Perú aprovecha mejor las preferencias del Atpdea y las de Europa

31.1.07

Enero 23 de 2007 . Colombia

Mientras Colombia exporta lo mismo en confecciones a Estados Unidos que hace cuatro años, Perú las dobló en ese período.

Colombia y Perú están en la carrera por lograr que el Congreso de Estados Unidos apruebe el TLC negociado durante casi dos años.

A través de este instrumento se deberá ir más allá de las preferencias arancelarias que ese país otorgó a los andinos para compensar su lucha contra el narcotráfico.

Aunque las preferencias arancelarias arrancaron a comienzos de los noventa, diez años después fueron prorrogadas por cinco años más y terminaron en diciembre del año pasado. Mientras entra en vigencia el TLC, el gobierno de Bush decidió extenderlas hasta junio del 2007.

Uno de los sectores beneficiados con las gabelas para entrar al mercado de Estados Unidos sin pagar aranceles ha sido el de textiles y confecciones, cuya importancia no está en duda en términos de generación de empleo pues según los industriales del sector, si se llegara a perder ese mercado saldrían a la calle unas 200.000 personas.

Estados Unidos importa anualmente unos 75.000 millones de dólares en prendas confeccionadas de todo tipo, de las cuales China les vende cerca de 25.000 millones y los países centroamericanos unos 10.000 millones.

Cuando se prorrogó el Atpdea hace cinco años, la esperanza de Colombia y Perú era ganar espacio en Estados Unidos al no tener que pagar aranceles. ¿Lo lograron?.

La realidad para el caso colombiano es lamentable: hoy se exporta menos que en el 2003, en tanto que Perú casi dobló sus ventas durante ese período. Esto demuestra que ese país aprovechó mucho mejor que Colombia las preferencias arancelarias del Atpdea, al menos en lo que tiene que ver con el mercado norteamericano.

Las cifras son elocuentes. En el año 2003, Colombia exportó a Estados Unidos confecciones por 514 millones de dólares, en tanto que Perú vendió 520 millones, lo cual indica que exportaban lo mismo. En el 2005, las cifras fueron 549 millones y 763 millones de dólares, respectivamente.

Para el 2006, mientras Colombia descendió a 480 millones (a noviembre), los peruanos van en 795 millones de dólares.

¿Cómo se explica que Perú nos haya de esa manera en confecciones? Seguramente, algunos alegarán la revaluación del peso, pero la realidad es la moneda peruana también se ha apreciado en forma importante, así no tanto como la colombiana.

Una razón podría explicar la situación: Perú ha hecho una importante transformación productiva en el sector partiendo de la producción de algodón, aspecto que Colombia no ha tenido en cuenta.

Lo ratifica el presidente de Analdex, Javier Díaz Molina: "Ellos han desarrollado una gran industria con productos diferenciados como camisetas y prendas finas, valiéndose de su algodón. Colombia le ha disparado a muchos productos, sin tanto éxito".

En efecto, la industria textil y confecciones se ha convertido en uno de los sectores más competitivos y dinámicos de la industria manufacturera peruana. Materias primas de buena calidad, una hábil mano de obra y experiencia industrial han permitido el desarrollo de una cadena textil, que va desde el cultivo del algodón y la esquila de vicuñas y alpacas, a la hilandería, el tejido, teñido y acabado de la telas y confecciones. En el mismo sentido, Perú es el mayor productor mundial de finas fibras de camélidos sudamericanos, entre las que se distinguen las de alpaca y vicuña, siendo esta última superior a la fibra de cachemira.

La industria textil-confecciones de Perú emplea alrededor de 530.000 personas. De esos empleos, 150.000 son directos. La industria textil comprende un centenar de empresas, un 30 por ciento de hilado y un 70 por ciento de fabricantes de tejido, pero sólo una decena de ellas representa más del 96 por ciento de las exportaciones. La industria de la confección está más dispersa. Existen más de 11.000 empresas de confección, 10.700 microempresas, 250 pequeñas y medianas, y una quincena de grandes.

Pero no es sólo confecciones. En términos globales de exportaciones, los peruanos le dan lecciones a Colombia. En el 2002, Colombia exportó 12.000 millones de dólares, más del 50 por ciento de las cifra peruana, que llegó a 7.565 millones de dólares. Al cierre de 2006, las cifras totales de ambos países rondan los 24.000 millones de dólares. En el caso colombiano crecerán un 15 por ciento y en el caso de los vecinos más de 35 por ciento. En el caso nuestro, petróleo, carbón y níquel comandan las cifras en términos absolutos, en tanto fueron cobre, oro y el zinc.

