Finalizó III Reunión Ministerial de la Comunidad Sudamericana de Naciones

27.11.06

Sudamérica anula la visa para turistas

Los cancilleres de 12 países suramericanos anunciaron la eliminación de la visa para los turistas de sus países. Los viajeros podrán usar solo un documento de identidad para permanecer hasta 90 días. El acuerdo fue suscrito en Santiago de Chile, en la III Reunión de Cancilleres de la Comunidad Sudamericana de Naciones (CSN) por los gobiernos de Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Guyana, Paraguay, Perú, Surinam, Uruguay y Venezuela. El canciller chileno, Alejandro Foxley, dijo que el acuerdo busca impulsar el turismo regional. Las personas que se movilicen en la región no quedan exentas de cumplir con las normas sanitarias, aduaneras y tributarias del país que los recibe, se aclaró. (EL COMERCIO, LA HORA y HOY de Quito, LA PRENSA de La Paz, EL DEBER de Santa Cruz, LOS TIEMPOS de Cochabamba)

Fin de visas busca alza en turismo regional

Dando un paso de unidad similar al que hace décadas acordaron las naciones de la Unión Europea, las doce naciones que integran la Comunidad Sudamericana de Naciones decidieron eliminar la necesidad de visas en un intento por impulsar el turismo y también el conocimiento entre los habitantes de los países. "Buscamos este convenio porque creemos que uno de los elementos importantes de la integración es que llegue a las personas. Que se sienta que estos acuerdos entre los países no son abstractos, sino que mejoran las condiciones de su vida", recalcó el canciller chileno Alejandro Foxley tras el término de la cita de ministros. (EL MERCURIO de Chile)

Concluyó en Chile reunión preparatoria de Cumbre Sudamericana

El canciller chileno Alejandro Foxley destacó que la democracia y la paz son grandes logros en Sudamérica, pero reconoció que es mucho lo que aún queda por hacer. Al clausurar la III Reunión Ministerial de la Comunidad Sudamericana de Naciones (CSN), Foxley planteó que esta comunidad debe basarse en la convergencia entre los procesos de integración de lo que hoy son la Comunidad Andina, MERCOSUR y ALADI, con las experiencias de Chile, Guyana y Surinam. Por su parte, el ministro de Relaciones Exteriores de Bolivia, David Choquehuanca, señaló que «este nuevo modelo de integración busca la inclusión de los que sistemáticamente han sido excluidos durante siglos, busca la plena participación de los pueblos». (ABN de Caracas)

War In Irak: Should I stay or should I go?

15.11.06

El título de una entrañable canción de The Clash parece ser hoy en día la cuestión que se debate en los pasillos de la Casa Blanca y el Congreso. Salidas de Irak no hay muchas, y si existen son pocas y malas. Sea como fuere, abandonar Irak sin un programa será tan malo como fue invadirlo.
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"Alea jacta est", la suerte está echada para los republicanos luego de cruzar ese Rubicón llamado Irak. Julio Cèsar, a diferencia de la Administración Bush, iba en busca de su destino y no tras una catástrofe anunciada. El impase iraquí, por decirlo de algún modo benigno, ha provocado que EE.UU. sondee la posibilidad de contar con la ayuda de dos integrantes del “eje del mal” como Siria e Irán. Este acercamiento promovido por el primer ministro británico, Tony Blair, trata de involucrar en el conflicto a los mayores patrocinadores del terrorismo islámico internacional, según Washington. La adopciòn de esta nueva postura se debe a que--a estos Estados--no les convendría tener que lidiar con un vecino sumido en una espiral de violencia interminable o al borde de una limpieza étnica. Tanto uno como otro tienen cierto interés en una futura pacificación de Irak, toda vez que las concentraciones de suníes y chiíes les podría garantizar si no el control, al menos el equilibrio de un eventual aliado rico en petróleo. Pero antes de hacer demasiadas elucubraciones sobre el porvenir del convulsionado país, conviene establecer que las prioridades pasan por conducir a esa nación hacia una estabilización política antes que hacia una transición democrática.

Para ello es necesario lograr el compromiso de la población a través del bienestar. Sin la aplicación de un proyecto que haga énfasis en fortalecer las alianzas con los líderes tribales como lo hizo Sadam y planes de desarrollo focalizados en la alimentación, salud y educación, todo esfuerzo por reconstruir Irak será abortado. Lo que se quiere decir es que sino se da suficientes motivos al pueblo iraquí como para que repudie la violencia sectaria la inestabilidad continuará. En vez de repartir golosinas y caramelos, mejor hubiera sido implementar un programa de alimentación integral que satisfaga las necesidades de los más necesitados. Tal vez si los marginados y hambrientos iraquíes hubiesen sido socorridos a tiempo como los europeos tras la ejecución del Plan Marshall (después de la Segunda Guerra Mundial), no hubieran sido indiferentes a las acciones de su gobierno o cómplices de las milicias que desangran el país. Craso error de los halcones o neoconservadores de la Casa Blanca y el Pentágono pues lo primordial debió ser contar con el apoyo de las facciones a quienes mediaticamente se iba a “liberar”. De nada sirve ahora hacer cálculos o planes que contemplen retiradas parciales o totales del terreno de batalla dado que el abandono implica entregar el maltrecho Estado al caos.

Nadie sabe a ciencia cierta los alcances de un repliegue masivo de tropas en momentos que la violencia alcanza mayores ribetes de sofisticación y peligro. El reciente secuestro de casi todos los miembros de una oficina gubernativa en pleno Bagdad, “custodiada” por más de 60,000 efectivos entre norteamericanos e iraquíes, nos lleva a la conclusión de que el grado de infiltración de los rebeldes es mucho mayor al previsto por diversos analistas. Parte de esa infiltración en los estamentos militares y policiales se origina en el descontento natural con la ocupación estadounidense y sus políticas.

De todos los grupos étnicos y religiosos que viven en Irak, sólo los kurdos se han favorecido con la invasión del país ya que con ella se eliminó el riesgo de volver a ser oprimidos por Sadam Hussein. Aunque tal amenaza ya había sido conjurada en gran medida. Si refrescamos nuestra memoria, nos percataríamos que los kurdos contaban con la protección de la OTAN mediante la zona de exclusión área establecida en el norte. Gracias a dicha medida, la aviación norteamericana y británica realizaban vuelos de inspección que mantenían a raya cualquier desplazamiento hostil por encima del paralelo 36º. Además, todo intento de represión a los kurdos hubiera sido interpretado como una agresión a la paz que seguramente daría pie a una intervención militar por parte de las potencias occidentales, algo que el debilitado régimen de Sadam no hubiera podido resistir.

"Beneficiarios intermedios" fueron los chiítas, quienes a raíz de la caída de Hussein y el Partido Baas, no se verían sometidos a la minoría sunita. Sin embargo, el vacío de poder fue copado inmediatamente por los estadounidenses y exiliados iraquíes manejados desde Washington. La disconformidad de éstos fue acrecentándose a medida que su participación política era meramente decorativa y se incrementaba la violencia sectaria (luego de que el pasado 22 de febrero un atentado en Samarra, que destruyó la cúpula de un templo chií, desató una ola de crímenes que ha acabado con la vida de miles de personas).

En cuanto a los suníes, el segundo grupo en importancia demográfica del país, sin ninguna duda fue el más afectado con la incursión occidental pues a la pérdida inmediata del poder se sumó la detención de sus líderes más representativos, descabezándolo casi por completo. La ausencia de un liderazgo suní ocasionó que dicho estamento se inclinará fácilmente hacia el extremismo dado que sus posibilidades de volver a retomar el control dentro de un escenario “democrático” serían prácticamente inexistentes. La violencia surge así como la única forma de desbaratar los planes del Gobierno iraquí y como el medio más realista de tentar el poder.

Obviamente la “democracia” les conviene más a los chiítas por su peso numérico que a los sunitas. Un gobierno de tendencia más conservadora y cercano a Irán podría ser también peligroso para los intereses de los involucrados en el guerra. Las condiciones para una limpieza étnica están más aseguradas con la eventual partida de las tropas de Estados Unidos. Irak tranquilamente puede convertirse, si no lo es ya, en otra Ruanda o Yugoslavia en Medio Oriente. Las consecuencias de una guerra civil a esa escala pueden desencadenar tantos escenarios posibles como imaginables.

Se dice que “la primera victima en una guerra es la verdad”.
Discrepamos, porque al menos en esta guerra fue la esperanza.

Democrats: Full House / TLC undecided

9.11.06

America era una fiesta. Lo que se vivió el martes no se asemejará a la década del 20 del siglo pasado pero aún así conserva parte de su espíritu festivo.
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Aunque más que un festejo, la victoria demócrata representa un alivio de que el presidente Bush no contará desde enero con la anuencia de su numerosa bancada en la Cámara de Representantes y el Senado. La pérdida de ambos hemiciclos del Capitolio y la mayoría de gobernaciones equivale a jugar ajedrez sin peones, torres y caballos. Sin el blindaje proporcionado por el peso de su partido en el Congreso es más que probable que muchas de sus iniciativas legales sean rechazadas o postergadas si antes no presenta una "hoja de ruta" para Irak.

El asunto, si bien supone un duro revés para los republicanos, es a la vez un reto para los demócratas. Ahora más que nunca quedarán involucrados en la pos guerra y reconstrucción de Irak. Bush podría voltear la torta a su favor si logra convencer a los electores que la mayoría demócrata no le deja implementar los planes y medidas concretas que postula para resolver el conflicto iraquí. Aún así, pase lo que pase en Irak, él será considerado como el principal responsable ya sea del triunfo o la derrota en oriente medio. Aunque lo más probable sea lo segundo que lo primero. De hecho Irak es una "olla de presión"que fue destapada al derrocar innecesariamente a Sadam Hussein. Mal que bien, como ya lo habíamos dicho en anteriores entregas, el tirano sunita cumplía a la perfección el objetivo de detener tanto al fundamentalismo islámico iraní como al terrorismo de Al Qaeda. Como dictador de Irak disponía de pactos y alianzas con las tribus iraquíes, además de tener un control casi abosoluto del país gracias a su vasta red de inteligencia. Podemos afirmar que desarrollaba su rol a la perfección pues de permitir la penetración de las amenazas señaladas acabaría muerto o encarcelado como ahora.



