud era esencial para el desarrollo de las actividades productivas.

No hay bondad alguna en la esclavitud y el propio rey Salomón lo reconoce en Eclesiastés 8:9 pues luego de haber observado atentamente las costumbres humanas vio que el hombre “se enseñorea de otros para mal de éstos” (o que el hombre ha subyugado a otros para su perjuicio). Al dictar leyes para “proteger” a los esclavos de malos tratos lo único que se hizo fue legitimar esa institución (la esclavitud) y crear un mercado de esclavos. Es nocivo de por sí positivizar (convertir en normas escritas) la forma en que debe ser tratado un esclavo o cómo y cuánto hay que pagar por su rescate (liberación) pues todo ello acentúa su práctica. Como “paliativo” es peor que la enfermedad. Aquí hay que notar que la condición humana se convierte en mercancía o moneda de cambio para saldar deudas, lo cual es inadmisible. Permitir que otro ser se convierta en esclavo como medio de pago contribuyó a depreciar el valor de la vida humana. Esto tuvo repercusiones en la forma como se fueron desenvolviendo las relaciones laborales en un sentido negativo. Si durante la Revolución Industrial se desvalorizó la condición de los obreros fue debido a nociones antiguas como esta que redujeron al ser humano a una simple mercancía.

¿Si no era propósito de Dios que la esclavitud tomara parte en las relaciones entre los hombres? ¿Por qué la contempló impunemente? La respuesta, parafraseando la obra “Julio Cesar” de Shakespeare, no se halla en las estrellas (la divinidad), sino en nosotros, es decir, en la economía. Razón tenía Karl Marx en que la estructura (las condiciones económicas), determinan la forma de articulación social. En otras palabras, que la manera en que se organiza la producción influye en la composición de las leyes, la política, la religión, la cultura, etc. Esto es fundamental porque implica que son los sistemas económicos los que crean a Dios y toda la reglamentación religiosa que se desprende de su autoridad. A partir de esa interpretación, sin ser marxistas, puede comprenderse que el sistema esclavista haya surgido y prosperado hasta su abolición.

Todo ha estado al servicio, incluido el propio Dios, a los dictados del sistema económico, el cual siempre se impuso, y cuando no podía hacerlo por medios pacíficos, protagonizó revoluciones y cambios decisivos en la historia de la humanidad. Sólo hay que recordar como llegó a establecerse la usura o como los burgueses promovieron la Revolución Francesa para acabar con el ineficiente sistema de privilegios que favorecía a la monarquía y las élites eclesiásticas.

Dada su antigüedad, la redacción de los Diez Mandamientos, como compendio legal más conocido, puso por escrito permisos y prohibiciones universales, esto es, que no son exclusivas del pueblo judío pues representan viejos arreglos de convivencia que las primeras sociedades humanas ya habían incorporado a sus sistemas de valores. El registro de prohibiciones como “no matar” o “no robar” es común a todos los sistemas legales conocidos por más primitivos que estos sean. No hay pues cultura en el mundo que no haya contemplado la adopción de principios semejantes para ordenar su sociedad. A pesar de semejantes prohibiciones el hombre no ha dejado de matar, y casualmente, en nombre de sus dioses.

No debemos permitir bajo ningún motivo que la igualdad sea banalizada aunque se trate de “Dios” o de interpretaciones “benévolas” de la esclavitud. A decir del filósofo español Fernando Savater, la igualdad ha sido sustituida por la diversidad, que a su entender ha producido una confusión de contenidos pues “la verdadera riqueza humana es la de los parecidos, gracias a lo cual podemos hablar los seres de distintas culturas, de distintos sexos, de distintos países, de distintas razas. La riqueza humana es nuestra semejanza y no nuestra diversidad”.