Según el Banco Mundial, en el 2005 Perú fue el quinto país con el mayor crecimiento exportador. En la ofensiva comercial, en el 2006 finalizó las conversaciones para un Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y el Congreso ya lo aprobó. Mantiene además, acuerdos comerciales con Mercosur y un TLC con Tailandia, comenzó diálogos para un TLC con Corea del Sur, China, Japón y Singapur y otros países asiáticos. De igual manera, tiene acuerdos con la Unión Europea y con México; acordó nuevas preferencias arancelarias al Acuerdo de Complementación Económica, entre ambos países.

Parte del éxito que tiene el sector exportador en Perú, tiene que ver con el impulso que le está dando el gobierno y las entidades de promoción a las cadenas productivas. Impulsar modelos de asociación que les permita a los productores mejorar sus procesos, obtener el suministro de semillas certificadas y una supervisión técnica durante toda la cadena productiva.

“El objetivo es diferenciar los productos en los mercados internacionales, preparar a las empresas para que lo que producen esté de acuerdo con lo que quieren los clientes en el exterior. No es lo que yo quiero producir, sino lo que el mundo está demandando, con calidad y sobre todo con diferenciación. No es hacer lo mismo, ni producir lo mismo que los demás países, es convertirse en un proveedor importante con artículos de alta calidad y excelente precio”, indicó María del Pilar Adames, Asesora de Negocios Internacionales, quien hasta hace año y medio se desempeñó como directora de la oficina de Proexport en Lima.

Otra de las fortalezas del sector exportador peruano es la diversificación.

Un ejemplo son los espárragos, producto que Colombia también ha buscado desarrollar, pero sin éxito. Perú se ha convertido en el mayor exportador de espárragos frescos a nivel mundial, y vende también el producto en conservas y congelados.

Las exportaciones del 2006 apuntan a 300 millones de dólares, de los que 50 por ciento vana al mercado de Estados Unidos. El consumo entre los estadounidenses se ha incrementado en los últimos años, debido a que la hortaliza, originaria de Asia, no contiene colesterol, es muy baja en calorías y contribuye a mejorar la circulación sanguínea.

El año anterior se destacaron las ventas del espárrago fresco, el favorito de Estados Unidos, con alrededor de 180 millones de dólares, seguidas por conservas con 95 millones de dólares y congelados con 25 millones de dólares. Con la aprobación del TLC con Estados Unidos, la industria peruana de espárragos se volvería más atractiva para la inversión. También vende a Holanda, Reino Unido y España.

  • DIVERSIFICACIÓN DE MERCADOS DE EXPORTACION Y BALANZA COMERCIAL

Perú tiene una estructura de mercados de exportación mucho más diversificada que Colombia y ello puede explicar en parte su éxito exportador reciente.

Mientras que en el caso colombiano, Estados Unidos responde por poco más del 40 por ciento de sus ingresos, Perú sólo le vende al 24 por ciento.

A Europa, nuestro país exporta el 13 por ciento del total, de lo que la mitad es carbón, en tanto que para Perú, el viejo continente representa la cuarta parte de sus ingresos por exportación.

Pero el caso más dramático de diferencia se da con Asia: el 20 por ciento de las exportaciones de Perú, (la mitad a China), en tanto que no alcanzan al 4 por ciento de las colombianas.

Otra diferencia muy grande entre los dos países tiene que ver con su balanza comercial: mientras en el caso colombiano comienza a ser deficitaria, en Perú cerró el año pasado con un saldo favorable de cerca de 9.000 millones de dólares.

Con superávit fiscal e inflación muy controlada

La comparación de las economías de Colombia y Perú es válida ahora que los dos buscan un TLC con Estados Unidos y dadas sus diferencias de modelo con los otros tres países andinos: Venezuela, Ecuador y Bolivia.

Los resultados positivos de Perú han sido evidentes: un crecimiento sostenido del PIB durante los últimos cuatro años: 3,9 por ciento, en el 2003; 5,2, en el 2004; 6,4, en el 2005 y para 2006 se espera 7,2 por ciento, en todos los períodos por encima de los datos colombianos, aunque tampoco sean despreciables: 4,78 en el 2004, 5,13 en el 2005 y alrededor de 6,0 en el año que acaba de pasar.