Los demócratas y los TLC


En cuanto al partido vencedor de esta justa electoral, los desafíos que tiene que enfrentar son tan grandes como los de Bush pues a la guerra de Irak tiene que agregar a su abultada agenda una serie de promesas con las que se ganó parte de las simpatías de los votantes en algunos estados tradicionalmente republicanos.

El asunto que especialmente nos perturba es el de los tratados de libre comercio (TLC) , cuyas ratificaciones aún no se han producido en la Cámara de Representantes dada la rotunda negativa del este partido. El tema es particularmente delicado no sólo a nivel local o estatal sino internacional o regional pues está en juego el crecimiento y la estabilidad de dos países latinoamericanos como Perú y Colombia. Para países en vías de desarrollo como los nombrados, los TLC son vitales para asegurar el flujo de sus exportaciones que se han triplicado y duplicado, respectivamente, luego de la implementación de las preferencias arancelarias a través del ATPDEA, programa que permite que las importaciones de las naciones andinas ingresen sin pagar aranceles o tasas a cambio de reducir los cultivos de la hoja de coca, insumo esencial para la elaboración de la cocaína.

Congresistas demócratas como Charles Rangel se oponen a la aprobación de los tratados si es que los Estados beneficiados no se sujetan al cumplimiento estricto de sus propias normas laborales. Cabe destacar que los instrumentos de libre comercio contienen cláusulas que exigen que los firmantes respeten los derechos de propiedad intelectual, el medio ambiente y las leyes de trabajo que los rigen. El verdadero motivo de la objeción o reticencia de algunos políticos demócratas hacia los TLC se sustenta en la pérdida de empleos en sectores sensibles como los manufactureros, pesqueros y agrícolas. Temor no deberían experimentar al menos hacia los países de estas latitudes puesto que sus economías son básicamente complementarias con la norteamericana; más bien nosotros sì deberíamos preocuparnos de que sus productos subsidiados como el maíz amarillo, algodón, caña de azúcar, entre otros, inunden nuestros mercados y arruinen a los campesinos alto andinos. Para Perú resulta imposible competir con este tipo de bienes pues no puede proteger adecuadamente a sus productores agrarios, aun cuando ha acordado una desgravación paulatina y un paquete monetario que compense sus pérdidas.

Podemos imaginar diversos escenarios pero no uno en el que los TLC no sean confirmados por los representantes. La razón para ello se basa en que tanto Perú como Colombia representan piezas importantes dentro del subcontinente americano ya que se encuentran en la primera línea de contención de las aspiraciones geopolìticas del presidente venezolano, Hugo Chávez. La no aprobación de los tratados puede generar un clima de inestabilidad en ambos países que aprovecharía algún candidato chavista para hacerse de alguna presidencia. El riesgo es demasiado grande como para dejar a la deriva a dos Estados que además tienen que afrontar enormes problemas internos como la inseguridad, la desocupación y la pobreza. Cerrar parcialmente las puertas del gran mercado norteamericano supondría un duro golpe para dos gobiernos pro capitalistas que acaban de ganar sus respectivas elecciones. La fragilidad natural de las democracias latinoamericanas no augura un buen porvenir si no se firman los acuerdos de libre comercio, y eventualmente podría echar por tierra las reformas económicas realizadas durante los 90 pues forzaría a estos Estados a proteger aún más sus mercados internos.

Lo más conveniente en estos momentos sería por lo menos prorrogar los ATPDEA ya que los inversionistas y compradores de nuestros bienes necesitan la seguridad de que los beneficios arancelarios continuarán por un tiempo hasta que se defina la posición de la nueva mayoría demócrata. Dicho partido debería saber que los puestos de trabajo no han sido trasladados a Sudamérica sino que se han mudado China, India, Irlanda, el sudeste asiático, México, y, en menor medida, a Centroamérica. Nuestros países no son destacados ni prominentes fabricantes de manufacturas, de ahí que sus temores sean infundados. En cambio, China y los tigres del Asia si lo son, y más cuando deliberadamente devalúan sus monedas (como el yuan) con la intención de hacer sus exportaciones más competitivas, sin dejar de lado el hecho de que la nación de la Gran Muralla mantiene degradantes estándares laborales. También habría que mencionar que China subsidia a muchas de sus empresas, otorga préstamos a tasas de interés preferente a través de los bancos que controla y es un coloso en materia de piratería industrial .

México, por ejemplo, a raíz del NAFTA de 1994 (Tratado de Libre Comercio tripartito entre EE.UU., Canadá y México) se ha visto beneficiado con la instalación de plantas automotrices, de artefactos eléctricos y textiles (maquilas). Parte de la producción industrial de Estados Unidos se ha ido a la nación azteca donde las remuneraciones y los impuestos son menos elevados. El heredero de la gran civilización Maya tiene además una particularidad que no posee ningún otro país emergente: una extensa frontera con EE. UU. Dicha proximidad geográfica ha sido un factor determinante a la hora de decidir el montaje de una planta o fábrica en su territorio. Si los trabajadores norteamericanos están perdiendo gradualmente sus empleos se debe a las mejores condiciones para la inversión que ofrecen estos Estados, que consistenten en: bajos salarios, escasa fiscalización de las leyes laborales, incentivos económicos y mínimas tasas impositivas representan un bocado demasiado apetitoso como para ser desaprovechado por cualquier empresario deseoso de maximizar sus ganancias lo más pronto posible.

Según The Wall Street Journal, “la autoridad del fast-track del presidente republicano—que le permite someter acuerdos comerciales al Congreso para su aprobación o rechazo, pero sin permitir enmiendas—expira en julio de 2007 y es poco probable que un Congreso demócrata vuelva a otorgar este amplio poder al mandatario”.

Poco tiempo nos queda si queremos promover la votación del tratado antes de que asuma la nueva mayoría demócrata. Las cartas para obtener su aprobación dependen en gran medida de que nuestras autoridades convenzan a sus pares legislativas que los TLC son asuntos de vida o muerte para nosotros, por lo menos en el mediano plazo. Nuestra supeditación al mercado estadounidense nos obliga a valernos de cualquier argumento razonable, por ello no deberíamos escatimar en recursos que podrían servirnos para tal finalidad. Dado que no contamos con otros acuerdos de libre comercio con otras potencias o bloques económicos nuestra sujeción es doble pues será muy difícil encontrar mercados sustitutos para nuestros productos, principalmente textiles y agrícolas.

La indefinición sobre esta materia ya está causando algunos percances en el sector de confecciones peruano pues cada vez se están realizando menos pedidos del exterior, particularmente prendas de algodón (han experimentado un decenso de 4% el mes anterior). Una desaceleración de las exportaciones no tradicionales produciría una inevitable caída del impuesto a la renta que genera dicha rama, sin contar con los empleos que inevitablemente se perderían. La gravedad del asunto radica en que si luego se ratifica el TLC, nuestros compradores ya habrán suscrito contratos de aprovisionamiento con otros proveedores, dificultando así las posibilidades de desarrollo de la industria textil incaica. El mercado de EE.UU. será seguramente abastecido por empresas de África, China o Centroamérica, cuyos costos de producción probablemente sean menores a los nuestros.

Lo de Colombia tal vez podría ser más grave porque enfrenta problemas mayores que el Perú. Sumar una preocupación más a su habitual inestabilidad política implicaría colocarla al borde del abismo. Sinceramente no creemos que Colombia sea abandonada y menos cuando el país cafetero representa su prioridad numero uno en la región dado que la Casa Blanca elaboró un programa de cooperación especial conocido como el “Plan Colombia” de 1999, sustentado básicamente en la seguridad y pacificación del país azotado por más de cuatro décadas de violencia guerrillera y paramilitar. Parte del citado plan, ideado por el ex presidente demócrata Bill Clinton y el ex mandatario Andrés Pastrana, incluye objetivos específicos para generar una revitalización social y económica, terminar el conflicto armado y crear una estrategia antinarcóticos. La intención o propósito consistía en procurar un mercado para los productores colombianos que cultivan la hoja de coca con el fin de acelerar la erradicación del principal insumo del narcotráfico, actividad ilícita que a su vez representa una de las fuentes de financiamiento de las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia), la guerrilla más antigua y poderosa del país.

De este modo tanto el “Plan Colombia” como el TLC se entrelazan pues no será viable la erradicación voluntaria por parte de los
campesinos cocaleros si primero no se asegura un producto rentable cuya demanda esté garantizada en el extranjero; de lo contrario, los agricultores de la nación andina retomarán inexorablemente la siembra del milenario cultivo.

Esperemos que los legisladores demócratas reflexionen y se documenten un poco más acerca de la problemática latinoamericana, en particular sobre la peruana y colombiana. Lo peor que podrían hacer es generalizar y meter a todos los países con los que EE. UU. firmó un tratado dentro de un mismo saco puesto que cada instrumento provocó o provocará una consecuencia distinta.

Al Qaeda Beats Rumsfeld

8.11.06

Así como le pasó al ex jefe de gobierno español José María Aznar, ahora fue turno de Donald Rumsfeld. El próximo en caer podría ser el vicepresidente Dick Cheney si la situación en Irak se mantiene o empeora dado que este funcionario pertenece a la misma línea o ala dura del ahora ex inquilino del Pentágono.
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Mala jugada la de los republicanos pues si sacrificaban a Rumsfeld a tiempo tal vez no hubieran perdido el Senado y retenido más escaños en la Cámara de Representantes. El probable revés de los republicanos en el Senado provocó que Rumsfeld tome la decisión de renunciar porque este cuerpo legislativo, una vez en manos demócratas, consideraría seriamente su destitución, de ahí diera un premeditado paso al costado, adelantándose a los acontecimientos. Un cambio oportuno en la secretaría de Defensa posiblemente hubiera creado la imagen de enmienda que demandaban los demócratas, analistas y electores. Si algo sabemos de la cultura norteamericana es que ésta no tolera a los perdedores, a los losers, y Rumsfeld era uno de éstos.

Lo paradójico, porque la historia tiene esos giros, es que si bien la guerra de Irak permitió la reelección de Bush, ahora parece debilitarlo. Sin Al Qaeda en el horizonte, los republicanos estarìan a la deriva porque necesitan de un enemigo para justificar su presencia. Antes era el peligro del comunismo soviético y ahora la amenaza del fundamentalismo islámico. Podemos afirmar que si no se hubiese producido el atentado en el World Trade Center de New York y en el Pentágono, el liderazgo republicano seguramente deambularía y buscaría con quién confrontar nuevamente a los EE. UU. Su existencia depende en gran medida de los antagonismos son capaces de crear o inventar como lo fue el caso de Sadam Hussein, por ejemplo, antiguo aliado de los EE. UU. durante la presidencia de Reagan, cuyo acercamiento a la potencia estadounidense casualmente se produjo gracias a las gestiones del renunciante secretario.

El sustituto de Rumsfeld tendrá que vestirse de bombero para tratar de apagar el dantesco incendio dejado en Irak. Poco podrá lograr en Irak porque es tierra de nadie. Sólo le queda aprender las lecciones del sangriento proceso de paz irlandés pues a nuestro entender es el que más se le parece.

Lo que hace la no tan sorpresiva renuncia de Rumsfeld (dado que luego de las vejaciones en la cárcel de Abu Ghraib amagó con abandonar de la secretaría de Defensa, siendo disuadido de ello por el propio presidente Bush, quien le renovó su confianza) es darle la razón a los demócratas que exigían un cambio en el manejo de la pos guerra en Irak, así como su cabeza. Hizo bien en irse ahora antes de que comiencen las extenuantes citaciones al Congreso. Aferrarse a un puesto del que no goza de ninguna confianza le hubiera ganado mayores anticuerpos no sólo a él, sino a su partido. Era mejor no exponerse innecesariamente al ataque mediático de los demócratas y de algunos medios televisivos que en estos momentos difunden reportajes sobre su nefasto legado.

Creemos que fue lo más sensato apartarse ahora para que su salida no se magnifique después, es decir, que la cobertura electoral es propicia para emprender la huida sin despertar demasiados aspavientos. De haberlo hecho una vez culminado el frenesí de los comicios hubiera resultado contraproducente pues cuanto más tiempo permanezca en el cargo más ofende a aquellos electores que retiraron su apoyo a los republicanos, a quienes habrá que convencer nuevamente en el 2008 para que voten por ellos.

El futuro de los halcones sin Rumsfeld en el radar es incierto. Siempre estarán deambulando por ahí a la caza de momentos y oportunidades. Siempre rondarán los círculos de poder. Siempre habrá halcones pero su supervivencia depende de la presa que encuentren o fabriquen. Es decir, su existencia está directamente relacionada a la de los enemigos que pueda hallar y no de sus propias capacidades, en otras palabras, que necesitan rivales (reales o imaginarios) a quienes enfrentar para justificar su presencia. Se les podría comparar con los superhéroes de los comics o historietas que aparecen cuando cunde un peligro o arrecia una amenaza, con la gran diferencia de que no defienden la causa de la libertad y la justicia, sino la de sus propios intereses y agendas. En el pasado, en la década de los 80, el enemigo que magnificaron fue el de la Unión Soviética, cuyo colapso se produjo a finales de dicho período, luego de la caída del muro de Berlin en 1989. En el presente el enemigo esconde su rostro detrás de un velo. Una cortina, la de hierro, cayó para que se levante imaginariamente otra. Imaginariamente porque no existe tal división con el Islam en su conjunto, sino con un grupo bien organizado de fanáticos que temen la penetración del mundo occidental en el árabe.

El terrorismo islámico no es más que la respuesta a la prepotencia con la que la Casa Blanca interviene en los asuntos de la región más conflictiva del planeta. La perspectiva de los halcones, desde este punto de vista, es muy limitada, y nos atrevemos a decir que están al borde de la extinción, al menos la generación de Rumsfeld. De momento, sólo el impase norcoreano (al que alentaron a desarrollar capacidad nuclear luego de abandonar los acuerdos suscritos durante la Administración Clinton) o Irán (a quién también animaron a rearmarse al promover la estrategia de la guerra preventiva) representan serias advertencias por las que los ciudadanos norteamericanos deberían preocuparse y convocar eventualmente a los halcones para “despejar” los temores. Ellos, a la vez que siembran los peligros que posibilite su retorno, cosechan las tempestades que permite su alejamiento.

La proliferación nuclear y la militarización del espacio serán seguramente las principales inquietudes que origine su regreso, pero depende en gran medida de que los demócratas no desarrollen un perfil aguileño, garras e impulsos belicistas como sus derrotados rivales.

Black Hawk Down: Donald Rumsfeld Resigns

La renuncia del ahora ex secretario de Defensa Donald Rumsfeld representa la primera baja en las filas republicanas.
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La razón para este cambio obedece que a la gestión del Pentágono durante los últimos años fue impopular y costosa en términos de vidas humanas y recursos. A la hecatombe en Irak se suman escasos logros en lo que a la lucha contra el terrorismo se refiere pues ni Osama Ben Laden ni Al Zawahiri han sido muertos o capturados en combate. La Casa Blanca no ha podido alcanzar ningún logro tangible en esta materia, en lugar de ello si puede exhibir una larga lista de fracasos entre los que se encuentra el incremento de la violencia en Irak y Afganistán, así como una política antiterrorista duramente cuestionada por diversos organismos de derechos humanos.

El reemplazante de Rumsfeld, Robert Gates, fue Director de la CIA y trabajó en seis administraciones anteriores, incluyendo la actual. Dentro de la comunidad de inteligencia es visto como un especialista y consejero de primer nivel. Su perfil independiente puede ayudar su confirmación por un Senado presumiblemente demócrata. La visión no partidaria del conflicto que este analista pueda aportar a la posguerra en Irak le puede ganar muchas simpatías en el Congreso, en particular de los demócratas que exigen cambios y nuevos rumbos.

La conclusión a la que arribamos luego de este nombramiento es que nada ésta claro ya que hasta ahora no hemos escuchado a los demócratas qué es lo qué van a proponer sobre Irak. Creo que nadie sabe ni tiene idea de cómo salir de esa tormenta que no sólo está cobrando victimas y generando cuantiosas pérdidas materiales, sino arruinando carreras políticas.

El ganador de esta contienda son los radicales islámicos de todo el mundo pues si bien no pueden acabar con las potencias con las que luchan, al menos pueden desestabilizar a los gobiernos que las dirigen.

España, luego del atentado del 11-M de 2003 retiró su apoyo al Partido Popular, cuya gestión no fue mala pues creció económicamente a tasas interesantes pero su respaldo a las pretensiones hegemónicas de la Casa Blanca lo condujo a la derrota. Con los últimos resultados que arroja la elección norteamericana queda más que confirmada la tesis de que el fundamentalismo musulmán tiene la capacidad derrocar las administraciones con las que rivaliza. Para ello sólo necesitó frustrar sus planes en medio oriente recurriendo a la violencia; no indiscriminada, sino más bien focaliza o dirigida a causar mayor desestabilización.

Democrats Win: The Circle Is Now Complete

Es casi un hecho que los demócratas se lleven el Senado ya que cerraron los recuentos en Virginia y Montana. El New York Times informa que la diferencia en el primer estado es de 6,708 votos y de 3,128, respectivamente, en ambos casos, favorable a los demócratas. Son resultados al 100%, no son proyecciones repito sino votos contantes y sonantes.
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Parte de mi confianza en estas cifras radica en que la revisión de las urnas no produce generalmente variaciones significativas, y menos cuando han mejorado los sistemas de votación electrónicos. Osea, la posibilidad de error disminuye respecto de lo que pasó en otras elecciones. Un buen síntoma es que el aspirante demócrata de Virginia (Webb) ya se declaró ganador ayer luego de efectuar sus cálculos con números oficiales. Lo de Montana, si bien es ajustado, resulta irreversible, toda vez que ya se escrutaron las urnas y contabilizó todos los votos. No hay nada más por contar y es poco lo que pueden hacer los abogados de los republicanos pues estas justas han estado muy supervisadas, y como dije, el la posibilidad de que se reviertan los resultados con sistemas tan precisos es prácticamente nula.

La situación se complica enormemente para Bush. Si las elecciones hubieran sido abiertas en la Cámara de Senadores los demócratas obtendrían tranquilamente 5 ò 6 senadores más que los republicanos pues serían derrotados en sus propios estados, como de hecho ha sucedido para que se den los resultados vemos.

Para los republicanos la coyuntura es tan crítica que si Bush hubiera postulado perdería ante cualquier candidato demócrata. Lo bueno de este proceso electoral es que debilita a los republicanos de cara a las próximas elecciones presidenciales en el 2008. Sus perspectivas son tan negativas que todos los eventuales aspirantes demócratas a la presidencia han sido elegidos o reelegidos con altas votaciones, en algunos casos derrotando a los republicanos en su propia casa.

Las 28 gobernaciones demócratas serán, sin ninguna duda, la punta de lanza o cabeza de playa para allanar el camino de éstos cuando tienten la presidencia.

Por otro lado, de haber enfrentado un escenario donde los precios del petróleo fueran los de hace un par de semanas la situación para el Partido Republicano hubiera sido mucho peor.