Si en Colombia se habla de control de la inflación porque se tiene por debajo de cinco por ciento, Perú la tiene ya por debajo del dos por ciento anual.

La entrada de nueva inversión extranjera directa, también ha sido importante. Según cifras oficiales podría llegar a 2 759 millones de dólares en el 2006, frente a 2.579 millones de dólares que recibió en 2005. Las proyecciones actuales de crecimiento de la inversión privada y el consumo privado para el 2007 son de alrededor de 15,0% y 5,0%, respectivamente. Las cifras de inversión en el caso colombiana aparecen todavía por encima de las peruanas.

El año anterior Perú también mostró superávit fiscal, entre 1,2% y 1,5% del PIB. El déficit colombiano es de 3,5 por ciento. Como reflejo de esta situación, las tres principales clasificadoras de riesgo internacionales elevaron la calificación del Perú el año anterior.

Aunque los dos países muestran un nivel similar de reservas internacionales, su relativo bajo nivel de importaciones, le da a los peruanos una mayor fortaleza de su sector externo frente al colombiano.

Los planes de Alan García

Por CÉSAR HILDEBRANDT

La derecha que perdió todas las guerras, todas las oportunidades de crear justicia y viabilidad social, la derecha que gobernó siempre –con la sola excepción del suspiro de Billinghurst y los siete años de Velasco–, la derecha cuyos ancestros pelearon en contra de la independencia y cuyos abuelos entregaron Lima a la soldadesca chilena, la derecha que se robó el dinero para comprar barcos en plena guerra del Pacífico y remató Arica a precio vil, Leticia por nada, Sucumbios por poquísimo, la derecha que festejó todas las masacres de campesinos y hundió en el oprobio a todos los reformistas que en su tiempo fueron, la derecha que persiguió a los mejores –desde Vallejo a Alegría, pasando por Arguedas y Gustavo Valcárcel– y se unió a los peores o hizo peores a los que ya eran cavernarios –desde Sánchez Cerro a Odría, pasando por el panzón rosáceo de Benavides–, la derecha que tiene el bolsillo chorreando sangre y, hoy, la labia de Alan García a su servicio, la derecha del contrabando, la evasión fiscal, las conversas con Montesinos para ganar juicios, la derecha prochilena de estos días, en suma, quiere erguirse en patrona del pensamiento correcto y llama caviares a quienes no se doblegan ni ante su dinero ni ante su poder mediático.

Es el colmo. La derecha cree que con lo que evacúan algunos columnistas a su servicio ya ejerce el poder de las ideas y el monopolio de la verdad. La derecha analfabeta está segura de que le basta y sobra con el jarabe de lengua de García, el sancochado delirante de algunos comentaristas y la agresividad de los voceros fujimoristas, para ganar en el campo de las ideas.

¿Y qué aporta la derecha de novedad? Absolutamente nada nuevo. Sus ideas las ha huaqueado del latifundismo occiso y son estas: el Estado no debe meterse con la inversión privada excepto para defenderla con las armas, si es necesario; los trabajadores son mano de obra prescindible y no juegan ningún papel decisivo en el proceso de acumulación capitalista; la política exterior debe estar uncida a la de los Estados Unidos; todos los que no opinen así son potencialmente subversivos.

Y eso es todo el libreto, que es el mismo que recitaba, en los años 30 y 40, Víctor Andrés Belaunde.

Maquillan este librero con un vocabulario flamante y estandarizado por los cuatro vientos: le dicen globalización a lo que antes llamaron panamericanismo (o Alianza para el Progreso); le llaman mundo unipolar al libreto autoritario de la única potencia criminalmente expansionista de nuestros tiempos; le dicen mercado laboral flexible a lo que en tiempos más sinceros se llamaba colchón de desempleados (que sirve para abaratar el salario) y derecho libre de despido; le dicen contratos de estabilidad al saqueo que un ciudadano notoriamente japonés concertó con un puñado de extranjeros avezados (pero no quieren ninguna estabilidad en el empleo); y llaman tasa de crecimiento al promedio de lo que ganan los grandotes, que se encargan luego de que sean las sobras las que “chorreen” (si es que hay sobras).

Todo lo que no está entre estos parámetros es odioso, insurreccional, jurásico, socialistón, caviarón e indeseable.

Y la izquierda no responde, donde chucha esta la Izquierda?, No sé ni me importa saber por qué la izquierda no responde. No sé qué hace la izquierda ni dónde está o yace o hiberna. Debe estar pagando culpas, supongo. O viendo, con vergüenza, cómo algunos de sus ayer voceros (ex comunistas, ex vanguardistas, ex trotskistas) se instalan en el sistema de la banalización mundial y reniegan de su pasado al lado de un dry martini en alguna universidad norteamericana de segunda.

Lo único que sé es que esta dictadura mediática que quiere pintarnos a García como el supremo hacedor y a Correa como a un dinosaurio (y a Chávez como a un mafioso y a Evo como un indio tonto) debe ser combatida. Combatida por toda la gente decente con acceso a la prensa. No es posible que el país que produjo a José Carlos Mariátegui acepte hoy que las ideas de Marianito Prado se han vuelto indiscutibles.

Hoy la derecha gobierna con García, reencarnación del Haya del crepúsculo. Eso está bien, así cada uno asume su papel. Pero quienes nos sentimos de centro, quienes creemos que la injusticia produce hambre y senderismos, no debemos seguir callando en nombre de la prudencia o el desarrollo. El plan de García es crear un frente Fuerza Armada-empresarios- engatusados. Es un plan de largo plazo, un sueño de Huaitita que ahora, con el control de los medios de comunicación, parece posible. ¿Cuántos peruanos nos resistiremos a esta monotonía impuesta por el dinero y sus fabricantes de coartadas? Lo sabremos pronto.

Dicen que Hugo Chávez tomará pronto un canal de TV. Aquí García los tiene todos y nadie dice nada. Aquí el debate sólo puede darse sobre lo secundario. Lo importante ya está resuelto de acuerdo a los intereses de Lan-Perú. ¿Hasta cuándo compatriotas permitiremos todo esto?

Errores Elementales, no Casuales

17.1.07

Carlos M. Adrianzen Cabrera


¿Es Buena o Mala la Concentración Bancaria?
El profesor Sergio Chión deja en muy mal pie un comentado Estudio del Consorcio de Investigación Económica y Social –CIES- sobre la evolución reciente de la concentración bancaria y las tasas de interés en nuestro país. En este documento –los autores, Miguel Ángel Martín et al- descubren algo muy impopular: que en nuestro país la concentración bancaria y las tasas activas de interés reales resultarían “altas”, y aunque esbozan muy pobremente una asociación estadística entre ambas variables; a continuación, plantean la urgencia de mayor intervención estatal (i.e.: regular estos “altos” intereses).



En el artículo aludido, el profesor Chión ridiculiza diplomáticamente la conclusión de los chicos del CIES recordándoles –primero- que la alta concentración no resulta algo ni raro, ni escandaloso en sistemas financieros pequeños (que aún no se recuperan del todo de décadas de abrumadora regulación estatal). Segundo, les recuerda una lección básica en economía y que nuestra propia historia nos ha enseñado con fruición. El Estado es un pésimo regulador, raciona irracionalmente el crédito y no pocas veces introduce corrupción y arbitrariedad en los mercados. Por ello, quién debe decidir el valor de la tasa de interés –en ausencia de infracciones a la libre competencia- es el mercado, no algún iluminado escritorio. Y finalmente, en forma generosa, Chión les sugiere que revisen su trabajo y la eventualidad de que cambios tecnológicos en el sector expliquen parte de estos desarrollos.


Sobre este punto, me atrevería a darles otra luz para mejorar estructuralmente su investigación. Incluyan además los efectos de la política monetaria prevaleciente y su opción por impedir la plena diversificació n del riesgo de los ahorros provisionales de los trabajadores (con lo cual se distorsiona el mercado de divisas y se inflan los intereses bancarios).


Sin embargo, sospecho que este trabajo no obedece a un afán puramente académico. La perspectiva ideológica de los autores parece impedirles mirar hacia atrás (la propia evidencia empírica peruana por décadas), o descartar eventuales infracciones a la libre competencia y de esta manera dejar al descubierto la incapacidad práctica del ente estatal encargado de infraccionar transgresiones a la libre competencia –Indecopi-, o ponderar tal vez eventuales distorsiones generadas por el accionar del Banco Central de Reserva. Todo lo contrario: se opta por lo fácil: acusar veladamente a bancos privados de concertar contra el consumidor.