Norteamérica ha votado contra Bush, y la prueba de ello es que bastiones usualmente republicanos ha revertido su apoyo. Los simpatizantes tradicionales de los republicanos descartaron a los candidatos de su partido sólo porque éstos secundan las políticas de la Casa Blanca, es decir, no les importó que tal vez sean buenos representantes o senadores, sino que no podían permitir que la Administración Bush tuviera más poder.

Sacrificaron a muchos de sus buenos prospectos con tal de no otorgar mayores prerrogativas al Ejecutivo. Podría decirse que la gestión de los halcones ha dañado gravemente varias carreras de jóvenes e interesantes congresistas republicanos. El mal que se ha producido se sentirá, y mucho, en los comicios venideros, pues escasearán las figuras políticas con las que los votantes republicanos puedan sentirse identificados o reflejados en el futuro. Sólo el "Governator" ha tenido éxito en California, pero lamentablemente para los republicanos, no es presidenciable dado que nació en el extranjero (en Austria). Mccain es el único líder que les queda entero después de la paliza propinada ayer por los demócratas, quienes se valieron de los errores de sus rivales más que de sus virtudes para llevarse las gallinas de sus propios gallineros.

Oppenheimer: Spokesman Or Journalist?

7.11.06

Probablemente ningún analista político tenga tantos prejuicios como el columnista del Miami Herald. Por ejemplo, sus predicciones sobre el futuro de Cuba generalmente son sesgadas y carecen del suficiente rigor académico como para augurar los cambios que postula. Su desconocimiento de la situación cubana es tal que vaticina escenarios que sólo él imagina.
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Como cualquier latinoamericano informado vengo leyendo desde hace años los artículos periodísticos del co-ganador del Premio Pullitzer y entrevistador televisivo argentino, radicado en Florida. Debo confesar que en un inicio sus apreciaciones me parecieron ajustadas a la realidad y a veces interesantes, pero nunca rozaron la brillantez o genialidad de otros pensadores de habla hispana como el mexicano Carlos Monsivaìs o el español Fernando Savater. Sus entregas, sin embargo, resultaban ilustrativas hasta cierto punto ya que abordaban temas que el resto de ensayistas no tocaba al verse probablemente seducidos por la vorágine coyuntural latina, siempre prodiga en escándalos y vaivenes políticos.

Con el tiempo descubrí que unos de mis periodistas favoritos iba perdiendo objetividad y deje de leerlo con la continuidad de otros años. Sólo casualmente me enteraba de sus comentarios a través de amigos cercanos que corroboran lo que había descubierto: que el mejor comunicador latinoamericano había dado un giro. Y no precisamente un giro copernicano o kantiano, es decir, innovador, revolucionario; sino uno hacia atrás, o mejor dicho, hacia el lado oscuro. Según la terminología de la saga de la "Guerra de las Galaxias", el lado oscuro representa aquel umbral corruptor que trata cautivar a los Caballeros Jedi y los convierte en meras piezas u objetos de sus deseos o apetitos (egocentrismo). Es como ceder a los instintos más básicos anulando interiormente todo rastro de humanidad. Algo parecido ha sucedido con nuestro otrora periodista “estrella” pues su discurso no sólo ha dejado de ser objetivo sino mal intencionado. A su escasa documentación ahora suma un denodado esfuerzo por insistir en cambios que forman parte de la aglutinada agenda del Departamento de Estado norteamericano para la región.

A esta altura es más que evidente su complicidad con Washington ya que para nada esconde su predilección por las iniciativas de los republicanos y su animadversiciòn hacia Cuba. Sin ser admiradores del régimen castrista podemos afirmar que las ideas que maneja sobre Cuba son parcializadas. Puede, por ejemplo, catalogar a Cuba como un Estado represivo sin reconocer que en el país en el que vive lo es. La Habana no tiene un gobierno un perfecto (nunca lo ha sido) pero al menos brinda mejor asistencia social a sus ciudadanos que EE. UU. luego de que este último privatizara su sistema de salud. También ignora lo que significa la libre determinación de los pueblos, que es la expresión más clara de soberanía que puede tener una nación. Castro arribó al poder por medio de una forma más legítima que la de un proceso electoral, pues fue encumbrado por una revolución, es decir, un movimiento popular y masivo que comulgó con su ideal de establecer un nuevo orden y estructura social en Cuba. Tal vez su naturaleza violenta y represiva con los disidentes le haya ganado varios enemigos y restado parte de su credibilidad; pero hay que recordar que todas las revoluciones desde la francesa lo han sido. Muchas luchas sociales han sido ganadas en el terreno de los hechos, esto es, de la acción, así nació el reconocimiento de los derechos laborales (de la jornada de 8 horas y la sindicalización) como los derechos civiles de los afroamericanos, que no fueron fruto de concesiones unilaterales sino de constantes protestas, manifestaciones y revueltas en los estados del sur de Estados Unidos y en ciudades como Los Angeles o Washington D.C.

Conocemos suficientemente la historia latinoamericana como para señalar que inicialmente EE. UU. no cuestionó la Revolución Cubana, toda vez que dicho país fue el primero en ser visitado protocolarmente por Fidel Castro, siendo recibido inclusive por Richard Nixon, el paranoico perseguidor de comunistas. Sólo cuando Fidel orienta su gobierno hacia el socialismo y confisca las propiedades de las multinacionales estadounidenses es que la Casa Blanca endurece su política hacia Cuba y exige la aplicación de duras sanciones económicas. Antes de dichos eventos, los líderes norteamericanos consideraron discutir con la dirigencia cubana los nuevos términos bajo los que se tendrían que ajustar sus inversiones e intereses. En resumen, EE.UU. no condenó inicialmente a los pintorescos barbudos que habían derrocado a Batista en 1959, su hombre “fuerte” en la isla.

Gracias al aval de la Administración republicana de Eisenhower podemos considerar que la Revolución Cubana no sólo gozó de legitimidad interna sino también externa pues su mayor socio comercial de esa época: EE. UU., estuvo dispuesto a mantener relaciones políticas y económicas con Cuba y sus autoridades guerrilleras.

Hacemos esta explicación histórica para precisar que un régimen como el cubano es tan legítimo como cualquier otro, o por lo menos en sus inicios. Ahora bien, no somos de ninguna manera defensores de gobiernos autoritarios o modelos únicos pues no creemos ni queremos que alguien nos diga que es lo que podemos o no podemos hacer; o que es lo mejor o preferible para nosotros. Pensamos que todas esas decisiones deben recaer única y exclusivamente en el individuo. Y si un pueblo desea que alguien guíe sus destinos y le señale cuál es el camino, allá ellos. Nada es más democrático o liberal que respetar la decisión soberana de una nación. Así, si una población resuelve vivir bajo la tutela vitalicia de un líder socialista debemos respetarla. Optar o decidir es tan propio del hombre que nadie tiene autoridad para determinar cómo debe gobernarse un pueblo aunque éste se equivoque al escoger la opción menos “eficiente”. Parte de la herencia de la modernidad consiste en reconocer como válidos los deseos y aspiraciones de los demás. Fue Voltaire quien magistralmente dijo a un interlocutor “no comparto tus ideas, pero lucharé para que puedas manifestarlas”. De esta forma debe entenderse la esencia de la democracia, es decir, no comparto tu forma de gobierno pero no me opondré a que lo hagas. Más que libertad de expresión, la democracia es libertad de dominio, de autodeterminación, de decidir finalmente lo que se quiere aun cuando esto conlleve a restringir algunas libertades. Por eso nos oponemos a que alguien desde su palco veneciano diga que hay que realizar presiones sobre Cuba cuando muera Castro. Presiones que en vez de acelerar procesos democráticos los entorpecen pues deben producirse por si solos y naturalmente.

Fijémonos nomás lo que pasa cuando se quiere imponer la “democracia” a cañonazos y bombazos como en Irak. No es necesario ser un estudioso de la problemática internacional para percatarse que toda forma falsa o apócrifa de gobierno se desvanece por si sola dado que sus propias incompatibilidades con el sentir de una población hace que se descascare como un huevo expuesto a altas temperaturas. Sólo cuando dejamos de intervenir en los asuntos internos de los países (como en el Líbano) es que podemos confiar que tarde o temprano surgirán verdaderos cambios que encaminen la evolución política de una nación.

Sabemos, desde luego, que en Cuba la libertad de expresión está maniatada y no existe un espíritu autocrítico o de enmienda. O tal vez suceda que los que querían expresarse ya lo hicieron yéndose de la isla hacia el norte. No creo que el problema fundamental de Cuba sea la ausencia de libertad de expresión. Está sobradamente probado que el éxito no depende de la implantación de un modelo plenamente democrático pues China crece a tasas sorprendentes teniendo un Estado represor y un único partido. Democracia y Capitalismo no van siempre de la mano y puede que ni siquiera sean exclusivas, es decir, monógamas o fieles entre sí. Hoy en día el desarrollo puede alcanzarse a través del ejercicio unos cuantos derechos, principalmente económicos, pero no de otras libertades como la de expresión.

Nuestra crítica a Oppenheimer radica en que éste reclama mayores libertades y prerrogativas en la isla sin cuestionar demasiado lo que sucede en casa, es decir, en EE. UU. Mucho pregona sobre la libertad de expresión cuando está no existe, ni en Cuba, pues no es universal. Así como “el sol no sale para todos” del mismo modo dicha libertad no puede ser ejercida por todos. Sólo los dueños de los medios de comunicación, de los mass media, o los grupos de poder la practican. Ni si quiera los periodistas o columnistas pueden expresar su opinión libremente sino concuerdan con la línea impuesta o establecida por el medio que los convoca. Si algo sé es que la libertad de expresión es una farsa. Como derecho tiene un valor, no per se, sino económico, por eso es transable y se negocia con los líderes de los partidos o empresarios que quieren imponer una determinada visión de las cosas. La publicidad, auspicios, primicias, exclusivas o el mismo chantaje son moneda corriente del quehacer periodístico. No es nada raro ver medios parcializados con un político o candidato en particular, inclusive a casi toda la prensa de un país adhiriéndose a posturas sospechosamente condescendientes y nada críticas hacia gobiernos con un inescrupuloso historial.