Y aquí, note usted estimado lector, lo que son las casualidades. Al poco tiempo difundido este borrador, un destacado congresista de la república, el Sr. Jhonny Lescano –que no tiene por qué ser un experto en economía y no lo es- ofrece también regular gradualmente los intereses bancarios a través de un proyecto que prohibiría el cobro de comisiones por determinados servicios bancarios (léase: un control de precios a precio cero). ¿Casualidad o Campaña?

Ovejas homosexuales mirando hacia La Meca

Mark Steyn

Como parte del actual compromiso de esta columna con la cobertura en profundidad de los temas de mayor interés, me complace presentar la primera de una nueva serie: Ovejas en el mundo de hoy. He aquí dos titulares de la semana pasada.

Del Wall Street Journal: "¿Sacrificios rituales? No en mis calles, dicen algunos belgas".Y del Sunday Times de Londres: "Advierten a la ciencia que se mantenga apartada de las ovejas homosexuales".

La primera noticia versa sobre las 25.000 ovejas que hace unos cuantos días, en Bruselas, se encontraron mirando hacia La Meca para ser después degolladas y desangradas hasta morir. Los musulmanes hacen esto para celebrar Eid al-Adha, que conmemora la buena disposición de Abraham a sacrificar a su hijo a Dios y la buena voluntad de Dios de conformarse a cambio con un cordero.

La población musulmana de Bélgica ha crecido tan rápidamente que no existen suficientes lugares en la ciudad para llevar a cabo el sacrificio ritual. El Eid se convierte, por tanto, en algo así como la hora punta ovina en todos los mataderos de Bruselas, con inmensas colas de ovejas que llegan hasta donde alcanza la vista. Según el Journal, Mohamed Mimoun agarró su cordero, cogió número y se dio cuenta de que había cola como para esperar unas dos horas. Y lo que es peor, de camino al matadero, le paró un policía y fue multado por llevar un cordero en la baca de su Toyota. Por ley, se supone que debe ir montado en los asientos traseros del coche. Beeee beeeee, veeete al asiento trasero.

Lo que nos lleva al asunto de las ovejas homosexuales. Aparentemente, investigadores de la Universidad de Ciencias y Salud de Oregón y la Universidad Estatal de Oregón han estado experimentando con equilibrios hormonales ovinos con el fin de persuadir a los carneros homosexuales del error de su comportamiento. Parece que han tenido "éxito considerable" inyectando hormonas en el cerebro de los mismos. De pronto, los jovencitos cambian de condición y tararean un par de estrofas de "Abrázame, mi dulce cordera".

Los colectivos homosexuales (es decir, los colectivos homosexuales humanos: ni siquiera Estados Unidos tiene aún un grupo de presión ovejuno homosexual con sede en K Street) no se han mostrado demasiado satisfechos con ello. Martina Navratilova, la nueve veces campeona de Wimbledon, ha pedido que el proyecto sea abandonado y que los científicos respeten, en palabras del Sunday Times, "el derecho de las ovejas a ser gays".

Muchos de nosotros, sin duda, nos compadeceremos de ellas. Las pobres ovejitas pasan por este mundo en un visto y no visto. Si va a acabar desangrada hasta morir mientras mira hacia La Meca, al menos deberíamos permitirle elegir su orientación sexual en la víspera. Puede estar tan colada por un carnero como por una oveja. Ciertamente, una oveja debe ser capaz de disfrutar de su propia sexualidad sin que un montón de alocados eugenistas ovinos la aten con correas a una camilla y le inyecten el hetero-chute.

Mientras tanto, Udo Schuklenk, profesor de Bioética en la Glasgow Caledonian University, ha advertido de que esta investigación "conlleva la terrible posibilidad de explotación por parte de sociedades homófobas. Imagine esta tecnología en manos de Irán, por ejemplo. Es típico de Estados Unidos ignorar el contexto global en el que esto está teniendo lugar."

Nadie en Escocia parece estar empleando mucho tiempo en imaginar lo que podría suceder si, digamos, la tecnología nuclear acaba en manos de Irán, pero en Glasgow están en pie de guerra por la posibilidad de que los mulás obtengan tecnología de heterosexualizació n de ovejas. Ciertamente, si el presidente Bush está buscando un casus belli contra Teherán, el punto de vista de los carneros gays puede ser la mejor opción de contar con la Unión Europea.