En varios países los medios trabajan para defender los intereses de los sectores más poderosos de la sociedad. Son eso: medios o instrumentos para llevar el mensaje manipulado o prefabricado que se quiere dar. Son tan importantes que en algunos Estados su presencia es considerada desestabilizadora dado que debilita los mecanismos regulares de control social. Volviendo a China, es evidente que la razón por la que este país restringe la entrada de programación occidental (películas, series, cadenas musicales, etc.) se debe a que tiene un profundo impacto en la cultura. Para ser más claros, permite modelar las mentes de los ciudadanos--generalmente receptores pasivos de mensajes--al difundir comportamientos o ideas que un determinado régimen, como el chino, puede considerar corrosivas.

Esto lo sabe el Departamento de Estado norteamericano por eso el señor Oppenheimer forma parte de la estrategia mediática de la Casa Blanca para promover una serie de cambios y reformas en Latinoamérica que responden a los intereses geopolíticos de ésta. Nada está librado al azar y menos en los medios. La imagen de independencia que parecía transmitir el ganador del Premio Ortega y Gasset fue labrada para poder influir en la región y ser la voz solapada de Washington en tiempos no tan favorables. En otras palabras, como desde hace un quinquenio proliferan cuestionamientos hacia EE. UU. y el FMI por sus políticas y fracasos en Sudamérica, era necesario contar con la opinión de una reputada figura en la comunidad hispana para que predique que las recetas del Consenso de Washington eran las correctas, y sólo había que perseverar en ellas y continuar con las reformas de libre mercado ya que algunos países asiáticos habían logrado salir del subdesarrollo. Nada es casual a estas alturas de la vida. Parafraseando a Georges Clemenceau, quien dijo que “la guerra es demasiado importante dejarla en manos de los generales”; los medios, por su parte, son demasiado valiosos como para entregárselos a los “independientes”.


Midterm Elections: The Times They Are a-Changin

5.11.06

Los tiempos están cambiando, esperemos que para bien. Se siente, como en la canción del poeta-profeta Bob Dylan, que algo nuevo avecina y aunque tal vez los republicanos pierdan, es pronto para cantar victoria pues en los próximos años los demócratas tendrán que realizar o exigir cambios para hacer la diferencia.
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George Bush dirige Estados Unidos como cualquier mandatario latinoamericano promedio o de nuestro lamentable pasado, es decir, como su feudo, o, en su caso particular, como su rancho.
Es alarmante que la primera potencia del mundo sea gobernada por un presidente cuyo nivel se equipara al de un país en vías de desarrollo. Si nos fijamos bien, el “dignatario” norteamericano posee casi todos los males y vicios típicos de los líderes sudamericanos pues es mentiroso, estrecho de ideas y megalómano. Bueno fuera que la lista de defectos e incompetencias terminara ahí; pero no, son muchas más, y la más preocupante de todas es la de gobernar para sí, sin reparar en licitud o moralidad de los medios. Desvirtuando lo dicho hace más de un siglo por el mejor presidente republicano de todos los tiempos: Abraham Lincoln, quien señaló que "la democracia es el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo”. Lo peligroso de esta forma de administrar los asuntos públicos de una nación es que su mal ejemplo puede llegar a ser imitado por algún gobernante presente o futuro. El fundamento de esto radica en que las Administraciones de EE UU han sido modelos o paradigmas de gobiernos bajo los que los demás Estados orientan su gestión interna y su política exterior. La relatividad moral impuesta por la Casa Blanca contradice el legado de una serie de administraciones ejemplares como la de Franklin Delano Roosevelt o Bill Clinton, sin ir más lejos.

Gracias al mal ejemplo republicano, el presidente ruso, Vladimir Putin, puede actuar con toda la impunidad con la que lo hace porque no existe un contrapeso ético en la Casa Blanca. Así, el conflicto en Chechenia, la represión a los periodistas disconformes o rivales políticos quedará enterrado en el olvido, toda vez que el accionar de Bush y su entorno tácitamente autoriza y promueve este tipo de conductas. Tampoco debería extrañarnos que existan ahora serios desafíos a la seguridad pues la prueba nuclear en la península coreana y el programa atómico iraní son resultado de la aplicación de la tesis de la guerra preventiva, cuya respuesta natural a ésta ha sido la nuclearización preventiva.

La pésima Administración Bush ha generado un sinnúmero de anticuerpos alrededor del globo y ya no son individuos, organizaciones de derechos humanos o rivales políticos quienes critican con dureza a los republicanos sino otros Estados, y no estamos hablando de Irán, Venezuela, Cuba, Corea del Norte o Siria, países que mantienen una clara y antigua enemistad con los EE. UU. sino pueblos que tradicionalmente respaldaban las iniciativas de Washington, principalmente del Tercer Mundo. La prueba de este descrédito se materializa en el escaso apoyo que obtuvo el candidato del Departamento de Estado: Guatemala, para acceder a un puesto en el Consejo de Seguridad. Las dificultades que enfrentó este aspirante a la segunda instancia más importante de la ONU, se debió en parte al rechazo que causan las políticas antiterroristas e inmigratorias de EE. UU. en la comunidad internacional. El desprestigio no es gratuito pues obedece a esta manera actuar sin pensar demasiado en las consecuencias. Así, a los desaciertos en Irak, se suman los cometidos en materia económica pues a estas alturas es evidente que el "sueño americano" nunca ha estado tan lejano desde la Gran Depresión de 1929. Lo paradójico es que las cifras macroeconómicas son buenas dado que reflejan un crecimiento pero éstas no se sienten en los ciudadanos. Según el editorial de hoy del diario "El País" de España “si bien la economía ha seguido creciendo, ni las clases medias ni las bajas se han beneficiado de ello. La renta familiar media disponible es hoy menor que cuando Bush fue elegido en 2000”.

Las que aumentado sus ingresos; en cambio, han sido las empresas, los especuladores bursátiles y los ricos. En resumen, el Partido Republicano ha logrado replicar el fenómeno que experimenta la mayoría de economías latinoamericanas, es decir, crecimiento económico sin bienestar para la población o sin reflejo en la mayoría de consumidores. Luego de apreciar estos datos podemos afirmar que un gobernante que deja un país igual que lo encontró ha traicionado políticamente a su electorado, y lo que es peor, ha fulminado sus esperanzas, socavando con ello su confianza en el futuro y en el progreso de la nación. Durante décadas el motor de la economía norteamericana ha sido su clase media y sabiendo que sus expectativas sobre el porvenir no pasan por su mejor momento, tememos que su desconfianza se traduzca en un menor consumo e impulso. Esta corroborado que las expectativas juegan un papel fundamental sobre las decisiones de consumo y la inflación, entre otras variables, según los trabajos del último Premio Nobel de Economía, Edmund Phelps.

Lo hecho por la Administración Bush representa también una nefasta herencia para el ejercicio de los derechos humanos pues recientemente aprobó una ley que autoriza la tortura, sin dejar de lado, desde luego, el retroceso en materia ambiental que suponen las políticas de la Casa Blanca, quien se rehúsa disminuir las emisiones de gases causantes del efecto invernadero, privilegiando industrias contaminantes como la del acero, etc. Es claro que este partido sólo gobierna para una minoría a costa de hipotecar el futuro ecológico del planeta.

Tan desastrosa ha sido la gestión republicana que el New York Times no recomienda a ningún candidato de este partido para las justa de Conneticut y más bien considera necesario, y hasta imperativo, votar por un demócrata en estas elecciones de medio termino. Las objeciones que el prestigioso diario endosa a los republicanos se basa en que éstos han realizado un “mal trabajo en lo básico”, a decir del periódico “las reducciones de impuestos han afectado el presupuesto, paralizado a la clase media y puesto en peligro el crecimiento a largo plazo”, como ya denunciamos en párrafos anteriores. “Además se han negado a adoptar políticas que minimicen el impacto ambiental de las industrias pesadas y han obrado pobremente en lo concerniente a limitar o reducir la dependencia norteamericana por el petróleo extranjero”. También los acusan de “actuar a espaldas de la oposición y de buscar solamente su perpetuación en el poder”.

Si Maquiavelo, padre de la teoría política, viviese, seguramente discreparía de la forma en que Bush lleva su gobierno ya que el dijo que “era preferible ser odiado a ser amado” pero no “detestado”. Existe pues una enorme diferencia entre el “odio”, como el pensador florentino lo entendía, y el ser “detestado” o “aborrecido”. Y más aún en estos tiempos, pues existen canales democráticos que permiten revocar la confianza a un mandatario a través de su no reelección o no votar simplemente por miembros de su agrupación para un puesto en el Congreso. El “odio”, para el autor de “El Príncipe”, se equipara al temor que representa la figura del soberano sobre sus súbditos, que hace que éstos le obedezcan y no consideren posibles confabulaciones por miedo. El temor hace poderoso al príncipe pues con ello logra controlar y dirigir las voluntades de sus gobernados; caso distinto es el del “aborrecimiento”, ya que es causado no por las virtudes del monarca sino por su vileza y debilidades. En el fondo se origina por rasgos propios del carácter de la autoridad o por actos continuos que ofenden al pueblo y denigran su condición. Debe saberse que Maquiavelo no pregonaba un modelo de príncipe tiránico; sino uno que tratase de ser justo y respetuoso de las inquietudes de sus dirigidos. Para él era preferible ganarse el favor del pueblo por medio de la convicción de éste que por la fuerza.

Nada resulta más ajeno a los postulados maquiavélicos que el modo de proceder de la actual Administración republicana, sobre todo si el fin último de un gobierno se limita a tratar de conservar el poder.

Sadam Hussein: Death Man Walking

El Alto Tribunal iraquí dictarà sentencia contra el ex presidente iraquí, Sadam Hussein —derrocado por la invasión estadounidense de marzo de 2003— y probablemente le condene a morir en la horca por la matanza de 148 chiíes en la aldea de Dujail en 1982.
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Mañana sentenciarán a muerte a Sadam Hussein, su destino al menos parece estar resuelto a diferencia de las decenas de iraquíes que mueren y morirán sin estar condenados. No sé como debe ser vivir en Irak en estos momentos pero imagino que no es nada grato. Cuando la muerte, que no suele discriminar, toca irracionalmente nuestra puerta, lo único que cabe esperar es que sea lo menos dolorosa posible. Así, la esperanza se reduce a dejar este mundo sin angustias prolongadas ni agonías tortuosas. Saber que vamos a morir en esas circunstancias, es decir, de la nada, en plena calle, en la mezquita o en casa provoca que uno reflexione sobre lo que el ser humano es capaz de soportar. La tolerancia, como todo en esta vida, tiene un límite, y lo que temo es que estamos sobrepasando los márgenes o descubriendo nuevos horizontes o facetas del horror. No sé tampoco cuanto más pueda aguantar alguien de ese modo ni qué es lo que lo motive a perseverar. Tal vez por mi educación occidentalizada tenga muy en cuenta los límites de lo admisible o inadmisible y sepa cómo reaccionar ante posibles desbordes de lo que considero normal. Tal vez ninguno de nosotros pueda vivir un día si quiera en tales condiciones, librado a la arbitrariedad cotidiana de las bombas y balazos. Tal vez poseamos una concepción distinta del tiempo puesto que vivimos apremiados por los cambios; y allá, en Irak, todo parezca pasar lentamente como si el tiempo tuviera su propia maduración.

Mañana, además de Sadam, otros individuos también serán condenados. Todos ellos anónimos, números simplemente de una estadística macabra que lleva la cuenta de cuántos han caído sin merecerlo. De cuántos son sentenciados diariamente sin proceso. De cuántos ignoran que en este preciso momento se están uniendo los componentes y materiales de la bomba que los volará en miles de pedazos. De aquellos que cuyo trágico sino no lo registra ningún astro. De esos que nadie puede evitar que mueran por qué no se sabe quienes son. De civiles que cruelmente experimentan que vivir tiene un alto riesgo. De personas que forzosamente ajustan el ritmo de sus vidas a Carpe Diem, con la enorme salvedad de que no tienen nada que disfrutar o esperar del día presente.

Mañana se repetirá la misma historia desde que se produjo la invasion. El carnaval sangriento de muertes por doquier e imágenes conmovedoras. Casi todo ya se ha visto desde que comenzó el conflicto. Se hace tan familiar que ni si quiera nos sobrecoge. Mediaticamente parecemos inmunes a las masacres y crisis humanitarias. Como aquello no nos sorprende, se ha convertido una ficción rutinaria, en una banalización del dolor. Estamos cada vez más distantes de nuestras emociones como físicamente lo estamos de Irak. Nuestro espíritu desconoce todo mal que no sea experimentado o propio. Nunca hemos sido tan informados y a la vez tan ajenos a lo que pasa en el mundo. A pesar de no haber fronteras; otras, en cambio, se mantienen inalterables. No son nuevas desde luego pues están instaladas en nosotros desde tiempo inmemorial. No decimos nada original tampoco denunciando la impunidad de la que todos somos cómplices. Impunidad con la cual arreglamos nuestras vidas y evitamos otras complicaciones. Aislarnos no es la mejor solución pues permite mayores impunidades que la nuestra. Al cerrar los ojos o tapar los oídos tácitamente autorizamos que todo pase, "laissez faire, laissez passer". Cuando un derecho como el derecho de protesta no es ejercido cae en desuso y caduca. Del mismo modo sucede con nuestra sensibilidad, ya que cuando dejamos de sentir nuestros sentidos se atrofian y pierden su capacidad de percibir.

Mañana, cuando muera el primer iraquí del día debemos tratar de ejercitar el derecho de sentir sin caer en sentimentalismos. Sólo basta sentirse indignado como si aquel desafortunado hubiese muerto en nuestra puerta. O que aún agonizante exija que solicitemos ayuda. Tal vez todavía nos cueste demasiado hacer este ejercicio imaginario o no tengamos tiempo para ello. No importa, no tenemos que ser tan dramáticos ni llegar a los extremos anteriormente descritos; total, no ha ocurrido ninguna desgracia, pero salir de fuera de casa y hacer como si nada ha pasado lo es.

Gobierno ecuatoriano autoriza compra de energía a Perú

2.11.06

El presidente de la República del Ecuador Alfredo Palacio mantuvo una reunión con su gabinete para tratar la crisis energética que vive el País. En la reunión se tomaron dos medidas inmediatas para contrarrestar el déficit energético: La compra de energía al Perú e importación de diésel para mantener activo el parque termoeléctrico. Ecuador comprará energía eléctrica al sistema eléctrico peruano, y se estima que sean unos 95 megavatios, para lo cual se define la negociación y se espera que esta se concrete en no más de quince días. Por otra parte, el presidente Ejecutivo de Petroecuador, Galo Chiriboga, también anunció la compra de unos 20 millones de galones de diésel para las centrales generadoras de energía. (EL TELEGRAFO de Guayaquil)

John Kerry’s Mistake: America, forgive him, because he didn't know what he was doing

1.11.06

Aristóteles dijo que el hombre era un “zoon politikon” para señalar que éste era un animal político (o más bien social porque no podía concebir su existencia fuera de la polis); pero en caso del senador Kerry bien puede aplicarse sólo la primera mitad de dicha sentencia.

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Si somos tan duros con el ex candidato presidencial es porque sus expresiones, a poco menos de una semana para las elecciones congresales, ponen en peligro lo que parecía una victoria fácil para los demócratas. La mayoría de sondeos indican que la principal preocupación del votante estadounidense es la guerra en Irak, factor que casualmente posibilitó hace un par de años el triunfo del Partido Republicano tanto en la Casa Blanca como en el Capitolio.

Si de algo había que cuidarse por estas fechas era de la soberbia, primer pecado capital no sólo en términos religiosos sino también políticos. Fue Santo Tomas de Aquino quien recopiló y profundizo la enumeración hecha por San Gregorio Magno en el año 600 de nuestra era. Según el primero, “un vicio capital es aquel que tiene un fin excesivamente deseable de manera tal que en su deseo, un hombre comete muchos pecados todos los cuales se dice son originados en aquel vicio como su fuente principal”. Por su parte, la soberbiaconsiste en una estima de sí mismo, o amor propio indebido, que busca la atención y el honor y se pone uno en antagonismo con Dios”, así lo resume el Corpus Iuris Canonici (1140) de Gregorio IX (1227 – 1241), el cual unificó el derecho canónico para toda la cristiandad superando los particularismos de las legislaciones anteriores.

Lo de la soberbia viene a colación en los precisos momentos que la campaña exige moderación por parte de los candidatos y sus respectivos partidos políticos. Un derroche de optimismo o una fe ciega en la victoria puede transformase en un paso en falso y tal vez en una derrota imperdonable. A estas alturas conviene no arriesgar un triunfo que se debe a las debilidades de los republicanos más que a las virtudes de sus contendores. Los demócratas, para convertirse en una opción seria de cara a la presidencia, deben arrimar sus posturas y modales hacia el centro ya que además de un cambio, el elector está buscando una verdadera alternativa de liderazgo y unidad. Lo que queremos decir es que cuanta menos polémica y entredichos generen en la opinion pública, sus posibilidades de resultar ganadores en la próxima contienda electoral serán mucho mayores.

De nada sirve vanagloriarse de la caída del rival cuando los márgenes no son holgados y puede perderse la ventaja causada por los republicanos a raíz de sus propios errores y miopías en Irak. Esta elección debe verse como un referéndum a la gestión de Bush más que como una simple pugna local, en otras palabras, lo que está en juego es un cambio en la dirección de la política exterior norteamericana (poniéndole fin a la supremacía oficialista en el Congreso). El cambio se da naturalmente por la remoción de los republicanos de una o ambas cámaras legislativas. Así, EE UU retornaría a la práctica del bipartidismo, que no es otra cosa que la del pluralismo representativo y no meramente decorativo como el de estos lamentables años. Una sola cámara en poder de los demócratas significa la revocatoria tácita de las prerrogativas de la Casa Blanca y se envía implícitamente el mensaje de la concertación.

En el futuro, si los resultados lo determinan así, la Administración Bush tendrá que negociar forzosamente toda iniciativa legislativa o posible designación de una nueva autoridad federal. Ante este panorama, la limitación y control entre los poderes constitucionales volvería ejercerse en la nación americana y con ello tal vez renacería la esperanza de imprimir una visión más progresista y no tan imperialista de la cosas.

Durante los últimos años no sólo hemos sido testigos de una compresión unipolar del mundo sino también de una unipartidista. Lo cual socavó enormemente la autoridad de instancias multilaterales como la del Consejo de Seguridad de la ONU, entre otras instituciones como la OTAN y el Banco Mundial, cuestionadas, sobre todo esta última luego de que Paul Wolfowitz, teórico de la guerra preventiva y promotor de la invasion de Irak, enfocara los recursos de este organismo para modelar el futuro del convulsionado país árabe. Esto, según The Wall Street Journal, “representa un alejamiento de la práctica tradicional del Banco de mantenerse al margen de los países sumidos en la violencia”. Su política hacia Irak ha generado críticas que sostienen que el ex subsecretario de Defensa está convirtiendo a la entidad financiera en un vehículo que complemente las políticas de la Casa Blanca, al tiempo que pasa por alto a otros países necesitados.

Dada la gravedad de la situación actual, en particular la de la seguridad internacional, resulta imperativo un nuevo enfoque sobre éste y otros problemas que aquejan al mundo como el cambio climático, sólo por mencionar alguno.