Al contrario que Martina Navratilova, no soy ningún experto en sexualidad ovejuna. ¿Quién hizo que el carnero "entendiera" ? No sabría decirlo. Pero estoy siempre interesado en las contradicciones internas de la coalición del arco iris. Para un granjero, un carnero es un activo económico. De modo que, si es homosexual, es inútil. Dicen algunos que, allá por los años 80, Jasper Conran, sastre de la princesa de Gales, se asomó por la ventanilla de su tren mientras pasaban por un campo donde pastaban algunas vascas de raza Holstein y suspiró: "El blanco y negro está taaaan pasado de moda". Es una observación que, aunque algo apócrifa, ilustra las limitaciones de la sensibilidad homosexual aplicada a las granjas. El granjero medio, si escucha que los sabios han sacado una pegatina al estilo parche de nicotina para poner a una oveja embarazada de modo que garantice la corrección de cualquier homosexualidad potencial en su feto, bien puede pensar que merece la pena
pagar por ella.

Y, si eso sucede, ¿en qué momento el derecho de una mujer a elegir se solapará con el derecho de un granjero a sus ovejas? Bajo la política "un solo hijo" de Pekín, las chinas ejercieron su "derecho a elegir" el sexo de su bebé de manera tan radical que ahora cuentan con la cohorte más demográficamente desequilibrada de la historia: millones de chicos de cuya pareja correspondiente fue abortada en su día. El profesor Schuklenk está en lo cierto con lo de que "las sociedades homófobas" bien podrían elegir des-homosexualizar a su descendencia. Después de todo, gran parte de la práctica abortiva es ya explícitamente eugenésica: si una mujer puede decidir que no quiere cargar con un niño con síndrome de Down o el mal congénito del paladar, o que solamente quería uno de los trillizos, ¿por qué hay que obligarla a aceptar su orientación sexual?

Una vez que redefinido el embarazo en términos tan radicalmente individualistas como han hecho los absolutistas del aborto, ¿por qué deberían las minucias en boga de la corrección política demostrar ser un muro de contención más eficaz que la moral religiosa o social convencional? En el 2005, respondiendo a una posibilidad altamente hipotética de que los padres pudieran saber si sus hijos tendrían un "gen homosexual", un representante del estado de Maine presentó una propuesta de ley para la protección de los homosexuales aún no nacidos. Pero es difícil ver el motivo por el que, en la teología abortiva progresista, los homosexuales no natos son merecedores de mayor protección que los heteros no natos.

Lo que nos lleva de vuelta a las calles de Bruselas. Ann De Greef, una activista belga de los derechos de los animales, no lo pasa especialmente bien durante la masacre anual del Eid. "No es normal sacrificar a miles de ovejas de esta manera en mitad de una importante ciudad europea", se quejó.
Au contraire, lo es. Y, teniendo en cuenta la ventaja demográfica del Islam, va a ser cada vez más normal. Los musulmanes pagan a los granjeros belgas alrededor de 250 pavos para adquirir una oveja para el sacrificio ritual, lo que sugiere que se lo toman bastante en serio. En la práctica, teniendo en cuenta la fuerza de presión política del Islam, es más que probable que las restantes restricciones sobre el sacrificio ritual sean eliminadas. Cansados de hacer cola en mataderos llenos hasta la bandera, muchos musulmanes de Bruselas sacrifican su oveja en casa, algo ilegal bajo la ley belga, pero ante lo que el Estado ya se lava las manos.

La izquierda asume que las diversas facciones de su coalición de grupos identitarios son aliados perpetuos que pueden ser conducidos como un rebaño y orientados en la misma dirección. No lo son. La noticia de la oveja belga trata de un avance demográfico y la de la oveja de Oregón de un avance tecnológico. Pero la combinación más potente es la tecnología supeditada a la demografía. En otras palabras, ¿cuánta demanda habrá para la próxima innovación? ¿Aborto para anomalías genéticas? En Estados Unidos habrá mucha. ¿Aborto para reducir la cifra de hijas no deseadas? Una desagradable cantidad en China y la India.

¿Un parche para des-homosexualizar a su bebé?

Somos pobres corderitos que se han perdido. Beeeee.

© Mark Steyn