De ahí la necesidad de asumir posición centrista que permite sintonizar más con los deseos de un electorado, que a pesar de su heterogeneidad, busca siempre posturas moderadas y responsables a la hora de elegir a sus autoridades. El centro tiene la virtud de adaptar las mejores características de los extremos, sin nutrirse de sus radicalismos. Esta debe ser, de ahora en adelante, la nueva estrategia del Partido Demócrata porque lo último que se quiere es polarizar aún más los EE UU como lo hizo el senador Kerry, cuyo despectivo comentario sobre que los jóvenes sin educación terminan en Irak, representa una inobjetable realidad.

North Korea: Trick Or Treat

31.10.06

En una hábil maniobra, Corea del Norte volvió a la mesa de negociaciones, y no a consecuencia de las sanciones internacionales, sino de la debilidad geopolítica norteamericana.
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Tal vez para la Administración Bush el hecho de volver a conversar a seis bandas con su “par” norcoreano suponga una victoria en términos mediáticos en momentos que su credibilidad y popularidad se encuentran en sus peores niveles debido a sus destinos en Irak. Decimos “tal vez” ya que esto no es precisamente lo que está ocurriendo sino todo lo contrario. Para explicar nuestra posición hay que recordar que el Partido Republicano carece de triunfos notorios que exhibir a su electorado y la opinión pública, de ahí que seas más que probable que trate de utilizarse el asunto norcoreano como una “victoria” en tiempos que escasean las mismas. Ad portas de un proceso electoral, un cuasi referendo para Bush, las negociaciones con la nación comunista pueden verse como un síntoma de que la política exterior de la Casa Blanca puede dar resultados. Lo paradójico de esto es que las sanciones impuestas a Corea del Norte han sido fruto de un consenso entre las principales potencias del mundo y no de un arrebato unilateral como lo fue la guerra de Irak. De modo de que si las conversaciones aparejan un éxito o no, será por iniciativa de la comunidad internacional y no de un sólo estado.

Hecha esta breve aclaración, ahora quisiéramos referirnos al asunto de fondo: de por qué Pyongyang aceptó discutir los alcances de su avanzado programa nuclear.

Al respecto, hay que hacer notar que más allá de que los envíos de combustible de China hacia Corea del Norte han disminuido si los comparados con setiembre; la decisión norcoreana no obedece a las presiones diplomáticas o a los exhortos de China, sino a que dada la comprometida situación estadounidense en Irak, el clima para emprender las tratativas no puede ser más propicio para los intereses norcoreanos. Negociar, para el régimen de Kim Il Sung, significa hacerlo con un rival que afronta enormes problemas tanto internos como externos y que al cabo de dos años podría transitar de una extenuada administración republicana a una demócrata más consolidada y vigorosa. De tal suerte que para Corea del Norte resulta mejor este escenario que uno en el que su contraparte occidental se halle más fortalecida.

La promesa norcoreana de que no volverá a realizar pruebas nucleares debe tomarse con pinzas ya que este país puede abandonar en cualquier momento las pláticas sobre su desarme y agravar la situación para Washington, toda vez que puede realizar otro ensayo nuclear o balístico que perturbe la paz en el nordeste asiático. Generalmente toda prepotencia de su parte ha sido previamente incitada o provocada por EE UU, quien rompió los acuerdos previos en octubre de 2002 e incluyó a Corea del Norte en su “eje del mal” junto a Irak e Irán. Posteriormente Washington acusó a Pyongyang de mantener un programa secreto de enriquecimiento de uranio, y cortó el envío de petróleo a ese país. Corea del Norte expulsó a los inspectores nucleares y abandonó el Tratado de No Proliferación. En febrero de 2005 anunciaba que había fabricado armas nucleares. En los meses siguientes realizó pruebas de misiles balísticos, algunos capaces de alcanzar territorio estadounidense, pero no fue hasta este año cuando realizó su primera prueba nuclear.

Es preciso mencionar que en 1994, durante la presidencia de Bill Clinton, Estados Unidos y Corea del Norte llegaron a un acuerdo para paralizar este programa a cambio de petróleo y ayuda para construir dos reactores de agua ligera que produjeran electricidad. Además, Washington se comprometió a no atacar a Pyongyang.

Aun cuando se retomen las conversaciones multilaterales en los próximos días, según ha anunciado el negociador estadounidense, Christopher Hill, en las que participan Estados Unidos, Rusia, China, Corea del Norte, Corea del Sur y Japón, èstas no auguran un desenlace feliz ni rápido pues el tiempo corre de manera distinta para las partes en conflicto. En el caso del lìder norcoreano, éste transcurre más lentamente pues su lucha contra el capitalismo agresor es de largo plazo; en cambio, para Bush, ni el tiempo ni los vientos corren precisamente a su favor; si no todo lo contrario, pues es vaticinable que al termino de su mandato no haya estabilizado la situación en Irak ni haya dejado encaminada la guerra contra el terrorismo.

El apremio por una victoria también puede jugar en su contra y esto seguramente lo sabe China como Norcorea, quienes deben haber realizado una adecuada lectura de Sun Tzu, el gran pensador oriental de la guerra. Una vez analizadas las valoraciones, la estrategia comunista se centra en obtener la mayor cantidad de concesiones posibles dada la necesidad de Bush de mostrar un triunfo a la opinión pública que le dio poderes omnímodos al reelegirlo y otorgarle las dos cámaras del Capitolio.

Mientras Japón exige el desarme norcoreano para sentarse a negociar ya que el ministro de Asuntos Exteriores japonés, Taro Aso, ha dicho hoy que se opondrá a la vuelta a las tratativas en tanto y en cuanto Pyongyang no renuncie a tener armas nucleares; la posición de Corea del Norte se ve más amenazante que nunca pues ahora sube a la mesa de negociaciones su bomba nuclear, y no como una carta debajo de la manga, sino como un arma apuntada a la sien de los demás jugadores.





Aborting Abortion: Nicaragua’s Human Rights Case

27.10.06

Abolir el aborto terapéutico es como suprirnir la vida: la vida de quien no desea culminar la gestación. La de quien siente que le están robando parte de su vida. La de quien están obligando a prolongarla aún a costa de la suya.

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En pocas cosas podemos estar de acuerdo los seres humanos, de ahí que la democracia sea la forma que comúnmente hayan elegido las sociedades para ventilar y discutir sus diferencias. El problema pasa cuando en Estados que se suponen o creen fundarse en el laicismo se cuela, de vez en cuando, los arrebatos de la Iglesia. El caso nicaragüense es uno más en la larga lista de intromisiones de la confesión cristiana en los asuntos de la sociedad civil, y más concretamente, de la mujer.

Esta invasión de la esfera pública y privada es grave cuando se imponen, sin reparar en las consecuencias, una serie de dogmas sobre toda la colectividad aun cuando parte de ésta no comulgue con “verdades reveladas”.Cuando lo sagrado sacraliza lo público tiende a corromperlo pues el sustento de aquello es o debería ser la heterogeneidad y no lo homogéneo o una cosmovisión única y pétrea de las cosas. A este fenómeno corrosivo se le llama politización religiosa, que se presenta en el momento que una institución eclesiástica hace política con el propósito de promover cambios sociales a través de la legislación. Cambios que sin lugar a dudas buscan afianzar o consolidar los fundamentos propios del dogma dentro de la sociedad.

La invasión del cuerpo estatal (de lo público) se realiza como la de un virus, es decir, como la de un microorganismo que se reproduce y alimenta de su huésped, en este caso, del Estado. La Iglesia tiende a recurrir cada vez más a este tipo de prácticas cuando estima que su poder de influencia sobre la sociedad que la acoge disminuye o corre el riesgo de diluirse. Sus constantes ataques sobre las bases de la civilidad son prueba fehaciente de su tenaz resistencia a desaparecer. Dada su incapacidad para ajustarse a las transformaciones sociales, es decir, a los cambios, pretende frenar el inevitable avance de la ciencia y del secularismo por medio de todo tipo tretas y artimañas.

A raíz de la separación entre Estado y religión su participación en el poder ha menguado y sólo le queda buscar alguna grieta por donde inocularse. Estas grietas representan asuntos socialmente discutibles o problemáticas que causan alguna controversia, a las que el Estado y/o la sociedad civil no han sabido abordar con determinación o no encuentran una solución definitiva. Mientras existan estos espacios oscuros o intersecciones nebulosas la Iglesia verá en ellos una oportunidad para intentar dirigir o regular las conductas.

La Iglesia es una institución política sin partido, la cual ha prescindido de dicha organización dado que inspira doctrinariamente a muchas de estas instituciones y cuenta con agentes dentro de las mismas, además de poseer otros medios para promover o llevar a cabo sus reformas como las declaraciones de sus autoridades o por medio de la educaciòn.

"Los seres que no se adaptan tienden a extinguirse" según Darwin. Si la Iglesia sobrevive hasta nuestros tiempos se debe en parte a que en lugar de cambiar ha tratado de evitar que la sociedad cambie, ya que si ésta lo hace, necesitaría cada vez menos de los oficios de la institución que la liga a algunos de sus capítulos más nefastos.

Bajo este preámbulo, la eliminación todas las excepciones a la penalización del aborto en Nicaragua supone una violación directa a los derechos humanos, según la organización Human Rights Watch (HRW). La enmienda o reforma en el nuevo Código Penal del país centroamericano niega el aborto aun en circunstancias donde peligre la vida de la madre.

Se la fuerza, en otras palabras, a continuar con un embarazo que podría acarrear consecuencias irreparables para la gestante y su familia. Privilegiar una vida inviable o carente de posibilidades de desarrollo por encima de una ya constituida rebaja el estatus de la persona humana como fin supremo de la sociedad y del Estado. Según los diferentes textos constitucionales y Tratados Internacionales, la persona encarna plenamente la definición de vida, esto significa que no existe ninguna otra forma viviente sobre ella ni equivalente. Así, el concebido, aquel que está por nacer y no es persona todavía, siendo vida humana se encuentra jurídicamente debajo del grado alcanzado por la persona. Aquella preferencia por la persona se debe a que ésta sobrevivió al nacimiento, es decir, demostró ser viable aun cuando sólo llegue a vivir unos cuantos instantes fuera del vientre.

Lo que viene a diferenciar a la persona del concebido es su autonomía de la madre, en otras palabras, su no dependencia de otro organismo humano para existir. Mientras se aloje en el útero, el feto sólo será sujeto de derechos en todo cuanto le favorezca. Lo que no implica, desde luego, que aquello que le sea favorable afecte o vulnere la esfera de derechos que goza la persona, los cuales han sido progresivamente reconocidos hasta hoy en la legislación de todos los Estados como derechos humanos de carácter universal, entre estos, los derechos a la vida y a la salud—ligados al instinto de conservación—son de primerísimo orden e importancia; se hallan protegidos inclusive a través de Tratados Internacionales que obligan a las naciones y representan las bases sobre las que se funda la legitimidad moral de toda autoridad y poder.

La persona, como vida humana al ser por excelencia, goza de una condición superior a todas las demás formas. De este modo, la no despenalización del aborto en determinados casos supone una amenaza no sólo para las mujeres que se lo practiquen sino para el concepto mismo de persona. Existe pues un doble riesgo si llega a ratificarse esta prohibición malignamente gestada en el seno del Parlamento nicaragüense, que eliminó de la legislación la figura del aborto terapéutico, que databa desde 1893.

"El nuevo código penal no sólo infringe los derechos humanos básicos, va contra los principios fundamentales de humanidad", manifestó en una declaración José Miguel Vivanco, director de la División de Derechos Humanos para América de HRW.

La iniciativa de penalizar el aborto se da en pleno escenario electoral sin tener en cuenta que tipificar aquella figura podría costar más vidas ya que las mujeres se verían obligadas a realizarse un aborto de manera clandestina, poniendo aún más en riesgo su integridad física y su salud. Las nicaragüenses más pudientes al menos tendrían la posibilidad de practicarse un aborto en países vecinos donde no esté penalizado el aborto terapéutico, pero las más pobres no contarían con dicha alternativa dados sus limitados recursos.

Con esta medida se incrementará seguramente el prematuro deceso de mujeres fértiles, quienes en muchos casos representan el sostén y motor de sus economías y hogares.“Los partidos políticos han utilizado el cuerpo de la mujer como campo de batalla electoral" señaló Vivanco con precisión. Su comentario se ajusta a la realidad de los acontecimientos, toda vez que el 5 de noviembre se celebrará en Nicaragua las elecciones presidenciales.

Los parlamentarios que han aprobado la propuesta manifiestan que lo han hecho con el fin de despolitizar el tema del aborto de la campaña. Ingenuas y exiguas resultan las razones que esgrimen las autoridades nicaragüenses pues el que se haya tipificado el aborto terapéutico como delito no enerva que éste desaparezca de los foros de discusión o de los programas políticos. Es más, con su reciente penalización se le ha agregado una mayor dosis de controversia a un asunto que de por sí es polémico.

Detrás de esta tenebrosa medida se encuentra el lobby de las iglesias católica y evangélica quienes habían presionado a favor de su adopción, argumentando que tras la figura del aborto terapéutico se encubren abortos provocados por otras motivaciones. Sus gestiones y maquinaciones recuerdan a las del Cardenal Richelieu, figura que dedicó la mayor parte de su vida a la política y centralizar el poder de la monarquía francesa bajo su potestad y auspicio.

Es de esperarse que el presidente nicaragüense, Enrique Bolaños, respalde la iniciativa ya que fue uno de sus promotores más connotados. Una vez promulgada por el Ejecutivo, las mujeres que recurran a cualquier tipo de aborto en Nicaragua pueden ser condenas a penas de entre cuatro y ocho años de prisión, según la reforma del Código Penal.

Existe un fundando temor que luego del precedente nicaragüense recorra por el continente una tendencia a introducir algunas creencias, que deberían quedar en el plano de la conciencia, en nuestros textos legales. Tal parece que los afanosos representantes de la Iglesia desconocen que su salvador indicó que su “reino no es de esta tierra”, según puede advertirse en el Evangelio de Juan (18:36), es decir, que su reino es el de los cielos y no éste que debe ser dejado al arreglo de los mortales como nosotros.

Evangelizar significa anunciar y hacer participe al hombre de la predica del Mesías mas no a obligarlo o conminarlo a creer puesto que la “salvación” es un asunto estrictamente individual. Jesús ni Juan el Bautista convirtieron a nadie por la fuerza sino a aquellos que se les acercaron libremente y por su propia voluntad. Así, la Iglesia confunde y tergiversa perversamente su rol cuando interfiere con la gestión y los asuntos del Estado. Su misiòn no debe ser otra que orientar a los que aceptan sus preceptos y no establecerlos forzosa o subrepticiamente a través fieles que casualmente ocupan alguna posición de poder.

Las autoridades religiosas deben dejar que el hombre se “equivoque” o “yerre” según sus interpretaciones bíblicas. De acuerdo al texto sagrado, podemos inferir que no fue propósito que el hombre siga los mandatos divinos bajo imperio, sino bajo su propio albedrío.

Servicios profesionales Andinos

El Parlamento Andino(PA) sigue en reuniones sobre tema menores, algunos de los representantes peruanos se quedaron en Lima reclamando secretarias y asesores a Meche Cabanillas.
 
Hoy miércoles finalizaron las sesiones reglamentarias de Octubre del XXIX Periodo Ordinario de Sesiones del Parlamento Andino, en donde se debatió sobre algunos aspectos que apoyan el fortalecimiento del la integración subregional.
 
Durante estos tres días los parlamentarios andinos de Bolivia, Ecuador y Colombia se dieron cita en las instalaciones del Parlamento Andino en Bogotá para abordar temáticas como la elección directa (a EVOdedo) de los Parlamentarios Bolivianos, la invitación al director de la Universidad Andina Simón Bolívar - sede Quito, para explicar el proceso que se ha adelantado en cuanto la validez y otorgamiento de títulos profesionales dentro de los países andinos. Igualmente se abordó la posibilidad de realizar un Foro con apoyo de la Comunidad Andina de Juristas, en donde se analizarán las Constituciones Andinas a la luz del proceso de integración y se trabajará en la creación de una Constitución Andina Común, así como el proyecto para la creación de la Tarjeta Laboral Andina que propicie la libre circulación de personas en los países que conforman la Comunidad Andina. 
 
Un análisis de lo sucedido, muy aprate de lo tratado, nos da nuevas luces de un viejo mal: La integración sigue trabajando en el mismo silencio que durante la época no democrática del PA.

German Soldiers: Hell’s Boys

26.10.06

Como si imitaran, pero perversamente a Hamlet con el cráneo de Yorick, un grupo de soldados alemanes destacados en Afganistán hirió profundamente la susceptibilidad del pueblo afgano y del mundo árabe en general, al profanar una fosa en las cercanías de Kabul.

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Dar reposo a los muertos es uno de los actos que caracteriza a la raza humana y sus antepasados por lo menos desde el homo erectus. El entierro, con todas sus honras y pompas fúnebres es el homenaje que los vivos rinden a los muertos. Quienes mueren, al ser sepultados no sólo alcanzan la paz, sino también los que le sobreviven. El acto de la muerte es el más sagrado de todos y es anterior a todas las religiones. Jugar con ello, ridiculizarlo y hacerlo objeto de bromas significa lastimar lo más profundo del ser humano y lo que nos hace hombres.

Las fotos de soldados alemanes en Afganistán posando con un cráneo humano no son las únicas puesto que además de las imágenes exhibidas que datan del 2003, figuran otras de marzo del 2004 en las que otros uniformados se agencian de macabros recuerdos tras su paso por uno de los países más convulsionados del mundo.

Una vez publicadas, los cuestionamientos y autocríticas no se hicieron esperar. Lo saludable, si algo de saludable tiene esta escabrosa noticia, es que la primera ministra alemana Angela Merkel manifestó que “tales comportamientos son intolerables y ajenos al propósito del Ejercito Alemán”, además prometió investigar a cabalidad los hechos como una forma de poner paños fríos a una situación que pone en tela de juicio la labor de la OTAN en Afganistán y desacredita internacionalmente la imagen de su gobierno.

Este incidente se produce justamente en momentos que la violencia en el antiguo bastión de Al Qaeda ha llegado a sus mayores niveles desde que se produjo la ocupación del país en agosto de 2001, inicialmente por fuerzas norteamericanas y británicas.

Por su parte, el presidente de la Asociación del Ejército, el coronel Bernhard Gertz, se ha mostrado muy preocupado por que "ese incidente ponga en contra nuestra al mundo musulmán". "La instrumentalizaciòn de esas imágenes de Kabul va a conducir naturalmente a una gran indignación en el mundo árabe y quizás dé lugar a situaciones concretas de peligro para nuestros soldados en Afganistán", ha dicho el militar, que sin embargo ha reconocido problemas en la formación ética de los soldados.

Pese a que existen dudas acerca del origen de los cráneos fotografiados pues se sospecha que pueden ser de ex militares rusos caídos en combate contra los mujaidines, guerreros afganos que lograron expulsar a la Unión Soviética en 1988. Aun cuando la identidad de los restos no está clara, Las autoridades de Kabul no han hecho diferencias al considerar que dichos actos "violan los valores islámicos" y "las tradiciones afganas", ha dicho un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, a la vez que ha pedido a Alemania "una respuesta firme".

A los involucrados en los lamentables acontecimientos les espera unos 3 años de cárcel, toda vez que para el Código Penal Alemán es un delito profanar tumbas y cadáveres.

En un año en que prolifera la desconfianza con el Islam, este nuevo incidente se suma a una larga lista de entredichos que vienen construyendo una barrera infranqueable como imaginaria entre ambos mundos, ya que, realmente, son uno solo.